A la barra de Excursionistas le dicen “La banda del Nevado” pero cada tanto lo que surca el cielo no son copos blancos sino balas de plomo negras. Y el miércoles por la noche se vivió otro capítulo de la interna de la barra del Club del Bajo Belgrano que tiene su mayor negocio en el narcotráfico y subsidiariamente en la cancha.
La pelea se dirimió a los tiros y en un bar en pleno Palermo, a la vista de todos los presentes, y terminó con tres heridos y uno de bala. El ataque quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar. A las 21.59 de este miércoles, de un segundo para el otro, todos los clientes de un bar ubicado en la esquina de Niceto Vega y Humboldt buscaron refugio cuando un grupo de diez personas vinculadas a una facción rival de la barra oficial del “verde” se bajaron de dos autos y una camioneta blanca.
El grupo tenía su objetivo claro: Hernán Benito Castorani, el líder de “La Banda del Nevado”. Castorani estaba allí junto a otros miembros de la barra oficial en medio de un agasajo. El grupo festejaba la salida de prisión de uno de sus integrantes: alias “Milanito”. El hombre, de apellido Milano, había salido de un calabozo el fin de semana pasado y pensaron que sería una buena idea recordar viejos tiempos en un bar.
Pero la facción rival, que aún se investiga quiénes fueron, tenía el dato y planeó el ataque. Llegaron a toda velocidad, bajaron rápidamente de los vehículos y los atacaron desde todos los frentes mientras el grupo de Castorani se encontraba en las mesas ubicadas en la vereda del bar.
Enseguida comenzó una batalla a las golpes, donde se revolearon sillas y botellas. Hasta que uno de los hombres de la barra rival sacó su arma y gatilló contra Mauro García Corral, de 36 años, un miembro de “La Banda del Nevado”. Luego escaparon a toda velocidad a bordo de los vehículos por la calle Humboldt. Mientras tanto, Corral tuvo que ser trasladado de urgencia por su compañeros al Sanatorio Fleming; le habían dado en la pierna, como quedó registrado en las cámaras de seguridad.
Una vez que la Policía llegó al lugar, los testigos no quisieron brindar demasiados detalles de lo sucedido. En el bar todos saben quién es Castorani y prefieren callar antes de tener problemas.
Sin embargo, la historia detrás de los disparos esconde una rencilla de vieja data que para entenderla hay que remontarse a 2014, cuando una investigación por narcotráfico hizo caer a los ex jefes, Maximiliano Vuletín, alias el Gordo, y Jorge Farfán, quienes habían asumido en 2012 tras el crimen, también por un tema de drogas, de Alejandro Flores, apodado Chiquitona.
Después de su arresto, en la tribuna se hicieron fuertes los hermanos Lucero, con el gordo Roberto Santos Lucero al mando y el apoyo de Martín Pérez, mano derecha de los Di Zeo en la barra de Boca. Fueron dos años en que llevaron a sangre y fuego a una tribuna vinculada a los negocios con la política haciendo base no sólo en su barrio sino también en la zona Sur de la Capital, con epicentro en Lugano y Soldati, de donde empezaron a sumar gente para la barra.
Pero el grupo del Bajo Belgrano se vio relegado y entonces planteó la guerra: en julio de 2016 balearon a Santos Lucero en la puerta de un maxikiosco de la avenida Libertador en una zona insólitamente liberada por la Policía dando origen a una serie de batallas con armas de fuego que duró un año. Así siguió hasta que el grupo del barrio, liderado presuntamente, según la investigación de la fiscalía de Saavedra, por Fernando Nando Podestá, Hernán Benito Castorani, Martín Tachuela y Fabricio Salvarreguy, se quedó con todo el poder.
Así Perez se recluyó en la barra de Boca y la facción de Soldati, con otros hermanos al frente, Los Aguilera, abandonó a su líder Lucero y se alineó detrás de los nuevos jefes: Podestá, Castorani, Tachuela y Salvarreguy.
En ese momento parecía que llegaba la calma a Excursionistas y otra vez los negocios narco, según la investigación del fiscal, comenzaron a fluir. De hecho, se abrió una causa por intento de homicidio y asociación ilícita. Pero la barra de Podestá y Salvarreguy estaba fuerte. Los Aguilera, con Sarni a la cabeza, se reconvirtieron en punteros políticos de Soldati. Los Santos Lucero rumiaban bronca. Pero a fines de 2019 volvió la guerra. Es que la barra oficial con el poder acumulado y las relaciones con las fuerzas de seguridad creyeron que podían hacer cualquier cosa. Saqueaban el buffet y la utilería de la institución, pero todo estalló en noviembre, cuando en el clásico contra Defensores de Belgrano por el torneo de fútbol femenino agredieron a las jugadoras rivales e ingresaron al vestuario a robarle las pertenencias a las propias.
La dimensión que tomó el acontecimiento en los medios los debilitó y la vieja guardia vio una puerta para volver a entrar. Nando y Fabricio, señalados por todos, tuvieron que retraerse y la cara visible de la barra pasó a ser Castorani. A él fueron a buscarlo en marzo en el festejo de su cumpleaños. Y hubo balas por todos lados.
El vuelto vino el 17 de agosto, cuando la oficial emboscó a Santos Lucero que terminó herido de un balazo al lado del pecho y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. En el medio, los Aguilera con Sarni y Kenchu a la cabeza se agarraron a tiros con una banda rival para quedarse con la logística del plan Detectar en Soldati. Increíble. Estaba la olla a presión y cuando la semana pasada la AFA le puso fecha de regreso para el 23 de noviembre al torneo de Primera C, todos se pertrecharon. Porque si bien no habrá público, sí hay negocios ilícitos que los controla quién domina la tribuna y eso quedará claro según qué bandera flamee en el debut.
De este modo, el fin de semana pasado salió de prisión Milanito, otro hombre de la barra oficial. Y para celebrarlo, invitó a Castorani y a un par más a un festejo cervecero en Palermo. Y la historia se volvió a repetir.
Mientras tanto, el hecho quedó a cargo del fiscal Anselmo Castelli titular de la fiscalía criminal y correccional nacional Nº57, quien en estos momentos analiza las cámaras de seguridad para dar con los atacantes y lograr comprender qué facción concretó el ataque a días del comienzo del campeonato.
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