Anoche, Paola Estefanía Tacacho, una profesora de inglés de 32 años, terminó su rutina en un gimnasio del barrio Norte de la ciudad de San Miguel de Tucumán y se dirigió de regreso a su casa, ubicada a pocas cuadras. Eran aproximadamente las 21:30 cuando, de improviso, a la altura de la calle Monteagudo al 500, fue abordada por un hombre que, luego de mantener una fuerte discusión con ella, sacó un cuchillo y le asestó al menos seis puñaladas. La primera fue por la espalda, cuando la mujer quería dejarlo atrás y escapar del asedio. Paola murió en el lugar.
Por los gritos de la víctima, los vecinos creyeron que se trataba de un robo y, luego del violento ataque, algunos persiguieron al supuesto ladrón para evitar que escapara. A los pocos metros, con la ayuda de un joven que trabaja para una aplicación de delivery, lograron cercar al asesino sobre la calle Santiago del Estero. Al verse atrapado, el femicida se clavó en el pecho el mismo cuchillo con el que había asesinado a Tacacho. El agresor también falleció en el acto.
Con el correr de las horas se fueron conociendo más detalles del ataque y, según pudo saber Infobae, la historia detrás del horrendo crimen, que investiga la Fiscalía Segunda de Homicidios, es estremecedora.
El hombre que abordó a Paola a la salida del gimnasio no era cualquier persona. Era alguien que ella conocía. Se trata de Mauricio Parada Parejas (32), un hombre que había sido su alumno en las clases de inglés que la joven impartía en un terciario en el 2014 y que desde entonces la acosó y persiguió sistemáticamente cada vez que pudo. Por medio de cualquier vía convirtió la vida de Paola en un infierno y todo porque ella se negó desde siempre a mantener un vínculo más cercano.
“La relación de ellos siempre fue profesional. De alumno-maestro. Ella siempre se lo dejó en claro. Pero se obsesionó. La hostigó, la persiguió. La esperaba a la salida del trabajo, del gimnasio. Cada vez se fue tornando más violento y amenazante. De hecho ella tuvo que cancelar sus perfiles en las redes sociales. No la dejaba en paz", relató a Infobae la prima de Paola, quien pidió preservar su nombre.
Al principio Paola no le dio importancia pero se fue tornando más violento e insistente pese a las negativas de la mujer. “Realmente comenzó a asustarnos a todos en la familia. Hubo episodios tremendos. Se hizo pasar por ella en las redes sociales y nos comenzó a mandar fotos y mensajes terribles, de que supuestamente se iba a quitar la vida. Nosotros sabíamos que era él pero igual nos daba mucho miedo, aunque nunca imaginamos que iba a terminar de esta manera. En estos años mi prima elevó cuatro denuncias, tanto en la justicia de Tucumán como en la de Salta, de donde es ella. De hecho tenía impuesta una perimetral que obviamente no cumplió ni nadie controló que lo hiciera”, continuó la joven.
De acuerdo con lo que pudo saber este medio, la última de las denuncia fue hecha el 29 de mayo pasado y estaba por ir a juicio. Fue por daños y perjuicios. La causa tramitaba en el juzgado Civil y Comercial 6. La serie de acosos no tenía límites. Según contó la prima, en una oportunidad Parada Parejas logró ingresar en el edificio de Paola y le arrojó fotos suyas en el palier. “Nadie sabía cómo averiguaba lo que hacía mi prima ni dónde estaba. Mi prima estaba en pareja con Ana, su novia, y nunca le dio pie para que tuvieran algo. Nunca. El juicio era contra él y la familia”, dice casi entre lágrimas a Infobae.
