El predio del Parque Ecológico en Junín es la zona elegida por los vecinos de la ciudad bonaerense para hacer actividad física. Ayer por la mañana cientos de personas fueron a realizar sus rutinas de ejercicio como cada día pero a una mujer hubo algo que le llamó la atención. Un Renault Clio estaba estacionado debajo de un árbol y sin nadie al volante, por lo menos por lo que se veía de lejos. Decidió acercarse y cuando se asomó por la ventanilla vio un hombre sentado en el asiento del conductor pero recostado sobre su derecha, bañado en sangre, mucha sangre. Las pericias posteriores indicaron que el cadáver tenía un profundo corte en el cuello que le había causado la muerte: había sido degollado. Ese fue el inicio de una investigación que desnudó una historia que incluye violencia de género, una condena judicial y una venganza final.
Los investigadores, al mando del fiscal Sergio Terrón, no tardaron en identificar a la víctima, que tenía encima sus documentos y su celular. Marcelo Torres, albañil de 34 años, llevaba muerto pocas horas cuando fue encontrado. También tenía en el bolsillo trasero del jean su billetera con dinero, por lo que rápidamente se descartó el robo. A partir de allí comenzó un trabajo pericial para reconstruir las horas previas al crimen. ¿Qué hacia el hombre en ese lugar? ¿Había ido a encontrarse con alguien?
“Comenzamos a revisar las cámaras de seguridad y pudimos rastrear el recorrido que había hecho la víctima. Con esa información pudimos reconstruir que Torres salió de la casa que compartía con su padre y pasó a buscar a una mujer y de ahí fueron directo al parque. Pero, además, en la revisión de imágenes pudimos descubrir que minutos antes de la llegada de la víctima entró a la zona una moto sospechosa manejada por un hombre. La moto se fue instantes después de la hora que nosotros tomamos como la de la muerte, pero esta vez había dos personas arriba. Además del conductor estaba la mujer que había pasado a buscar la víctima”, indica a Infobae una fuente con acceso al expediente.
¿Quién es la mujer que Torres pasó a buscar? ¿Qué relación con el crimen tiene la moto? Las respuestas a estas preguntas se lograron responder gracias a una pericia clave: la del teléfono de la víctima.
De allí surgió la información de que Torres había coordinado un encuentro para tener sexo dentro del auto con una mujer llamada V.R. de 26 años. Horas antes del asesinato ambos cruzaron varios mensajes coordinando el encuentro. Se trata de la ex pareja del hombre, de quien se había separado hacía dos años, pero mantenían el contacto. Cuando el fiscal investigó el pasado reciente de ambos, empezó a develarse el crimen.
Según el testimonio de varios allegados de la víctima, V.R. había transitado un noviazgo de varios años marcado por los conflictos y la violencia de género. Los legajos de ambos contaban con varias denuncias cruzadas por violencia y hostigamiento. Incluso Torres había sido condenado a 6 meses en suspenso por golpear a su entonces pareja. A pesar de todo eso, luego de la separación siguieron en contacto.
Ante la evidencia tecnológica, el fiscal ordenó la detención de la mujer. Cuando fueron a buscarla se encontraron que en la casa de la acusada también estaba la moto que se veía en la filmación y el hombre que la manejaba: el reciente novio de la joven identificado como G.H. Ambos quedaron detenidos. En la casa se encontraron también las llaves del auto de la víctima. El arma homicida –un cuchillo de cocina– fue hallada en un rastrillaje cerca de la zona donde ocurrió el crimen. La policía cree que fue arrojada mientras los autores huían en la moto.
Los chats, mientras tanto, contaron la historia: al mismo tiempo que chateaba con su ex, V.R. le contaba a su actual pareja las coordenadas y la hora en la que estarían en el parque para que pudiera supuestamente sorprenderlos y matar a Torres. Incluso, cuando la mujer estaba arriba del auto de quien sería la víctima, camino al parque desde su celular le mandó un SMS a G.H. que decía “Yendo amor, en el lugar que arreglamos”. El homicidio, según la acusación del fiscal, estaba en marcha. Todo planeado.
“No nos quedan dudas de que la mujer fue la que armó todo. Engañó a Torres durante todo el día con la excusa de encontrarse a tener sexo y le tendió la trampa para que fuera asesinado. Evidentemente el móvil tiene que ver con la violencia de género que ella recibió o seguía recibiendo. No descartamos que en un futuro juicio eso sea tomado como atenuante, pero por el momento está acusada de homicidio al igual que el novio. Tampoco tenemos dudas de que el autor material es el hombre”, indican desde los tribunales juninenses.
Mañana será la declaración indagatoria de los dos: no se espera que hablen. En paralelo se sigue con las pericias a los celulares y sobre todo con los testimonios que hablan de la violencia que marcó a la pareja. Mientras tanto, la certeza de la Justicia apunta a un crimen planificado, una emboscada.
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