La Policía Bonaerense logró recapturar a uno de cuatro detenidos que se habían fugado durante la madrugada del lunes de la Comisaría 1ª de José C. Paz, cuando éste huyó junto a otros tres internos después de romper los barrotes de una reja y ganar la calle.
Se trata de Alberto Ernesto Daniel Acosta (40), quien se encontraba detenido por robo calificado, en el marco de una causa que lleva adelante por la UFI N°20 de San Martín con el fiscal Gustavo Carracedo, según adelantó Télam.
El delincuente fue capturado en la noche del lunes, luego de que ingresara al domicilio de un familiar en la calle Miller, entre San Blas y Caracas, en el barrio Frino.
Los otros tres detenidos que todavía permanecen prófugos son Luis Joel Valenzuela (30) y Javier Carlos Coseres (38), ambos imputados por el delito de robo, y Fernando Ángel Duarte (24), acusado de portación ilegal de arma de guerra y encubrimiento.
Uno de ellos es considerado de alta peligrosidad, con una causa previa por homicidio.
El caso de la fuga de la celda de la Comisaría 1ª de José C. Paz -la tercera en los últimos meses, con un nuevo caso que se sumó en Cañuelas en las últimas horas- fue nada menos que el reflejo del grave escenario de superpoblación que atraviesan las cárceles y centros de detención en la Argentina.
Fuentes policiales confirmaron a Infobae que la propia Comisaría 1ª, donde se registró la fuga, se encuentra con un desborde absoluto de internos: sus celdas tienen capacidad para 15 personas y al momento del incidente estaban detenidos 78 individuos. Al menos 49 de ellos se encontraban con oficio de remisión.
De acuerdo a las primeras investigaciones, en la celda donde se lograron romper los barrotes había cinco personas detenidas. Acosta, Valenzuela, Coseres y Duarte lograron fugarse, mientras que al quinto preso lo dejaron maniatado dentro del calabozo.
En la investigación del hecho tomó intervención la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 20 de Malvinas Argentinas, a cargo del fiscal Gustavo Carracedo, quien dispuso que se labren actuaciones a la policía de la seccional para determinar responsabilidades, mientras se esperan directivas de la Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI).
A fines de abril de este año, en plena cuarentena obligatoria por el coronavirus y en una atmósfera de motines en cárceles, ocho detenidos rompieron una reja, tomaron cautivas a dos policías y huyeron de otra comisaría bonaerense del partido de Lomas de Zamora. La fuga había comenzado cerca de las 21 horas cuando los detenidos alojados de la Seccional N°4 de Llavallol, ubicada en la calle Euskal Echea al 200, escaparon de la celda, cortaron la luz, golpearon a dos efectivas que estaban de guardia y huyeron a toda velocidad por la puerta principal de la dependencia.
Otros seis presos se escaparon a fines de marzo de la Comisaría 5° en el barrio La Cañada de Quilmes. Limaron una reja de un conducto de ventilación y llegaron a la calle tras treparse a una terraza y saltar. Cuatro de ellos fueron recapturados poco después. La huida fue reportada por los propios policías de la seccional tras hacer un recuento de rutinas en las celdas.
En los últimos cinco años, la cantidad de detenidos aumentó más que nunca en la provincia de Buenos Aires. En mayo de este año había 5480 detenidos, con lugar para 1200 -350 por ciento de su capacidad-, un dato difundido por la Comisión Provincial por la Memoria y confirmado por fuentes del Ministerio de Seguridad provincial.
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