Cristina Castro Alaniz, la mamá de Facundo Astudillo Castro, encontrado muerto después de más de 100 días de su desaparición, declaró finalmente ante los fiscales que investigan el caso de su hijo. “No quedó nada por decir”, contó a Infobae Luciano Peretto, uno de sus abogados.
Llamativamente, fue la primera vez que esta mujer habló formalmente con la Justicia como testigo de un hecho que ella misma denunció como desaparición forzada. Nunca había declarado ante el fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez, confirmaron sus abogados a este medio. Sólo lo había hecho en la comisaría de su pueblo, Pedro Luro, cuando denunció que no sabía nada de Facundo desde hacía cinco semanas.
Quizá por eso mismo, Cristina pidió que en la declaración testimonial por videoconferencia, que comenzó a las 9 de la mañana de este martes y terminó cerca de las 13.30, no participara Ulpiano Martínez. La relación entre el fiscal original de la causa desde que pasó al fuero federal y la madre de la víctima y sus abogados es tensa desde el día cero del caso. Luciano Peretto y Leandro Aparicio, el otro representante legal de Castro, lo recusaron dos veces, ambas ocasiones rechazadas por la jueza federal María Gabriela Marrón.
Por esa razón, este martes tomaron testimonio Andrés Heim, titular de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) y Horacio Azzolin, fiscal a cargo de la Unidad de Ciberdelito y virtual “jefe” de Ulpiano Martínez, dado que ocupa de manera interina el cargo de fiscal general ante la Cámara de Bahía Blanca.
El contenido de la declaración no trascendió pero Infobae pudo cotejar con fuentes del caso que los investigadores estaban interesados en dos cuestiones: que la madre de Facundo pudiera saber que desde el Ministerio Público Fiscal la apoyan y una más concreta; creen que ella es una fuente de información para el caso clave, no sólo por lo que pueda aportar desde su subjetividad, sino también respecto de la información que pudo recibir en todo este tiempo de eventuales testigos del hecho y amigos de su hijo.
Para Cristina Castro y sus abogados, el fiscal Ulpiano Martínez nunca tomó en serio el caso como un hecho de desaparición forzada y siempre apuntó a la hipótesis de un accidente del joven de 22 años horas después de haber sido notificado por los policías de Mayor Buratovich y Teniente Origone de su violación al aislamiento obligatorio. “Martínez quiere ahondar en la teoría del suicidio (de Facundo), ya que nunca tomó la teoría de la desaparición forzada”, dijo Aparicio en televisión, horas antes de la declaración de Castro Alaniz.
Cristina Castro Alaniz está convencida de que su hijo murió a manos de la Policía Bonaerense entre estos dos pueblos vecinos a Pedro Luro. Cree que los agentes Mario Sosa, Jana Curuhincha, Siomara Flores y Alberto González son los principales implicados pero que forman parte de una red de complicidad y encubrimiento que alcanza a otros agentes de la fuerza de seguridad.
En ese sentido, una de las pruebas que para ella y sus abogados es más contundente es el objeto hallado más de 70 días (el 31 de julio) después de la desaparición de Facundo en el destacamento policial de Origone: un adorno con forma de sandía que, según la mamá de la víctima, compraron en un viaje. Lo encontró el perro rastreador del perito de parte de la querella, Marcos Herrero.
Lo llamativo de este hallazgo es que, según declaró el policía González, nunca llevaron a Facundo a esa seccional. Este agente fue quien que le pidió los documentos en la ruta 3 a la altura de Origone, tras el llamado de un vecino que alertó que había “un chico tirado al costado” del camino. En ese momento, el hombre le sacó una foto de la licencia de conducir y, según declaró ante la Justicia, lo dejó seguir camino para que, instantes después, una mujer (la famosa “testigo H”) lo subiera a su auto y lo alcanzara más cerca de Bahía Blanca, su destino final.
Para Cristina Castro el adorno es el de su hijo y significa que Facundo estuvo en ese calabozo en desuso, todavía vivo o no. Los abogados de la mujer descreen de las declaraciones de los policías. Incluso sindican a González como el que hizo mal “los deberes” del encubrimiento, ya que en su libreta se encontraron anotados los datos de la testigo H (con un modelo de camioneta equivocado), los de Facundo y los de la ex novia de él, Daiana, a quien iba a ver a Bahía Blanca. “Llama la atención que haya anotado primero los datos de la mujer, si supuestamente primero vio a Facundo”, comentó a este medio un investigador del caso.
La declaración de Cristina Castro es parte de una nueva fase de la causa a partir de la inclusión de Heim y de Azzolin al caso. Infobae adelantó la semana pasada que los nuevos investigadores tomarían en cuenta los aportes de la mamá de la víctima.
El nuevo escenario es “con la familia” y con ambas querellas; la particular de los abogados de Cristina Castro y la institucional, de la Comisión Provincial por la Memoria. “Los fiscales son los acusadores públicos y ellos son los acusadores privados. Se va a trabajar en conjunto”, explicaron a Infobae fuentes del caso.
Quienes manejan la investigación hablan de una “reorientación”, mientras esperan los resultados de la autopsia, que estarán a fin de mes y aportarán información trascendental sobre dónde murió Facundo y en qué circunstancias. No se va a descartar la hipótesis secundaria, la que se sostiene en que Facundo pudo haber muerto después de pasar los controles policiales porque una testigo dijo que lo llevó en su camioneta hasta un cruce con las vías y que él caminó por allí hacia el estuario con el fin de evitar el control de Gendarmería.
Esa declaración, cuestionada por la querella, saca la sospecha sobre la Policía. Y el nuevo enfoque, si bien considera a la testigo como válida, apunta especialmente a la secuencia de lo ocurrido entre los pueblos Mayor Buratovich y Teniente Origone. Entre esos 23 kilómetros podría estar la información clave para saber qué responsabilidad tuvieron los agentes que lo pararon en ambos accesos.
En esa línea, el rol de Flores en la trama será revisado con una lupa especial. Se trata de la agente que declaró que lo llevó en su auto particular de un lugar al otro, que además es hermana de otra policía implicada y que el 8 de mayo borró el WhatsApp y cambió el teléfono. En su aparato se descubrió que tenía una captura de pantalla de las redes sociales de la mamá de Facundo tomada el 1 de mayo, un día después de su desaparición.
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