“¡Dale, dale, parate!”.
El video data de marzo pasado pero Cristian Paulo Gómez, alias “El Patotero”, preso en el pabellón 4 de la Unidad N° 15 de Batán, tiene la sangre caliente.
Se escucha un coro de presos detrás mientras agita dos facas como si fuese una danza de guerra con un sonido de cumbia. Gritan por “El Matancero”, quizás el alias de un enemigo, “¡parate, parate!”, aúllan entre chiflidos. “Para vos, Maluma, para vos, Fernando, culorroto”, siguen detrás. Gómez, de 28 años, oriundo de Balcarce, sacude las hojas, desafía a “los violines, los violencia de género”. Los otros presos ríen en un plano general.
El video está especialmente dedicado a un presunto violador, Sergio Matías L., aseguran fuentes penitenciarias a Infobae; un hombre de 31 años, marplatense, que entre 2015 y 2016 estuvo preso en un penal federal. Se cree que la meta del video era amedrentar a testigos que podrían declarar en su contra: una mujer cercana a Gómez se habría encargado de viralizarlo. A fines de ese mes, una requisa en el pabellón 4 encontró facas similares a las del video. Son muchas en todo el sistema: entre enero y octubre de 2019, el SPB había incautado 19.700 celulares clandestinos y 13.500 cuchillos caseros o elementos cortantes o contundentes.
La historia de Gómez, del “Patotero”, es temible por sí misma también. En septiembre de 2017 fue condenado por extorsionar a un vecino suyo, jubilado como su padre.
Según el periódico La Vanguardia, las extorsiones ocurrieron en el barrio de Pueblo Nuevo durante 2014 y 2015. Gómez, según la condena en su contra a cuatro años y seis meses de cárcel tras una investigación del fiscal Rodolfo Moure, se le aparecía a su vecino para exigirle dinero u objetos de valor a cambio de no matarlo.
“El 11 de octubre del año 2015, a las 19:40″, según la condena en su contra, Gómez fue al domicilio de su víctima y le exigió dinero. “Lo arrojó al piso y lo tomó fuertemente del cuello, al tiempo que continuaba pidiéndole plata, no logrando consumar su propósito merced a la intervención oportuna de un vecino, quien salió en defensa del jubilado”, sigue el documento. El vecino tomó un palo y arremetió en su contra.
Al parecer, Gómez y su víctima se conocían desde que el acusado era chico. El jubilado, de 75 años, se negó a denunciarlo por temor. El hombre, amedrentado por las amenazas, pasaba el dinero por debajo de la puerta, hasta que se negó. En su declaración ante el juez, el vecino declaró que Gómez tenía a su víctima en el suelo y lo tomaba del cuello al tiempo que la víctima gritaba: ’‘Beto, Beto, me mata’‘. Ante esta situación, el vecino gritó “¿qué pasa acá?‘. El jubilado le respondió: ‘‘Me está pidiendo plata, me quiere matar’‘.
Finalmente, Gómez pudo salir: “Si me llegás a miliquiar te voy a matar, viejo de mierda’‘, le advirtió. El juzgado que lo condenó unificó otras penas que pesaban en su contra, como otras amenazas y robos menores en la calle.
“Le hace honor a su apodo”, dice un histórico investigador que conoce su carrera con al menos seis causas en su contra: “Su personalidad es agresiva, en el barrio de Balcarce era muy temido, nadie lo denunciaba, hasta que terminó preso. Se creía el dueño de la zona, que podía manejar a los más débiles. Pero es típico, entra y sale, no afloja, todo lo contrario, sigue tan agresivo como en los viejos días”.
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