La querella del caso Facundo Astudillo Castro planea solicitar que al menos dos móviles policiales que permanecen secuestrados en el marco de la causa vuelvan a ser peritados por expertos en rastros de Gendarmería Nacional, ya que desconfían de los análisis que se realizaron sobre esos vehículos.
En tanto, un peritaje realizado sobre la pequeña “turmalina” hallada el viernes pasado en el baúl del patrullero Toyota Etios de la Policía Local de Bahía Blanca, dio resultado negativo en busca de restos orgánicos, cuyo fin era lograr establecer un ADN y poder determinar científicamente si se trataba de la piedrita que llevaba como colgante Facundo.
El abogado Leandro Aparicio, uno de los que patrocina a Cristina Castro, la madre de Facundo, aseguró que solicitarán a los fiscales que tienen a su cargo la causa que dos camionetas policiales vuelvan a ser peritadas por Gendarmería.
Se trata de un móvil del Destacamento de Mayor Buratovich y otro de Teniente Origone, los cuales ya habían sido peritados por expertos de la Policía Federal, sin resultados positivos.
Una fuente judicial aseguró a Télam que en el marco del expediente que tienen a su cargo los fiscales Santiago Ulpiano Martínez, Andrés Heim y Horacio Azzolín “no llegó ningún pedido de la querella respecto a eso”.
La semana pasada, los peritos de gendarmería realizaron un peritaje en busca de rastros sobre el auto Toyota Etios de la Policía local de Bahía Blanca, el cual quedó acreditado que el 8 de mayo pasado estuvo durante 35 minutos detenido a 800 metros del lugar donde fue hallado el cadáver de Facundo.
El perro “Yatel” del adiestrador Marcos Herrera, perito de la querella, encontró en el baúl una pequeña parte de “turmalina” que, según la madre, pertenecía a un colgante que llevaba su hijo al momento de desaparecer.
Fuentes judiciales aseguraron a la agencia de noticias que un peritaje determinó que no se pudo obtener ningún rastro científico que pudiera establecer que efectivamente haya sido de Facundo. Sin embargo, “es probable” que se realicen otras medidas para establecer si era la “turmalina” que llevaba el joven fallecido al momento de desaparecer, como por ejemplo un reconocimiento por parte de los amigos de Facundo, dueños de la cervecería “Turmalina”, que fueron quienes le regalaron ese colgante.
“Es una situación parecida a la del amuleto de la sandía que fue encontrado en el destacamento de Origone”, dijo a la agencia la fuente consultada, en referencia a que los resultados de los peritajes de rastros no dieron positivo.
Facundo fue visto con vida por última vez el 30 de abril último, cuando en plena cuarentena por el coronavirus dejó su casa de Pedro Luro para ir a Bahía Blanca a ver a su ex novia.
Su cuerpo fue encontrado el 15 de agosto, tras varias semanas de búsqueda, en una zona conocida como Villarino Viejo, en avanzado estado de descomposición y a un par de kilómetros de una vía de ferrocarril en desuso que termina, justamente, en la localidad de General Daniel Cerri.
Un día después de su hallazgo, el cadáver fue trasladado a la ciudad de Buenos Aires, donde se le realizó la autopsia. Los profesionales que llevaron adelante ese procedimiento extrajeron material genético de los huesos y lo enviaron al laboratorio que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) tiene en la provincia de Córdoba. Finalmente, el 2 de septiembre se pudo confirmar que los restos encontrados correspondían al joven de 22 años que estaba desaparecido.
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