Franco Isorni, de 24 años, murió el 26 de agosto en la ciudad capital de Santiago del Estero, una muerte que podría haber pasado por un simple accidente pero que tomó otros ribetes cuando comenzaron las sospechas de su madre, Patricia, una ex policía.
En mayo, Patricia había denunciado al personal de la Comisaría 3° de la ciudad por presuntos apremios ilegales sufridos por su hijo. Sus sospechas fueron acompañadas por una importante movilización protagonizada por jóvenes, organizaciones antirrepresivas y de derechos humanos y partidos como la Tendencia del Partido Obrero que ocuparon ocho cuadras del centro santiagueño para dirigirse a la sede policial donde habrían ocurrido los apremios, una movilización que no está acostumbrada a presenciar el gobierno de Gerardo Zamora ni la Santiago del Estero del Frente para Todos. Menos aún la comisaría donde habrían ocurrido los apremios donde comenzó todo, que son recordados por testigos que estuvieron junto a Franco.
“Fue el 24 de mayo. Ese mediodía yo estaba repartiendo comida con la moto cuando la policía me detuvo" dice a Infobae un testigo que prestó testimonio ante la Justicia y cuya identidad permanecerá reservada en esta nota: “Me decían que me secuestrarían la moto a menos que les diera coima. No los coimée y me llevaron detenido a la comisaría 3°. Me mantuvieron en una oficina, a mí me trataban de diez”, dijo el joven.
Esa tarde de mayo, Santiago del Estero enarbolaba su calor característico: mientras el país se acercaba al invierno, un clima templado tomaba la provincia. “A eso de las cuatro trajeron a Franco con su novia" recuerda el testigo: "Para que ella estuviera en la oficina, me llevaron al patio, y ahí escuché cómo Franco pedía que no le peguen. Ya en el patio vi a unos policías tomar un palo de escoba con el que le pegaban a Franco, que estaba esposado. ‘Date vuelta, no hables’, le decían los policías, que hacían como que le iban a pegar y se reían. Luego nos hicieron pasar a un calabozo. Franco me contaba que los habían detenido en la puerta de la casa y que le pegaban porque en uno de los empujones le había hecho caer el monograma a un policía. A mí me largaron a las ocho, después supe que Franco se quedó detenido por dos días”.
“Dos días después de nuestros reclamos aparece Franco en la casa de mi hermana por la noche" dice Patricia Isurni, madre del joven fallecido: "No le habían hecho la revisión médica que corresponde. Yo antes trabajé en la policía durante nueve años y conozco a mucha gente. Decidí por eso hacer la denuncia en la secretaría de Justicia por cómo me lo habían pegado. Seguí la denuncia hasta que le pasó lo que le pasó”.
El 26 de agosto, Franco fue encontrado muerto en la calle en la zona de Solís y Lugones, barrio Juan Díaz de Solís de la capital provincial.
La versión oficial dice que fue un accidente. Franco, a bordo de una motocicleta a alta velocidad, golpeó un guardarail y perdió la vida de manera instantánea. “Yo fui a ver y el guardarail estaba intacto, la sangre estaba en el medio del asfalto", dice Patricia: “Hay testigos que dicen que hubo una persecución y hay cincuenta minutos de la tercera cámara que han desaparecido. Hay testigos que dicen que hubo disparos, pero no me quieren dar la necropsia para saber de qu{e manera mataron a mi Franco”. Por otra parte, algo pasa con la autopsia, que todavía no fue realizada: "Llevaron el cuerpo a la morgue de La Banda, que es una localidad aledaña, pero nosotros estamos en capital, ¿por qué llevaron a Franco a La Banda?”.
Debido a los reclamos de la madre de Franco se reabrió la causa que había sido cerrada. A partir de esta semana, la investigación pasó a manos de Gendarmería y la policía provincial fue desplazada.
“Tienen las cámaras desde la semana pasada, pero la fiscal dice que no las examinaron todavía y de esa manera no autorizan la autopsia”, dice el abogado de la familia, César Barrojo: “Declaró un testigo menor de edad en Cámara Gesell que vio una moto siendo perseguida por una moto policial en el lugar donde finalmente murió Franco. Hay testigos que escucharon disparos previamente al deceso de Franco, pero necesitamos la autopsia para determinar en qué circunstancias murió”.
“No puedo dar datos de la investigación”, planteó la fiscal del caso, Érica Leguizamón ante la consulta de este medio. Mientras tanto, la familia de Franco aguarda los elementos que permitan comprender su muerte de Franco y así encontrar a sus responsables.
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