Eran las 23.30 del jueves 30 de abril cuando Oscar Horacio Alviña (38) decidió romper el entonces estricto aislamiento social vigente para ir a visitar a unos amigos que viven en el asentamiento “La Veredita”, en el barrio porteño de Villa Soldati.
Llegó desde San Justo, partido de La Matanza, y estacionó su Ford Escort gris en la intersección de las calles Ana María Janer y Portela. Encendió el estéreo del vehículo y, rodeado de un grupo de personas, puso la música al máximo volumen, sin importarle que ya era de madrugada y que la mayoría de los vecinos dormían.
Advertidos por la situación, personal de la Comisaría Vecinal 8 B de la Policía de la Ciudad llegó al lugar y les dio la orden de que se volvieran a sus hogares. Sin embargo, el imputado y el resto de los presentes los ignoraron y continuaron infringiendo las normas impuestas por la cuarentena.
Cuando llegó otro patrullero de refuerzo, Alviña no tuvo reparos en enfrentarse con varios de los policías. En un primer intento para darse a la fuga, puso la marcha atrás y casi atropella a un oficial. Ya neutralizado por los agentes, frente a la vivienda número 57 de la villa, el agresor intentó huir a pie entrando en otra de las casas. Una vez localizado, y cuando procedían a identificarlo, arremetió contra dos efectivos y huyó nuevamente.
El escape fue posible gracias a la colaboración de unos vecinos, que adoptaron una actitud hostil contra los efectivos y les impidieron realizar su trabajo. Finalmente, horas después de los hechos, el imputado se presentó voluntariamente junto a una mujer en la comisaría de Soldati, donde quedó detenido y a disposición de las autoridades judiciales.
Alviña, remisero según él mismo, ya contaba con antecedentes penales: tenía una condena previa de dos años de prisión en suspenso, con costas, por resultar coautor material y responsable de los delitos de tentativa de robo a mano armada en concurso real con privación ilegítima de la libertad por parte del Juzgado de Garantías número 2 de La Matanza.
Fue procesado en mayo último con prisión preventiva. Se le negó un arresto domiciliario tras una apelación a la Cámara Federal y quedó detenido en el penal de Marcos Paz. Ahora, Alviña recibió una nueva pena por su violación de cuarentena, tras un juicio abreviado pactado con la Justicia federal.
En su requerimiento del pasado 8 de julio, según comunicó el sitio oficial de la Procuración y de acuerdo a documentos judiciales a los que accedió Infobae, el fiscal Ramiro González - de Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°7- le imputó al hombre los delitos de violación de las medidas contra epidemias, previstos en el artículo 205 del Código Penal, y resistencia a la autoridad; al tiempo que solicitó que se lo condenara a la pena de 7 meses de prisión de cumplimiento efectivo y costas.
Por su parte, el defensor oficial pidió que se le otorgara al imputado la libertad asistida ya que permanecía detenido en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz ininterrumpidamente desde mayo y sólo le restaban tres meses para el agotamiento de la pena pactada.
El abogado argumentó que el imputado poseía arraigo familiar, que había cumplido con los reglamentos carcelarios, que presentaba buena conducta y que no había tenido sanciones disciplinarias dentro de prisión, en línea con las disposiciones del artículo 54 de la Ley 24.660 de Ejecución de la Pena Privativa de Libertad.
Frente esa solicitud, la jueza María Eugenia Capucchetti - cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°5- resolvió homologar el acuerdo de juicio abreviado en los términos solicitados por la fiscalía y la defensa, por lo que el imputado fue condenado a la pena de siete meses de prisión y cumplirá el periodo de tiempo que le resta bajo el régimen de libertad asistida.
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