El viernes 2 de este mes, el Tribunal Oral N°5 integrado por los jueces Adrián Pérez Lance, Enrique Gamboa y Fátima Ruiz López, decidió sobre el caso de Ariel Ricardo Mossuto, 39 años de edad, hoy vecino de un asentamiento de Lanús.
La historia era algo antigua, el expediente había comenzado en 2014, con un sumario iniciado en la vieja Comisaría N°32. En la casa 32 de la tira 2 de la Villa Zabaleta de Barracas, Mossuto había apuñalado a su ex pareja, la madre de su beba, en ese entonces de dos meses.
Mossuto fue detenido. El 16 de septiembre de 2016, el ahora Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional n° 5 condenó a Ariel Ricardo Mossuto a la pena de siete años de prisión y costas por considerarlo penalmente responsable de los delitos de homicidio simple en grado de tentativa, en concurso ideal con lesiones leves agravadas por haber sido cometidas para perpetrar otro delito. Así, el acusado pasó al menos tres años preso en un penal federal de acuerdo a registros previsionales que muestran que cobró el sueldo en blanco de los detenidos que realizan trabajos intramuros, al menos hasta fines de 2018.
El fiscal de juicio reclamó a la Cámara: la calificación debía incluir la violencia de género. Así, finalmente, la causa volvió al TOC N°5. El viernes pasado, los jueces aumentaron el monto de la pena, tres años más, incluyeron el agravante, pero de acuerdo al fallo al que accedió Infobae, Mossuto -representado por un defensor oficial- no irá a la cárcel a cumplir el resto de su tiempo.
El Tribunal consideró no hacer lugar al pedido de detención del fiscal general Juan Manuel Fernández Buzzi y decidió que Mossuto continúe gozando de la libertad ambulatoria de la que disfrutaba tras un fallo previo de la Cámara y un incidente de excarcelación, pero con una prohibición de acercamiento a su ex y una tobillera en el pie con rastreador de GPS.
La decisión sorprende, dada la brutal secuencia del hecho.
Estaban separados ya, Mossuto y su ex, hace cinco meses según documentos de la causa. En la noche del sábado 13 de septiembre de ese año, Mossuto llegó a la casa de su ex pareja con la excusa de ver a su bebé. El hombre tomó a la nena, su ex pareja comenzó a inquietarse al ver a la bebé en brazos de Mossuto. La tensión se disparó: el hombre extrajo un cuchillo que llevaba oculto en la manga del buzo.
Así, en presencia de dos amigas de la mujer, una de ellas su prima, se abalanzó sin piedad para quitarle la vida a su ex.
Primero la hirió en la cabeza, rasgándole el cuero cabelludo y la oreja izquierda. La prima de su mujer también recibió heridas, un corte en un muslo. La ex pareja de Mossuto intentó escapar: el hombre le hundió el cuchillo entre las costillas mientras salía. No murió de milagro. Un gendarme que estaba en la cuadra intervino y pudo frenar lo que hubiera sido un femicidio bestial en una situación marcada por violencia de género absoluta.
El fallo del viernes pasado, por otra parte, dice al final: “ARCHÍVESE LA CAUSA”.
Si sufrís o conocés a alguien que sufra violencia de género podés llamar a la línea 144 las 24 horas.
Seguí leyendo: