La muerte del inspector Juan Roldán, que fue apuñalado en el pecho por un hombre a plena luz del día en Palermo, volvió a abrir la discusión sobre los protocolos que deben seguir los policías a la hora de enfrentarse con delincuentes violentos en la vía pública.
Según relataron varios testigos, el agresor -identificado como Rodrigo Facundo Roza- empuñó un arma blanca en cuanto vio que los efectivos se acercaban y amenazó con atacarlos.
En sintonía con el protocolo, los cuatro efectivos actuaron progresivamente y en forma disuasiva para intentar reducirlo con el menor uso de fuerza posible, tal como se puede ver en los videos captados por las cámaras de seguridad.
Sin embargo, el repentino ataque y la intención de no hacer un uso excesivo de las armas de fuego le terminó costando la vida a uno de los policías.
Consultado por Infobae, el abogado Raul Alcalde señaló que no existe un protocolo específico para actuar ante personas dementes o enajenadas pero elogió el comportamiento disuasivo de los policías.
No obstante, lamentó que Argentina no tenga “un criterio uniforme” sobre cómo actuar en estos casos y explicó que “en cualquier otro lugar del mundo no se acercan tanto y no se dialoga tanto: se lo hace caer”. En ese sentido, agregó que eso es únicamente posible en una sociedad que “lo avala”.
“Acá estamos muy lejos desde los judicial, desde lo que plantean algunos medios, y desde lo que piensa la gente”, dijo y destacó que si el inspector Roldán hubiera usado su arma antes “habría terminado imputado por exceso de fuerza y, si lo mataba, directamente enfrentaría un juicio por homicidio agravado”.
“Cuando tienen que esperar a ser víctimas de una agresión, pasan estas cosas, a veces no llegan”, detalló el abogado que se especializa en representar policías. Y aclaró: “Pero a los jueces nuestros les cuesta mucho entenderlo”.
Para Alcalde, en casos como este podrían haber sido muy efectivas las pistolas Taser, ya que con una descarga eléctrica hubieran permitido la reducción del sospechoso.
En la misma línea, el abogado penalista Claudio Calabressi, que también intervino en la defensa de policías que tuvieron que argumentar su legítima defensa en casos similares, explicó que si Roldán se hubiera podido defender y hubiese matado al portador del cuchillo, “se hubiera terminado analizando si actuó dentro de los límites de la legítima defensa, si se excedió innecesariamente o si cometió un delito más grave como un homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”.
“Posiblemente, si lo hubiera matado el policía estaría preso ahora y se debería definir su situación en un juzgado. Podría quedar demorado varios días”, dijo.
En cambio, explicó que en países como Estados Unidos, “si te dan la voz de alto y movés una mano te disparan”.
La opinión de la ex ministra de Seguridad
Consultada por Infobae, la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pidió volver a la doctrina que se implementó durante su gestión: “Que el policía no tenga miedo de actuar”.
“En muchos casos la interpretación frente a situaciones donde un policía se encuentra con una persona armada con un cuchillo, termina favoreciendo al portador del cuchillo, porque se considera que es un arma de menor letalidad, y no es así”, explicó.
Sobre este punto, Bullrich detalló: “En el mundo se llama regla Tueller. Nosotros la dejamos escrita en los manuales de formación. Cuando una persona se acerca a un policía con arma blanca a menos de 7 metros debe disparar porque pone en peligro su vida o la de terceros”.
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