El crimen de Marcelo Torres, quien fue degollado en Junín tras ser engañado y emboscado por su ex pareja, se esclareció todavía más esta tarde después de que el hombre y la mujer que están detenidos por el caso confesaran y admitieran su participación en el hecho, aunque se acusaron mutuamente por el asesinato.
Vilma Esther Verón (26) y Gustavo Damián Arrieta (34), imputados por homicidio, fueron indagados por el fiscal de la causa, Sergio Terrón. Ambos reconocieron haber estado con la víctima al momento del ataque con arma blanca a Torres. Sin embargo, en sus declaraciones relataron diferentes grados de responsabilidad, informaron fuentes judiciales a Télam. De igual modo, continuarán detenidos mientras se sigue buscando dilucidar la mecánica del crimen.
De lo que no quedan dudas es que hubo un plan para matar a la víctima. El asesinato fue consecuencia de una trampa de sexo y mentiras, posiblemente motivada a modo de venganza en el marco de una relación conflictiva que mantuvo con Verón, con denuncias cruzadas por violencia de género.
Torres fue encontrado sin vida durante la mañana del martes pasado en el Parque Ecológico de Junín. Su cuerpo estaba en el asiento del conductor de su Renault Clio estacionado debajo de un árbol. Estaba envuelto de sangre, producto de tres profundos cortes en el cuello. Una mujer que hacía actividad física advirtió la situación y dio aviso a la policía.
Torres, que tenía 34 años y trabajaba albañil, había sido condenado a una pena de seis meses de prisión acusado de violencia de género contra su ex pareja (su relación sentimental con Verón terminó hace dos años), quien ayer fue detenida por el crimen al igual que su actual novio.
Verón y Arrieta fueron arrestados después del relevamiento de cámaras y de las pericias al teléfono de la víctima. De allí surgió la información de que Torres había coordinado un encuentro para tener sexo dentro del auto con su ex pareja. Horas antes del asesinato ambos intercambiaron mensajes coordinando la cita.
Las grabaciones de las cámaras, en tanto, muestran que Torres llegó alrededor de la 1 de la madrugada del martes al Parque Ecológico acompañado de una mujer rubia sentada en el asiento del acompañante y vestida con una prenda de color rojo. En otras filmaciones cercanas al domicilio de Verón, se la observa a ella luciendo una ropa similar previo al encuentro con Torres.
Las pruebas en contra de Verón y Arrieta son contundentes. Ambos se fueron de la escena del crimen en una moto que luego fue hallada en el allanamiento a la casa de la acusada. Allí también se encontraron también las llaves del auto de la víctima.
Por si todo esto no fuera suficiente, los peritajes a los celulares de los detenidos revelaron que la mujer había acordado encontrarse con Torres a las 12.40 y que a la 1.06 le envió un mensaje a Arrieta en el que le avisó que estaban llegado. Los dos habían borrados los mensajes y llamadas de WhatsApp tratando de librarse de pruebas.
Respecto del móvil del crimen, la hipótesis es que fue por razones sentimentales, ya que no se encontraron faltantes en el auto de Torres. La víctima y Verón habían transitado un noviazgo de varios años marcado por los conflictos y la violencia de género. Los legajos de ambos contaban con varias denuncias por violencia y hostigamiento. A pesar de todo eso, luego de la separación siguieron en contacto.
“No nos quedan dudas de que la mujer fue la que armó todo. Engañó a Torres durante todo el día con la excusa de encontrarse a tener sexo y le tendió la trampa para que fuera asesinado. Evidentemente el móvil tiene que ver con la violencia de género que ella recibió o seguía recibiendo. No descartamos que en un futuro juicio eso sea tomado como atenuante, pero por el momento está acusada de homicidio al igual que el novio. Tampoco tenemos dudas de que el autor material es el hombre”, sostuvo convencido una fuente del caso a Infobae.
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