En el marco de la investigación por el crimen de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que fue baleado por agentes de la policía de Córdoba cuando circulaba en un auto con cuatro de sus amigos en la capital provincial el fiscal José Mana ordenó ahora la detención de otros cuatro efectivos, acusados de falso testimonio y encubrimiento agravado.
De esta manera, ya son 13 los uniformados involucrados en la causa, de los cuales nueve están bajo arresto. Se suman a la lista de imputados, tres empleados de la clínica Aconcagua, el sanatorio donde se negaron a atender al adolescente después de haber recibido el disparo policial. Según publica el diario La Voz del Interior, los nuevos detenidos son el cabo Leonardo Alejandro Martínez, el cabo Leandro Alexis Quevedo, el oficial ayudante Ezequiel Agustín Vélez y el agente Rodrigo Emanuel Toloza.
De acuerdo con lo que pudo averiguar la fiscalía a cargo de Mana, los policías mintieron primero al decir que desde el Fiat Argo donde viajaba la víctima habían arrojado un bulto con un arma. De hecho, gracias al análisis de cámaras de seguridad, pudieron establecer que en realidad desde un Ford Kinetic los policías habrían lanzado esa arma para tratar de “plantarla” y comprometer a los jóvenes baleados. En ese sentido, se habría establecido que fue la suboficial Wanda Esquivel (detenida) quien arrojó el bolso con la pistola en su interior. Para esto fue clave el testimonio de un un testigo que compromete a todo el grupo de agentes.
Pero no es lo único en lo que incurrieron los efectivos. De acuerdo con la investigación, falsearon la versión de que dos motociclistas habían sido agredidos por los jóvenes compañeros de Blas antes del ataque a balazos. Lejos de confirmar esta versión policial, los motociclistas apenas aseguraron que esa noche sólo le indicaron a los uniformados que habían tenido un cruce por una mala maniobra con los chicos y que ellos habían chocado al auto en una puerta.
La pro secretaria de la fiscalía, María José López, indicó en declaraciones a Radio Universidad que “luego de un arduo trabajo de entrecruzamiento entre 25 líneas telefónicas y de estudiar las imágenes de más de 40 cámaras tanto de domos como de móviles policiales, más la incorporación de nuevos testimonios, entre otras cosas, le ha permitido al doctor Mana atribuir nuevas responsabilidades penales de cuatro policías”.
“Esto nos ha permitido cerrar otros dos tramos de la investigación. Estamos tratando de cerrar todo lo acontecido a lo largo de esa noche para no dejar absolutamente nada sin investigar”, concluyó la pro secretaria.
En la causa, están imputados los cabos primeros Lucas Gómez -señalado como autor del disparo fatal- y Javier Alarcón, que estaban en el retén. Se estableció que ambos dispararon. Al igual que ellos, están detenidas, con prisión domiciliaria, las dos cabos primeros, Yamila Martínez y la mencionada Esquivel. Otro que se suma es el subcomisario Sergio Alejandro González, acusado de encubrimiento o falso testimonio. También están imputados aunque sin detención, los comisarios inspectores Walter Soria y Jorge Galleguillo, el subcomisario Enzo Quiroga y el oficial de la división Motocicletas Ezequiel Henot.
El homicidio de Correas ocurrió en la madrugada del pasado 6 de agosto cuando, junto a cuatro amigos y compañeros de colegio, circulaban en un automóvil luego de reunirse en un bar y, según el sumario policial, evadieron un control policial en la zona sur de la ciudad de Córdoba.
Comenzó entonces una persecución hasta que los policías dispararon varios tiros, de los cuales cuatro impactaron contra el vehículo en el que viajaban los jóvenes, uno de los cuales ingresó por la luneta y se incrustó en el omóplato del adolescente, quien iba en la parte de atrás y murió a causa de la herida.
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