Mientras recrudecen los homicidios en zonas como Rosario, el crimen organizado en Santa Fe sufrió un duro revés con la incautación de un verdadero arsenal en lo que va del año por parte de la policía provincial. De acuerdo con el relevamiento oficial coordinado por el Ministerio de Seguridad, en los primeros ocho meses de 2020 se secuestraron 2.190 armas de fuego en distintos operativos, muchas de las cuales eran revendidas para abastecer a otros grupos delictivos.
“Durante lo que va del año retiramos de la calle 2.190 armas utilizadas por bandas criminales, cortamos varias de sus líneas de abastecimiento de armas y municiones en diferentes ciudades de la provincia y recogimos valiosa información para impulsar causas judiciales contra los delincuentes”, explicó el Secretario de Seguridad, Germán Montenegro.
Y agregó: “La información balística, que establece la identidad de las armas, es una información de gran utilidad para que la justicia avance en el esclarecimiento de los autores de enfrentamientos y homicidios”.
Montenegro subrayó que “el desarme de las bandas narcocriminales es uno de los objetivos centrales de la estrategia para reducir los índices de violencia” y recordó que en Santa Fe ya sacaron de circulación un armamento que venían utilizando estos grupos que quedaron acéfalos, porque sus jefes están en prisión.
“El virtual arsenal incautado incluye desde pistolas, pistolones, escopetas, armas denominadas tumberas, hasta ametralladoras e incluso un FAL del Ejército. Los registros de violencia siguen siendo elevados, pero las investigaciones en curso nos facilitan el mapeo de flujos y potenciales líneas de abastecimiento de armas y municiones”, concluyó Montenegro.
En Rosario, la Policía de Santa Fe junto a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) del Ministerio de Seguridad secuestraron un total de 692 armas y en la capital provincial unas 577. Y lo que más llamó la atención de los especialistas fue la aparición cada vez más de armas modificadas por mecánicos armeros, que pasan a ser automáticas para tener un mayor poder de fuego, sobre todo en ciudad de Santa Fe.
La Agencia de Inteligencia Criminal, por su parte, encontró armas vinculadas a organizaciones como la de Esteban Lindor Alvarado, la de Tania Rostro, Los Monos y sus ramificaciones como el caso de “Cachete" Díaz, entre otras.
Hay un tarifario. Hoy en día, en el mercado negro, se puede conseguir un arma por un monto que va desde los $50.000 pesos hasta los $60.000. Más “caliente” está el arma (esto es, cuando menos tiempo transcurrió desde la última vez que fue utilizada en un hecho ilícito), menor es su valor y viceversa, una regla básica del delito. Por otra parte, mientras tenga menos marcas características que puedan hacerla reconocible o que permitan establecer una trazabilidad de la misma, mayor es su precio, algo básico para evitar caer en pericias balísticas.
Ahora, ¿de dónde viene todo este material?
Lautaro Sappietro, subsecretario de la Agencia de Prevención de la Violencia con Armas de Fuego (APVAF) del Ministerio de Seguridad explicó cómo se abastecen estas bandas criminales: “Las fuentes que principalmente nutren a los circuitos ilegales de armas de fuego se conforman básicamente del robo a privados y de las filtraciones estatales”.
La APVAF es el organismo que supervisa toda contratación y compra de armas de fuego o municiones destinadas a la Policía de la Provincia. Asimismo, ejecuta el control y seguimiento sobre la totalidad de los arsenales y depósitos de la fuerza, verificando el cumplimiento de las normas en relación con el almacenamiento de armas de fuego y municiones.
“Entre 2014 y 2019 fueron sustraídas o se extraviaron 502 armas cortas y largas de la policía, según el Registro Provincial de Armas (REPAR). En este dato están los faltantes en los arsenales policiales, es decir armas que no están asignadas a un personal en particular y que se encuentran en depósito o en stock, como es el caso de las armas largas, que se filtran a los circuitos ilegales por ausencia Estatal o simplemente por corrupción” expresó el subsecretario Sappietro.
De acuerdo a una investigación realizada por la APVAF, en abril de 2018 el Ministerio de Seguridad realizó una licitación y adquirió un millón de municiones 9 milímetros (compradas a Fabricaciones Militares). De ese millón, al día de la fecha, sólo quedan en las arcas policiales 118 mil. Es decir, que en el lapso de dos años y algunos meses, se gastaron más de 880 mil municiones oficiales, lo que significa más de mil balas por día.
Además, en esa licitación se compraron 975.000 cartuchos calibre 12/70 AT y 150.000 PG, 20.000 cartuchos calibre 7.62 y 2.000 granadas de mano, del cual no se cuenta con información en la actualidad.
Estas acciones se complementan con un mayor control sobre los arsenales policiales, en el marco de las atribuciones de la APVAF, y tienen como finalidad obturar el abastecimiento de los circuitos ilegales de armas de fuego.
“Junto a la ANMac vamos a retirar y destruir aproximadamente 3200 armas de fuego provenientes de causas judiciales que se encontraban diseminadas en depósitos policiales a lo largo y ancho de la Provincia de Santa Fe y la APVAF logró centralizar durante el primer trimestre del 2020”, finalizó Sappietro.
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