Empresarios y entrenadores de fútbol acusados de violar chicos: los prófugos que cayeron durante la cuarentena

Más de una decena de prófugos y evadidos de la ley cayeron en diferentes operativos a cargo de la PFA y la Prefectura Naval, dirigidas por el Comando Unificado Federal de Recaptura de Evadidos, dependiente de la Subsecretaría de Intervención Federal del Ministerio de Seguridad de la Nación

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Detención del acusado del femicidio de Ludmila Pretti

A Mauricio Guillermo Cardozo, de 38 años, lo buscaba el Juzgado de Garantías N°3 de Moreno hace tres años por un delito aberrante: abuso sexual agravado, violación. La presunta víctima: su hijastra de trece años, con una causa que comenzó tras una denuncia de su ex pareja.

La división Búsqueda de Prófugos y Personas Desaparecidas de la Policía Federal comenzó a rastrearlo. Tenía medios para estar a la fuga. Con 38 años, Cardozo estaba registrado hace 12 años como empresario en la AFIP. Su familia fue la pista. No se había ido muy lejos: lo encontraron en una casa en Merlo el 14 de septiembre y lo esposaron al verlo salir tras una breve vigilancia.

Cardozo no fue el único. Más de una decena de prófugos y evadidos de la ley cayeron en diferentes operativos a cargo de las cuatro fuerzas federales, dirigidas por el Comando Unificado Federal de Recaptura de Evadidos, dependiente de la Subsecretaría de Intervención Federal del Ministerio de Seguridad de la Nación, que analiza la información para encontrar a los prófugos con pedido de detención pendiente y se convierte en un nexo con los juzgados que requieren las capturas.

Estas detenciones, por otra parte, se suman a las realizadas por la división Homicidios de la PFA, con varios sospechosos encontrados lo largo de la cuarentena de personas buscadas por crímenes violentos.

La división Búsqueda de Prófugos de la Federal, que participó del rastreo del cuerpo de Facundo Castro, encarceló la semana pasada también en Moreno a Cristian Jerez, el acusado de estrangular hasta la muerte a Ludmila Pretti, la joven de 14 años también asesinada en Moreno. Los detectives lograron identificar un teléfono que usaba el sospechoso. Así, mediante la triangulación de señales, lograron ubicarlo en un descampado junto a un arroyo: se había lanzado al agua para evitar ser capturado y luego se rindió.

Oscar Ramón Carballo, tras ser
Oscar Ramón Carballo, tras ser arrestado por Prefectura.

Otros casos son de larga data. El 27 de agosto fue detenido Oscar Ramón Carballo, con un arresto a cargo de Prefectura. Lo buscaban por presuntamente abusar de una menor de 13 años en el año 2015 junto a un cómplice, con varios ataques, una captura pedida por el Tribunal Oral Criminal porteño N°25 en 2019. Carballo, un jubilado, ex empleado de la Secretaría General de Presidencia de la Nación durante casi 20 años según sus registros previsionales, tiene 80 años de edad.

En agosto, Miguel Angel Mattiaccio fue arrestado cerca de Ciudad Oculta en Villa Lugano, CABA. Esta persona estaba prófuga desde enero de 2019 buscado por el Juzgado N°18, acusado por varios delitos de robo a mano armada con privación ilegítima de la libertad en el contexto de entraderas, cometidos en los barrios de Mataderos y Lugano.

El caso de Ernesto Córdoba, de 41 años, pensionado, también buscado por el Juzgado de Garantías N°3 de Moreno, es particularmente oscuro. Su causa data de 2015. El 31 de agosto, la Federal lo detuvo en la calle, cerca de una de las casas que frecuentaba, en el oeste de Gran Buenos Aires. Está imputado por abuso sexual agravado por acceso carnal. Se descubrió que trabajaba junto a su pareja como entrenador de fútbol de menores de edad, según confirmaron fuentes de los organismos de seguridad a Infobae.

Ernesto Córdoba, detenido por la
Ernesto Córdoba, detenido por la Federal.

La división Homicidios reúne capturas a lo largo de la pandemia en provincias como Neuquén y Chaco además de Santa Fe. A mediados de mayo encontraron a “Sorbete” Lizarraga, señalado como barra de Almirante Brown, hijo de un concejal condenado a perpetua por homicidio, que en 2012 mató a una vecina de su zona en Isidro Casanova a tiros por error, mientras intentaba matar a otro vecino que lo había acusado de ser dealer. “Sorbete” cayó siete años después en el mismo barrio del crimen, semanas después de que la Federal recibiera el pedido de colaboración. Todavía usaba el mismo Chevrolet Astra con el que huyó tras asesinar de una bala en la cabeza a su vecina.

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