La conmovedora carta del hermano de Blas Correas, el adolescente de 17 años asesinado por policías en Córdoba

El joven, dos años mayor, recordó a su hermano en redes sociales y pidió justicia: “¿Quién iba a decir que esa tarde sería la última vez que íbamos a compartir una risa?”

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Blas Correas, su madre y sus hermanos (Facebook)
Blas Correas, su madre y sus hermanos (Facebook)

A días de cumplirse un mes del crimen de Valentino Blas Correas, el adolescente de 17 años asesinado por policías en la provincia de Córdoba cuando circulaba en un auto con cuatro de sus amigos en la capital provincial, el hermano de la víctima publicó en sus redes sociales una sentida carta en la que recordó los momentos que pasaron en familia y en la que volvió a reclamar justicia.

“Hace un casi un mes me arrebataron a mi hermanito, mi protegido, mi luz en esta vida oscura. La tarde previa a que no pueda abrazarlo nunca más, me despedí con un abrazo y un ’disfruta mucho’. ¿Quién iba a decir que esa tarde sería la última vez que íbamos a compartir una risa?”, escribió Juan, de 19 años, en su perfil de Facebook.

A través del texto acompañado de una foto de su hermanita menor, Milagros, de solo 8 meses, Juan recordó a Blas como un “chico alegre, sensible, incondicional, cascarrabias hermoso”. “Qué afortunado que fui de conocerte como creo que pocos lo hacían. Me cuesta todavía escribirte en pasado, creo que siempre me va costar hacerlo, porque aunque pase el tiempo el dolor no va a abandonar mi ser; vos siempre vas a ser parte de mí. También creo que nos quedó tanto por vivir, y que me va a ser muy difícil vivirlo sin vos”, expresó.

El joven aseguró que no bajará los brazos en busca de justicia. “No voy a descansar hasta quien sea culpable, por acción u omisión, pague el precio de sus actos. Que quien te disparó este donde deba estar, que quienes no te quisieron atender estén donde deban estar, que quienes frenaron a tus amigos y los maltrataron sin ver si seguías con vida estén donde deban estar, que quienes maltrataron a mamá de la forma que lo hicieron a minutos de ver a su pollito sin vida estén donde deban estar”, sostuvo.

En ese sentido, por último prometió “no descansar en paz hasta que se haga justicia verdadera, hasta que haya un cambio”.

La foto que adjuntó el hermano de Blas en su publicación
La foto que adjuntó el hermano de Blas en su publicación

En el marco de la investigación por el crimen, el fiscal José Mana imputó en las últimas horas a los comisarios inspectores Walter Soria y Jorge Galleguillo, el subcomisario Enzo Quiroga y el oficial de la división Motocicletas Ezequiel Henot. Este último está acusado del delito de lesiones leves calificadas, ya que se sospecha que golpeó al conductor del Fiat Argo en el que viajaba Blas cuando los detuvieron en una esquina luego del ataque a balazos.

Así, son nueve los integrantes de la fuerza de seguridad provincial que están involucrados en el expediente por la muerte del adolescente, ocurrida el pasado 6 de agosto.

Dentro de la causa ya estaban el cabo primero Lucas Gómez, detenido por ser el presunto autor del balazo; el cabo primero Javier Alarcón, detenido y acusado de cuatro intentos de homicidio contra los amigos de Blas; la agente Wanda Esquivel -arrestada por encubrimiento agravado y omisión de los deberes de funcionario público; la suboficial ayudante Yamila Martínez, imputada por encubrimiento agravado y omisión de los deberes de funcionario público y el subcomisario Sergio González, imputado por encubrimiento agravado y omisión de los deberes de funcionario público. Hasta ayer, los dos últimos estaban en libertad. Sin embargo, el fiscal Mena resolvió detenerlos.

(Mario Sar)
(Mario Sar)

La carta completa del hermano de Blas Correas

Esta carta no tiene destinatario, o quizá sí, quizás esta carta es para todo aquel que quiera leerla.

Hace un casi un mes me arrebataron a mi hermanito, mi protegido, mi luz en esta vida oscura. La tarde previa a que no pueda abrazarlo nunca más, me despedí con un abrazo y un “disfruta mucho”; esa noche Blas se iba a un bar con amigos a tomar algo. Bah, tomar algo es un decir, ya que se tomó su característica latita de gaseosa. ¿Quién iba a decir que esa tarde sería la última vez que íbamos a compartir una risa? Qué ilógico me resulta pensar que te escribo como si estuvieras leyendo esta carta.

Qué afortunado fue aquel que te pudo conocer, y qué afortunado que fui de conocerte como creo que pocos lo hacían. Haber conocido la mayoría de tus facetas fue de lo más lindo que me pasó. Conocer a ese cascarrabias hermoso, a ese chico alegre, a ese joven sensible, a ese hermano incondicional y a esa persona tan única que eras. Me cuesta todavía escribirte en pasado, creo que siempre me va costar hacerlo, porque aunque pase el tiempo el dolor no va a abandonar mi ser; vos siempre vas a ser parte de mí. También creo que nos quedó tanto por vivir, y que me va a ser muy difícil vivirlo sin vos.

Nunca fuiste el tipo que le gustaba exteriorizar sus sentimientos, sé que tampoco te gustaba que yo exteriorice los míos para con vos. Fueron pocas las veces que nos hemos dicho un “te quiero”, pero todos veían ese brillo especial en mis ojos cuando hablaba de vos, todos sabían ese hermano protector que era y vos lo sabias mejor que nadie. Por un lado, como ya lo dije, eso me deja tranquilo; el saber que te di todo, y saber que te fuiste sabiendo que te di todo.

Siempre fuimos vos y yo, pelando en privado pero fuertes contra aquel que quisiera lastimar al otro. Hoy no estás y me falta ese pendejo de fierro que me cuide las espaldas, pero te prometo ser fuerte. Siempre lo fui por vos y aunque no estés, paradójicamente creo que tengo que seguir siéndolo por vos.

No voy a descansar hasta quien sea culpable, por acción u omisión, pague el precio de sus actos. Que quien te disparo esté donde deba estar, que quienes no te quisieron atender estén donde deban estar, que quienes frenaron a tus amigos y los maltrataron sin ver si seguías con vida estén donde deban estar, que quien no controló o supervisó a los policías que te quitaron la vida estén donde deban estar, que quienes maltrataron a mamá de la forma que lo hicieron a minutos de ver a su pollito sin vida estén donde deban estar, que quienes callaron frente a un acto que recae sobre su culpa estén donde deban estar, que quienes no hagan todo lo posible porque esto no se repita estén donde deben estar.

Prometo cuidar siempre de Milagros, de mamá, de papá, de todos. Prometo no olvidarte ni descansar en paz hasta que se haga justicia verdadera, hasta que haya un cambio.

Te voy a amar siempre pendejo, no te voy a olvidar nunca.

Tu hermano, Juan.

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