El domingo 30 de agosto pasado, aproximadamente a las 10 de la mañana, Cesar Daniel Tizato, un joven de 15 años de la localidad de San José, ubicada al sur de la provincia de Misiones, casi al límite con Corrientes, le avisó a su madre que saldría a caminar por el campo y a pescar junto a un vecino de 44 años.
Cerca de las tres de la tarde, ese hombre, Arnaldo Richard Cristaldo, regresó a la casa de la familia Tizato en el barrio Pindapoy, donde Daniel vivía hace unos años junto a su madre, su padrastro y ocho hermanos, y dijo que, cuando regresaban de pescar, el adolescente se había cruzado en el camino con dos jóvenes, que se quedaron conversando y que él había decidido quedarse en el monte con ellos. Dijo también que él insistió para que Daniel volvieran a su casa, pero que el chico le aseguró que solamente se quedaría pescando un rato y luego regresaría.
Sin embargo, Daniel nunca volvió.
Ese mismo lunes, su mamá radicó una denuncia por la desaparición de su hijo y, desde entonces -hace ya más de tres semanas- la Policía de Misiones junto a otras fuerzas federales y el Ejército realizan rastrillajes en un extenso terreno de esa zona de Pindapoy, más precisamente en la zona de monte y las lagunas dentro del campo La Rosita, de casi 5 mil hectáreas, que pertenece a una importante empresa yerbatera.
Del operativo de búsqueda participan efectivos de la comisaría de San José, junto al personal Unidad Regional VII con asiento en Apóstoles, perros de la Brigada de Canes, con Infantería de las unidades Regionales VI de Alem y II de Oberá, además de los buzos tácticos de Prefectura, Gendarmería, personal del Ejército Nacional, del Servicio Penitenciario, Policía Científica y la división de Homicidios de la policía.
Estos últimos, según indicaron fuentes policiales a Infobae, encontraron el viernes pasado por la tarde un buzo azul enganchado entre las ramas que la madre del chico reconoció que pertenece a su hijo. Si bien se ampliaron los rastrillajes en esa zona en búsqueda de otros elementos, hasta el momento es el único rastro de Daniel que pudieron encontrar.
Cristaldo, por otra parte, que trabaja en un aserradero y registra otras trabajos en la industria agrícola, fue detenido al comienzo de la investigación para la averiguación de sus antecedentes. El hombre, padre de cuatro hijos, contó lo que según él había ocurrido cuando volvían de pescar junto al adolescente y brindó algunos datos de las dos personas que se quedaron con él. Como no había elementos suficientes para mantenerlo detenido, a los dos días fue liberado por disposición del Juzgado de Instrucción Nº 4 de Apóstoles, que interviene en la causa.
“Pienso que a mi hijo le secuestraron, tal vez alguien se lo llevó”, dijo Marisa Da Rosa, la madre de Daniel, que señaló que su hijo salió vestido con un pantalón negro, alpargatas negras y una mochila rosa. Si bien en un momento se barajó en el pueblo la hipótesis de que el adolescente se haya fugado por su cuenta debido a problemas personales o se haya subido a un tren de cargas que va a Buenos Aires y atraviesa esa zona a baja velocidad, su madre descartó esa opción: “Mi hijo es un chico normal, que no se metía con nadie, muy tranquilo”, indicó la mujer, que remarcó que su hijo tiene muchos amigos en la zona. “Nosotros acá no tenemos problemas con nadie, somos personas humildes. Pienso que tiene que aparecer con vida”.
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