Había momentos en que se intensificaban las agresiones y en otros había una relativa calma. Pero la amenaza siempre estaba. Paola se recibió de profesora de Inglés en la Universidad Nacional de Tucumán en 2014 y desde entonces le dictó clases a adultos y menores de edad. Trabajó en varios institutos y colegios. Fue en un terciario que conoció a quien sería la persona que la asesinaría algunos años después. En este momento se encontraba sin trabajo por la pandemia pero -cuenta la prima- eso no la desanimaba. “La querían todos. No tenía problemas con nadie salvo con este asesino. Pero como siempre pasa, el Estado no hizo nada. Cuatro denuncias hizo y nadie movió un dedo. Ahora queremos justicia", criticó la prima.
Tacacho nació en Salta pero vivía hace años en la capital tucumana. Tiene varios hermanos y mantenía contacto asiduo con su mamá, quien es la que se llevará los restos a su provincia natal una vez culminen los trabajos de investigación. “Mi tía está destruida. Tuvo la autorización para entrar a Tucumán y llevarse las cenizas de mi prima”, agregó.
De acuerdo con lo que pudo saber la familia, antes del asesinato hubo una acalorada discusión en la que la maestra de inglés le dijo al hombre que la dejara en paz. Los testigos dicen que los gritos se escucharon hasta la otra cuadra. La cámara de seguridad de un local captó el momento en el que el hombre discutió con su víctima, la que comenzó a caminar como para retirarse. Fue en ese momento que la mató. “Salió corriendo y uno de los chicos del delivery le tiró gas pimienta. Como no podía escapar, se clavó el cuchillo. Lo que supimos es que se lo revolvió en el pecho. Horrible. Igual salió a matar, porque si sólo quería acosarla, no iba con el cuchillo. Quería asesinarla”, sostuvo.
El femicidio de Paola impactó fuertemente en su entorno y sus alumnas la recordaron en Facebook. Incluso algunas se animaron a contar en qué contexto ella lo conoció a Parada Parejas. “La acosaba sistemáticamente: todo comenzó por una ‘mala nota’ y nunca paró. La profesora nunca tuvo el apoyo del instituto ni de la justicia. Que descanses en paz, Paola”, dijo Áilean Fratkin, una de sus ex alumnas.
“Fue mi profe de inglés en el colegio Mark Twain durante mi carrera de traductorado y el enfermo que la mató era mi compañero. Un día se enojóo con otra profe porque no le puso 10 sino 8.50 y desde ahí empezó todo, hasta que dejó la carrera. Con mis amigas vimos todo, el tipo la esperaba fuera del colegio y la seguía, le tocaba el timbre, se creaba facebooks falsos para mandarle mensajes, le decía de todo... puta era lo mínimo. Vivía con miedo la pobre, lo denunció muchas veces junto con otra profe”, comentó Lorena Viera, otra de las estudiantes.
En medio del acoso, la familia de Parada se puso en contacto con la docente y le aseguró que Mauricio no era una persona común. Su objetivo, denunció la prima, era evitar que todo trascendiera al ámbito judicial. “Con el correr de las horas nos fuimos enterando de varias cosas y seguro van a aparecer más. Por ejemplo sabemos que la familia de este tipo es muy cercana al poder tucumano y por eso creemos que las denuncias no avanzaron. Parada era un tipo solitario. No sabemos qué hacía. De hecho ni le conozco la cara porque se encargó de no darla a conocer en las redes sociales. Si estaban en juicio, ¿por qué no la cuidaron? No entiendo. La dejaron morir como siempre pasa”, cuestionó.
La organización Ni Una Menos convocó para el lunes 2 a las 18 a una sentada frente a la Casa de Gobierno de Tucumán para exigir justicia por Paola y por todas las víctimas de femicidios. Además, habrá movilizaciones en Salta por éste y otros hechos. Alejandra del Castillo, referente de la organización tucumana, habló con Infobae, y dijo que van a acompañar el reclamo de la familia. “No recibió respuestas, sólo tenía una restricción de acercamiento que no impidió que el acosador cumpliera su cometido”, agregó.
“Sabemos que Paola participaba de movilizaciones y que este tipo simplemente se obsesionó. A pesar de las denuncias nadie hizo nada. El poder político y judicial son responsables”, agregó.
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