Habla el hombre que pasó 14 años preso por un crimen que no cometió: “Nadie va a poder devolverme lo que me sacaron”

La Corte Suprema absolvió a Jorge Enrique González Nieva, condenado a 25 años por un homicidio en una salidera bancaria. El apoyo de los presos en la cárcel, su militancia para salir y por qué siente que no es el único

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Jorge González Nieva en su
Jorge González Nieva en su casa de la zona oeste.

Jorge Enrique González Nieva manejaba un taxi tras años de ser colectivero cuando se lo llevaron detenido por supuestamente matar de un tiro en la cabeza en mayo de 2006 a una mujer en una salidera bancaria a metros del banco BBVA de Morón. La Policía Bonaerense buscaba a un tal “Funfa". Un testigo lo marcó, así que debía ser Jorge. Detrás, había algo más complejo: una pelea con un vecino, policía de la Federal, que resultó ser amigo de un policía de la Bonaerense, dice Jorge. Luego, tuvo una pelea con un funcionario judicial en la calle, que terminó en una causa. Todo se mezcló.

Según consta en el expediente de su condena, un policía de apellido Casco, de la Comisaría 3° de Merlo, el amigo de su vecino de la Federal, había recibido un llamado anónimo en el que una persona que no se identificó le decía que el autor del disparo era un sujeto apodado “Funfa” y que, por averiguaciones, podía decir “en libre convicción” que “Funfa” era Jorge Enrique González Nieva. Luego, un testigo apareció y lo marcó en la Comisaría 3° de Castelar Sur, sin la presencia de abogados de Jorge, una irregularidad de tantas.

El sistema penal fluyó como suele hacerlo. El Tribunal Oral N° 1 de Morón lo condenó a 25 años como asesino y ladrón. Así, Jorge fue preso. La condena fue confirmada por una sala de Casación. Su defensa apeló. Durante todo el proceso clamó por su inocencia. Su pelea, con Mario Coriolano, titular de la Defensoría de Casación Bonaerense, llegó hasta la Suprema Corte bonaerense. Luego, se sumó como abogado Manuel Garrido, ex diputado, presidente de la filial local del Innocence Project, dedicada a revertir condenas a personas inocentes. La Corte provincial falló en su contra. Entonces, la defensa de Jorge, con el abogado Mario Coriolano, fue a la calle Talcahuano, a la última instancia posible en el máximo tribunal nacional, con un recurso de queja presentado hace cinco años atrás.

En 2016, Innocence Project encontró al testigo incriminador, un albañil. Según fuentes en la ONG, el albañil recordó en detalle la causa de la “salidera bancaria” y aseguró que “los policías lo volvieron loco”, habló de las múltiples oportunidades en que se presentaron en su casa con fotos. El albañil accedió a dar su testimonio ante una escribana pública y a que la entrevista fuera filmada.

Los tres primeros párrafos en esta nota son una síntesis en el tiempo: casi 14 años de vida de Jorge, más de 13 entre rejas, en las leoneras y pabellones de penales como General Alvear, trasladado una y otra vez. Le dieron la prisión domiciliaria hace más de un año. Volvió al Oeste, a su familia.

Hoy al mediodía, el abogado Garrido llegó a la casa del ex taxista en el Oeste. “Acuerdo”, decía la novedad sobre su expediente en el sistema web de la Justicia. Poco antes de las 15, la Corte Suprema de Justicia finalmente lo absolvió.

En el fallo, los jueces Rosenkrantz, Rosatti, Maqueda, Highton y Lorenzetti esgrimen duras críticas a la Corte provincial. Dicen que, básicamente, se condenó a González Nieva con nada, en procesos contrarios a los fundamentos del derecho, un hombre proverbialmente emplumado por el sistema.

Mientras tanto, el taxi que Jorge manejaba quedó en un depósito, entre polvo y mugre. No fue compactado. Quizás ni sirve. Fue abuelo en la cárcel. Sus nietas tienen la edad que tenían sus hijas cuando se lo llevaron detenido. El shock de la absolución se asienta de a poco. La tobillera electrónica comienza a pesarle y mira al futuro. Tendrá que pensar en su sustento, en trabajar, qué hacer, encontrarse con el mundo de la pandemia.

“Hace 14 años que esperaba esto”, dice Jorge a Infobae, una frase retórica, con el resto del tiempo por delante. Su discurso no es duro ni amargo, no grita. Hoy, Jorge tiene 55 años.

-Está esperando que le saquen la tobillera, me imagino.

-No sé cómo se maneja. El Tribunal que me condenó todavía no fue notificado, esto pasó recién. Deberían venir a sacármela hoy.

-¿Qué salió mal? ¿Qué cree que pasó con su historia?

-El problema es que no solamente me paso a mí. Va a seguir pasando mientras siga habiendo policías y funcionarios corruptos. Por suerte hay muchas organizaciones que te dan una mano. Gracias a Innocence Project demostré mi inocencia. Hay gente que desgraciadamente no tiene la capacidad de luchar. También hay mucha gente que en la cárcel se tira al abandono y espera que los años le pasen. Cuando estuve detenido traté de gritar a los cuatro vientos mi inocencia.

Jorge y su abogado, el
Jorge y su abogado, el ex diputado Manuel Garrido, presidente de la ONG Innocence Project.

-¿En cuántos penales estuvo?

-Cuando empecé estuve en General Alvear. Me hicieron entrar en 17 cárceles. Conozco todas las de la provincia. Y no es que yo era una persona conflictiva. Quizás hay una llamada para que me lleven a los peores lugares y pueda tener problemas, que me quite la vida. A los presos siempre le fui con la verdad, les dije que siempre fui un laburante. Los presos me sabían entender. “Vos venis con la verdad, no sos del palo, te vamos a dar una mano en lo que puedas”. Y me la dieron. Yo no fui con una mentira para hacerme un cartel.

-¿Siente que le pueden devolver algo de su vida?

-Nadie va a poder devolverme lo que me sacaron. No se trata de lo material. Se trata de los sentimientos. No pude ver el crecimiento de mis hijas.

-¿Piensa en un resarcimiento económico?

-No sé. Mis abogados me van a asesorar con eso.

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