La ruta de la marihuana en el noreste argentino está de vuelta, desde los desmontes en Pedro Juan Caballero y la triple frontera hasta la selva espesa, con la commodity ilegal más vendida de todo el continente como carga.
La ruta, como siempre, va hacia las villas de Buenos Aires o hacia Chile para abastecer al mercado del otro lado de la cordillera. Los últimos meses de la pandemia llegaron con las incautaciones de kilos o toneladas a un ritmo que parece superar al histórico. A fines de septiembre, efectivos del Escuadrón 11 “San Ignacio” de la Gendarmería Nacional secuestraron poco más de nueve toneladas y media en un retén sobre la Ruta Nacional N° 12, a la altura del peaje Santa Ana. Por el hecho, dos hombres, ambos de nacionalidad brasileña, quedaron detenidos luego de transpirar nerviosos mientras un perro entrenado los olía y saltaba excitado.
El manifiesto de carga, un poco mentiroso, indicaba que transportaban muebles: la hierba compactada estaba en el semirremolque con patente brasileña también, a simple vista. El olor típico de la marihuana paraguaya compactada, con un dejo a orina y humedad, era indisimulable.
No fue la única incautación de este tipo. Pero la norma suele ser la falta de detenidos, quizás camioneros, los transportistas que son fusibles que los narcos queman. Los kilos no les duelen tanto tampoco, 30 dólares al pie de la plantación según cuentan fiscales en Paraguay. Sin embargo, esta vez cayó un hombre fuerte, oriundo de Paraguay, con una historia complicada.
Esta semana, la Unidad de Investigaciones de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales “Misiones” de Gendarmería y tres escuadrones de la fuerza entraron en una finca de la zona de Gobernador Roca. En el semirremolque de un camión Volvo se acondicionaban 463 bultos con más de 8800 kilos de hierba. Se realizaron otros tres procedimientos, a cargo de la Fiscalía Federal N°2 de Posadas y el Juzgado Federal de Misiones, con la colaboración de la PROCUNAR. Se allanaron también objetivos en la zona de Jardín América, Puerto Rico, Colonia Polana, Colonia Gisela.
Se sospecha, por ejemplo, que la banda habría adquirido propiedades en la margen del rio Paraná para utilizarlas como puertos de ingreso, en una logística por agua y tierra. Se encontraron armas, vehículos, un millón de pesos. Hubo cuatro detenidos en Jardín America, al parecer parte de un clan familiar, dos de ellos tenían un pedido de captura. Hubo dólares también, más de 17 mil.
Entre los arrestados también está el sospechoso paraguayo, Eduardo González Rojas.
González Rojas fue encontrado, aseguran fuentes cercanas a la causa, en la zona de Jardín América. Lo acompañaba una mujer, aseguran fuentes con acceso a la causa a Infobae: se cree que intentaba huir al haberse enterado de los operativos. No es su primer arresto, según medios paraguayos.
En 2017, González Rojas, de 32 años en ese entonces, oriundo de San Pedro de Paraná, fue encontrado en la zona de Pirapo, departamento de Itapuá, junto a un primo hermano, mientras iban a bordo de un Toyota. Les incautaron dólares, peso argentinos, un revolver calibre 40 y trece cartuchos, siete celulares. Se creyó que eran sicarios en ruta. Fuentes de la investigación aseguran que tiene una vieja historia en la provincia de Buenos Aires, que incluso se recibió de abogado y logró tener un estudio en la zona de Encarnación.
Ahora, queda determinar su rol en la trama: qué hacía aquí y cuál es su vínculo con las casi 8 toneladas.
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