La conmoción y el espanto se apoderaron de los habitantes de la localidad de Capilla del Monte, en Córdoba, tras conocerse que un hombre asesinó a puñaladas a su hijo de 10 años e hirió de gravedad a su hija de 6, quien pelea por su vida. El agresor está detenido.
El aberrante hecho ocurrió cerca de las 16.30 en un domicilio del barrio La Toma. Allí, el asesino, de 39 años, atacó con un arma blanca a los menores. Según informó el Ministerio Público Fiscal provincial, los vecinos escucharon gritos y llamaron la policía. Después auxiliaron a los chicos, que fueron trasladados de urgencia al Hospital Américo Luque, de la localidad de Punilla.
El mayor murió a causa de un puntazo en el tórax, mientras que su hermana fue derivada al Hospital Pediátrico de la ciudad de Córdoba. Su condición es delicada: recibió puñaladas en el cuello, en el abdomen y debajo de la axila izquierda. Se encuentra bajo pronóstico reservado y en estado de shock hipervolémico. Por estas horas iba a ser intervenida quirúrgicamente.
El padre de los chicos fue arrestado y el arma homicida quedó secuestrada. Está imputado por el delito de homicidio doblemente calificado y homicidio doblemente calificado en grado de tentativa, en una causa con la intervención de la Fiscalía de Cosquín, a cargo de la fiscal Paula Kelm. Se encuentra ahora en una celda de la comisaría de La Falda.
De acuerdo a las primeras averiguaciones practicadas por la fiscal Kelm, se pudo establecer que la madre de los menores atacados vivía junto a ellos en la provincia de La Rioja. Ella se había radicado allí hace unos meses, después de haberse separado del autor del hecho, quien es oriundo y reside en Capilla del Monte.
En este contexto, la progenitora habría llegado a la localidad cordobesa hace 10 días aproximadamente para visitar a la familia. Al momento del brutal crimen, los chicos estaban visitando a su padre. El abuelo materno de los menores, quien también vive en Capilla del Monte, aseguró al Canal 10 de Córdoba que había hablado con el homicida en horas de la mañana. Dijo que charlaron sobre la relación con su hija y el asesino le manifestó que “estaba todo bien”.
Horas después llegó lo inesperado.
La madre no se encontraba en la casa cuando sucedió el crimen. El abuelo consideró que, en caso de haber estado presente la mujer en el lugar, también hubiese sido víctima del hecho.
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