Una adolescente de 14 años fue brutalmente asesinada de un disparo en la cabeza este lunes por la noche en la zona oeste de la ciudad de Rosario.
El atroz crimen ocurrió este lunes alrededor de las 20 horas cuando Tiziana Espósito se encontraba lavando los platos en el interior de su casa ubicada en la calle Magallanes al 2700 del barrio Urquiza. De un momento a otro, y en circunstancias que aún se investigan, se produjo una balacera en la calle y Tiziana fue alcanzada por una bala calibre 9 milímetros que ingresó por la ventana.
De acuerdo a los testigos que pudieron ver a los asesinos, dos muchachos, uno alto con gorrita y otro de aproximadamente un 1,60 metros de altura, pasaron caminando, se detuvieron frente a la casa donde Tiziana vivía con su padres y su hermano menor y abrieron fuego contra esa y al menos otras dos casas vecinas, según informó el diario La Capital de Rosario.
“Cuando escuchamos los gritos mi marido ingresó a la casa y estaba Wanda, la mamá de la nena, tirada en el piso y tomándole la cabeza. Tiziana tenía un tiro en la frente”, relató una vecina. Su padre Hernán, un oficial de policía en actividad, la cargó en un auto y la llevó hasta el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, al cual la joven llegó ya prácticamente sin vida.
Allí, los médicos constataron rápidamente que la joven, que estaba a una semana de cumplir su 15 años, tenía una herida de bala en el centro del cráneo.
“Apenas los vi, lo que me fijé es el arma que tenían, era una pistola negra que parecía inmensa. Me subí a mi moto y arranqué. Al verlos pensé que me iban a robar así que aceleré como para escaparme y empecé a escuchar tiros”, relató un joven que había salido de su casa momentos antes del ataque. “La verdad pensé que me disparaban a mí y me puse tan mal que me caí de la moto, pero cuando me di vuelta para verlos noté que ninguno me apuntaba, estaban los dos parados y tirando sobre las casas”. Luego, también de acuerdo al relato de los testigos, los asesinos habrían huído a bordo de un auto.
El padre de la niña, según informó la prensa local, es un oficial de policía de 32 años que trabajó en la Policía de Investigaciones (PDI) y luego en la nueva Agencia de Investigaciones (AIC) durante un corto período de tiempo. Según trascendió, además, la semana pasada había sido destinado a la localidad de Fighiera, 40 kilómetros al sur del centro urbano.
Fuentes policiales en la provincia aseguran a Infobae que los delincuentes huyeron a pie y abordaron a un taxi. La muerte de la adolescente, según las mismas fuentes, fue un error: la joven murió en el fuego cruzado. Los sospechosos habían supuestamente ido a buscar a un competidor en el negocio de la venta de drogas. “Fueron a buscar a uno, vecino del barrio. Cuando sale en moto, los reconoce y se tirotean”, apunta un detective.
“Esto no era así acá, no se puede creer, no se puede vivir más así”, señaló por otra parte Gabriela, una vecina que es amiga de la familia y resguardó en su casa al hermano menor de la víctima tras el ataque. En medio de la conmoción, personal policial realizó peritajes en las paredes de las casas, el asfalto y la vereda, donde se encontraron más de una docena de vainas servidas.
En Rosario la violencia no cesa y ya son 143 homicidios en lo que va del año y 15 asesinatos en las dos primeras semanas del mes de septiembre: un homicidio por día. Nueve de estos crímenes, además, se produjeron en los últimos cinco días.
Este lunes, sin ir más lejos, un joven fue gravemente herido tras un tiroteo durante un entierro en el cementerio La Piedad. El brutal ataque ocurrió mientras un grupo de personas despedía los restos de Iván Leguizamón, un joven de 24 años asesinado días atrás en lo que se investiga como un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico en el marco de una disputa territorial entre bandas. Leandro Exequiel R., un amigo del joven fallecido, recibió dos impactos de bala en una pierna y en la cabeza y permanece internado en grave estado.
Investigadores en la zona aducen la nueva suba en homicidios vinculados al crimen organizado en Rosario a una merma de la actividad narco en la pandemia, a una baja en el flujo de caja: “Hay poca guita, bajó el negocio y recrudece la pelea por los puestos de venta y el territorio. Entonces, cualquier chiringo vale plomo”.
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