La guerra feroz entre las distintas facciones de la barra brava de Excursionistas lejos está de encontrar un final y cada vez se pone más violenta y sanguinaria. Luego del ataque de la semana pasada, que incluyó un herido de bala en un bar de Palermo, y del video en el cual uno de los bandos amenazaba al otro con armas de guerra y ametralladoras, anoche se sumó un nuevo capítulo. Algunos minutos antes de las 21, uno de los líderes que disputa el paravalanchas del equipo del Bajo Belgrano fue interceptado y baleado mientras circulaba con su auto por el cruce de las calles Congreso y Vuelta de Obligado, en pleno corazón del barrio de Belgrano. El herido fue trasladado de urgencia al Hospital Pirovano y la causa quedó en manos del fiscal José María Campagnoli y el juez Mariano Iturralde. Hay dos detenidos.
Claro que el herido no es una persona cualquiera: se trata de Roberto Santos Lucero, el Gordo Beto, quien fue hasta 2016 el dueño de “La Banda del Nevado”, desbancado en aquella ocasión también en un ataque feroz por un grupo entre los que estaban, según la investigación judicial, Hernán Benito Castorani, Fabricio Salvarreguy y Fernando Nando Podestá. Estos dos últimos ya no están. Podestá porque se bajó cuando vio que la cárcel era un destino probable. Salvarreguy porque en marzo de este año sus propios secuaces le dieron una paliza porque no les gustaba como repartía los beneficios de una barra que maneja no sólo negocios de cancha y política, sino también extorsiones y drogas, y lo dejaron fuera de carrera. Y entonces coronó Benito. Y entre su facción y la de los Lucero se desató una guerra de guerrillas.
Uno de los hechos a balazos más resonantes ocurrió en el día del niño, el 23 de agosto, cuando el grupo de La 29 en que se referencia la vieja barra, hizo un evento en Pampa y Juramento. Al regreso, Santos Lucero fue emboscado y recibió un balazo. La revancha sucedió la semana pasada, cuando Benito y otros secuaces estaban festejando en un bar de Niceto Vega y Humboldt la libertad de Milanito, uno de los barras propios. En una sprinter y un logan gris llegaron varios barras rivales que dejaron tres heridos, uno de bala.
Y anoche, vino otro vuelto. Santos Lucero fue atacado según su relato desde un Chevrolet Corsa blanco en la esquina de Congreso y Vuelta de Obligado, donde un hombre a quien no pudo reconocer se bajó y comenzó a dispararle. A partir de ese relato la Policía hizo un rastrillaje y detuvo a dos personas, Ezequiel Morales y Sebastián Ortega, a bordo de un auto como el que señaló Lucero, donde encontraron dentro una vaina servida de una nueve milímetros.
Ambos quedaron a disposición del fiscal Campagnoli, quien también solicitó las cámaras de seguridad de la zona para tener más precisiones del hecho. En 2016, Campagnoli había pedido la prisión preventiva para toda la cúpula de la barra, lo que fue sosteniendo sin suerte ante el juzgado 43 a lo largo del tiempo. Sabía lo que se venía. Y lo peor de todo es que todos saben que si la Justicia no le pone coto a esta guerra, las cosas se van a poner más feas. Mucho más feas.
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