Luego del hallazgo de un cadáver descuartizado dentro de un tambor con cal y ácido en una cocina de droga en Quilmes, los investigadores lograron establecer la identidad de los restos. Según confirmaron fuentes judiciales a Infobae, se trata de Rodrigo Cristaldo, el hombre desaparecido desde el pasado 5 de octubre y quien fue visto por última vez en la zona del hallazgo.
La identificación se dio tras el resultado de la autopsia, donde se comprobó que el motivo del deceso fue una fractura de cráneo. De este modo, el cuerpo ya fue entregado a la familia, según aseguraron fuentes de la investigación a Infobae.
De acuerdo al informe forense enviado al fiscal de la causa, Leonardo Sarra, titular de la UFI Nº 2 de Quilmes, Cristaldo presentaba una fractura en el cráneo debido a un golpe con algún objeto contundente que le causó la muerte.
Los forenses también detectaron en el cráneo una serie de clavos metálicos que, por lo que refirieron los propios familiares de la víctima, le habían sido colocados luego de una operación a Cristaldo, quien padecía un tumor cerebral.
Mientras tanto, los detectives buscan al principal sospechoso del atroz crimen. Se trata de Antonio Ansaloni, de 65 años, el hombre que reside en el lugar donde encontraron a Cristaldo y quien tiene como antecedente una causa por comercialización de estupefacientes en el departamento judicial Dolores por la que estuvo preso, según detallaron fuentes judiciales.
El hombre, por su parte, no tenía ninguna denuncia en Quilmes por venta de drogas pese a que ayer, además del cadáver, encontraron en el domicilio allanado una cocina de cocaína, según consignó la agencia de noticias Télam.
Cristaldo, de 41 años y con problemas psiquiátricos, estaba siendo buscado desde el 5 de octubre tras una denuncia por averiguación de paradero de su familia en la comisaría 2da. de Quilmes.
La propia familia le informó al fiscal Sarra que en la búsqueda le habían comentado que Cristaldo había tenido un problema con el dueño de una casa situada en Zeballos al 300, el lugar donde hallaron su cadáver mutilado.
Cristaldo solía ayudar en la limpieza de esa casa hasta que descubrió que allí Ansaloni tenía armas y drogas. En ese momento, Cristaldo le reprochó el hecho de que podía terminar preso.
“Desde ese momento este tipo juró que lo iba a dejar caminar y el día que lo agarrara lo iba a cortar en pedacitos”, contó ayer a la prensa Maximiliano, el hermano de la víctima, quien agregó que antes de desaparecer, a su hermano lo vieron salir de la villa Itatí, donde cortaba el pelo gratis, junto al sospechoso.
Con estos datos, el fiscal Sarra dispuso ayer un allanamiento de urgencia en la vivienda del sospechoso y dentro de un tambor encontraron el cuerpo descuartizado, cubierto de ácido, cal y cemento.
En el momento del allanamiento, dos hombres escaparon por los techos de la vivienda, lograron huir a pie y se presume que uno de ellos era el fugitivo Ansaloni.
Además, en la casa hallaron productos químicos, seis botellas de ácido, un bidón de cinco litros de nafta, seis bolsas de nailon transparente con dos kilos y medio de una sustancia que dio positivo en el narcotest como clorhidrato de cocaína y dos paquetes con dos kilos de marihuana.
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