Un vecino del barrio Congreso Nacional, en la localidad salteña de Cerrillos, fue testigo de un hallazgo atroz: el cadáver de una persona mientras aún ardía entre la maleza, rodeado de lo que serían algunos de sus objetos personales. Debido al estado en el que fueron hallados los restos, aún no se pudo establecer la identidad de la víctima, pero todo hace suponer que se trataría de una mujer, resaltaron fuentes judiciales a Infobae.
El cadáver fue encontrado ayer en un camino vecinal de la zona norte del pueblo, cerca de las inmediaciones del centro de salud Néstor Kirchner, por un hombre de unos 50 años que pasaba ocasionalmente por una zona con abundante vegetación. “En el lugar se encontraron diversos elementos de interés, que permiten presumir que se trata del cuerpo de una mujer, lo que será confirmado por pruebas científicas, ya que el daño sufrido impide una identificación fehaciente”, comunicó el Ministerio Público Fiscal de Salta.
La investigación quedó a cargo del fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas en turno, Ramiro Ramos Ossorio, quien dispuso la intervención del Cuerpo de Investigaciones Fiscales en el lugar y que el cuerpo fuera trasladado al Servicio de Tanatología Forense del CIF. “Falta la confirmación oficial y los resultados de ADN porque fue una autopsia muy complicada por el estado del cuerpo. Todavía no se puede decir que se trata de una mujer pero los elementos hallados en la escena indicarían eso”, dijo la fuente judicial a este medio.
Según le contó un obrero de la construcción que se encontraba allí al diario El Tribuno, entre las 11 y las 11:30 un hombre se le acercó preguntando si había un destacamento policial en la zona, ya que quería informar que “había un incendio de pastizales cerca de la salita”. Inmediatamente, el albañil se rectificó y dijo que el hombre en realidad vio que “un cuerpo se estaba prendiendo fuego”.
José Mena es el nombre del obrero que habló con el medio local. “El hombre cuando me contó se empezó a asustar, nervioso por lo que había visto”, contó el obrero. De acuerdo con su versión, él mismo se acercó hasta el cuartel para buscar a un bombero pero no había efectivos disponibles, ya que se habían dirigido a otro incendio. Por eso, decidió él mismo ir en su moto hasta el lugar donde estaban las llamas el cuerpo en llamas y corroborar lo que le había dicho el hombre de 50 años.
Según dijo, cuando llegó, vio que en la escena había un “palo clavado con una mochila colgada y arriba, unos lentes, supuestamente de mujer. Estaban bien acomodadas las cosas. Me acerqué para ver y se le veían las manos quemadas, el cráneo. Sentí un olor feo y me vine”, relató Mena. Inmediatamente, consiguió un celular para llamar al 911.
El móvil del destacamento Los Álamos tardó unos 20 minutos en llegar. El propio obrero fue quien guio a las autoridades hasta el lugar y finalmente corroboraron que se trataba de un cuerpo calcinado. A este lapso de espera se sumó el tiempo del pedido de auxilio del hombre de 50 años y la llegada del obrero Mena a la escena del hecho. Por eso cuando llegaron, los efectivos comprobaron que el cuerpo ya se había calcinado en gran parte y su identificación ahí mismo fue imposible. Además de la mochila y los anteojos, en el lugar había un celular que sonaba insistentemente. “Empezó a sonar del interior de la mochila. No paraba. Parecía una película de terror. Fue muy feo. Después me volví a mi lugar de trabajo y el móvil policial se encargó del cuerpo”, finalizó el albañil.
Todos los elementos fueron secuestrados por el fiscal para avanzar en la identificación de la persona quemada. El caso, en sí, remite a uno de los misterios policiales más grandes de la historia reciente: la aparición del cuerpo quemado de una mujer en Puerto Madero en el verano de 2015, cerca del edificio Le Parc donde falleció el fiscal Alberto Nisman, una víctima que nunca pudo ser identificada.
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