Extraño robo en Neuquén: un suboficial del Ejército cargó su camioneta con explosivos y los conectó a la batería del vehículo

La Justicia investigaba la desaparición de municiones de un polvorín en Zapala. Al convocar al efectivo que debía custodiar el depósito, éste se presentó con ese peligroso cargamento. Todavía no se sabe si su intención era suicidarse o provocar una explosión en la entrada del regimiento

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El Ejército Argentino detectó recientemente el robo de más de 25 mil kilos de municiones de fusil automático (FAL) calibre 7,62 mm, que fueron sustraídas del batallón de Ingenieros de Montaña 6, asentado en la provincia de Neuquén. Por el hecho, fue detenido un suboficial que estaba a cargo de la custodia de ese arsenal.

Todo comenzó a partir de un recuento de balas que se llevó adelante el viernes pasado en el polvorín de Zapala, que forma parte de esta unidad, debido a que el personal militar había solicitado más material para la práctica de tiro que estaba realizando en ese momento.

Fue entonces cuando las autoridades del cuerpo descubrieron que había un faltante muy importante de proyectiles, por lo que hicieron la denuncia correspondiente y le pidieron explicaciones de lo sucedido a la suboficial que debía custodiar estos elementos.

El suboficial a cargo del cuidado del material, fue citado al regimiento para dar parte sobre lo sucedido. Acudió al lugar a bordo de su camioneta particular. Al ser interrogado, el suboficial se descompensó y se desmayó. Luego de recomponerse insistió una y otra vez en trasladarse a un hospital del lugar en su propia camioneta, que había estacionado frente a la guardia del regimiento. Sus superiores no se lo permitieron y se lo llevaron detenido hasta un hospital cercano.

Una vez en el centro de salud, el suboficial reveló que había con cargado la camioneta con Trotyl (Trinitrotolueno) y que el explosivo estaba conectado a la batería del vehículo.

Posteriormente, efectivos de la Policía Federal que se trasladaron hasta el batallón descubrieron efectivamente que el hombre había conectado el TNT al mecanismo eléctrico de la camioneta. Aún queda la duda si las intenciones del hombre eran suicidarse o hacer volar por los aires el mismo regimiento.

Finalmente, un equipo antibombas de esta misma fuerza de seguridad pudo detonar el artefacto de forma controlada.

El batallón está ubicado a
El batallón está ubicado a un costado de la Ruta Nacional 22, en la ciudad de Neuquén

Según explicaron a Infobae fuentes del Ejército, aún no se sabe si el suboficial tuvo alguna responsabilidad en el robo o si intentó quitarse la vida al enterarse de la situación. La investigación del hecho quedó en manos del Juzgado Federal N° 2 de Neuquén, a cargo de Gustavo Villanueva.

Por su parte, la institución que dirige el general de brigada Agustín Cejas informó "que el día 23 de octubre, en las instalaciones del Batallón de Ingenieros de Montaña 6 -ubicado en la ciudad de Neuquén- se inició una actuación de justicia militar con motivo de registrarse un presunto faltante de munición”.

“Por tal motivo se da intervención al Juez Federal a fin de iniciar el proceso de esclarecimiento del hecho, haciéndose presentes en la unidad junto con el Comandante de la Brigada de Montaña VI y la fiscal de turno. Tras las medidas tomadas, el Ejército Argentino se encuentra a disposición de las autoridades judiciales a fin de colaborar con una pronta resolución de lo sucedido", se explicó en un comunicado.

En un hecho similar, a mediados de julio de este año, un grupo comando de tres hombres encapuchados ingresó en la Planta Receptora de Comunicaciones de la Prefectura Naval Argentina, ubicada en el kilómetro 24,5 de la Autopista Ricchieri, en la localidad bonaerense de Ezeiza, y también se robó municiones, además de armas y chalecos antibala.

En aquella oportunidad, el asalto se produjo cerca de las 20:00 de un viernes, cuando uno de los tres efectivos que estaban custodiando el lugar salió por la puerta trasera del edificio y fue sorprendido por un delincuente, quien le apuntó con un arma y lo obligó a ingresar nuevamente.

En ese momento se sumaron dos cómplices que, una vez dentro del lugar, redujeron a los otros dos uniformados y los dejaron a todos atados de pies y manos, aunque ninguno de ellos resultó herido.

Según se pudo comprobar más tarde, los ladrones se llevaron tres pistolas Pietro Beretta, con 9 cargadores y 135 proyectiles calibre 9 mm; también una escopeta Benelli, calibre 12,70, con 50 cartuchos (25 propósito general y 25 antitumulto); y tres chalecos antibala.

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