La ministra de Seguridad de la Nación Sabina Frederic tiene pocos puntos de acuerdo con su predecesora Patricia Bullrich. Uno de esos elogios que se le escuchó, alguna vez, se enfocó sobre el trabajo estadístico que llevó adelante Bullrich en la cartera. Ayer a la tarde, Frederic respetó esa política de estado: presentó los resultados del Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC), que anualmente elabora el “informe nacional más completo en material criminal” con datos de las 24 provincias del país. En los hechos, se trata de un balance objetivo sobre la “herencia” recibida de la gestión de Cambiemos.
En números absolutos, el año pasado se registraron un total de 1.765.932 hechos delictivos, lo que representa una suba de 12,6% con respecto al año anterior. El aumento se vio empujado por los casos de robo y robo agravado en sus diferentes vertientes -en poblado y en banda, uso de armas- y en aquellas causas de estupefacientes, que tuvieron un alza histórica de 84% de las infracciones en el marco de la Ley 23.737, que castiga la tenencia de drogas simple o para la venta.
En una breve presentación de 30 minutos, Frederic expuso las conclusiones de las cifras oficiales. Recordó que detrás de los números “se está hablando de personas con historias de victimización”, a los que “no hay que borrarles su singularidad”. Y evaluó el reporte como una “herramienta indispensable para detectar tendencias en el país y realizar diagnósticos precisos” a la hora de elaborar “políticas públicas serias y deseables”.
El informe pone de manifiesto que las mujeres son, en su mayoría, un blanco predilecto de los delitos contra las personas. En sintonía con la agenda de género, una de las innovaciones del SNIC-2019 fue incorporar información sobre el sexo de las víctimas.
Ese agregado reveló que la mayoría de los casos de lesiones dolosas del año pasado fueron de sexo femenino, con un registro de 48.3%, en comparación con el 43% detectado en los varones.
Además, hubo un salto en las denuncias de delitos contra la integridad sexual, que tuvo un incremento de 28,9 % en 2019 con respecto al mismo período anterior. La tasa de victimización en este tipo de criminalidad subió de 38,2 cada 100 mil habitantes, a 49,2. Las causas por violaciones pasaron de 9,6 a 12,3, mientras que la tasa de otro tipo de delitos de esta índole -como el abuso sexual con acceso carnal- subió en un año de 28,6 a 36,9 cada 100 mil habitantes.
En tiempos de ola feminista, desde el Gobierno aclararon que las denuncias relevadas por violencia machista no implican un fiel reflejo de la realidad. “Los delitos contra la integridad sexual tienen un alto nivel de subregistro, debido a los procesos de estigmatización que sufren las víctimas. Los cambios en la percepción social sobre la violencia sexual, así como en las respuestas institucionales y en las políticas estatales, impactan en los niveles de denuncia”, fue una de las aclaraciones de la directora Nacional de Estadística Criminal, Ángela Oyhandy, una de las funcionarias encargadas de supervisar el SNIC-2019.
La ley de drogas contra el consumo personal
Con una clara intención de marcar un contraste, Frederic expuso los resultados de la política de combate al narcotráfico, uno de los ejes de gestión de la ex ministra Patricia Bullrich. El informe anual concluye que los hechos delictivos vinculados a la Ley de Drogas crecieron un 58,8 por ciento entre 2018 y 2019. Sin embargo, la clave está en el detalle del reporte: desde 2017, el mayor porcentaje de las denuncias se registró en las categorías de “tenencia simple atenuada para uso personal de estupefacientes”, “otros delitos previstos en la ley 23.737″ y “tenencia simple de estupefacientes”. Es decir, a las infracciones que no están asociadas a la redes de narcotráfico, sino al consumo personal, y que representan el 88,8% de este tipo de hechos.
“El crecimiento se explica mayoritariamente por el incremento de 84% de la tenencia simple atenuada para uso personal de estupefacientes”, señala en una de sus conclusiones el reporte estadístico. Desde 2017, este tipo de denuncias saltó en términos porcentuales del 44,61 al 53,70 por ciento. El año pasado, la tenencia atenuada y la tenencia simple representaron 64.866 infracciones a la Ley de Drogas, de un total de 98.037 hechos registrados por el SNIC. Son 177,71 causas por día que se labraron por consumo personal.
A comienzos de 2020, Infobae tomó conocimiento de otro relevamiento realizado por el ministerio de Seguridad de Frederic. Según los operativos llevados adelante por las fuerzas federales, el 93% de las incautaciones de marihuana durante el año pasado fue contra consumidores o por narcomenudeo. Frederic no esconde sus críticas a la ley vigente, que ya tuvo un revés en el célebre fallo “Arriola” de 2009, cuando la Corte Suprema de Justicia declaró “inconstitucional” la criminalización del consumo personal de estupefacientes, algo que en las comisarías no se cumple.
“La ley 23.737 tiene 30 años. Nos ha dejado cantidad enorme de personas encarceladas y no ha bajado la oferta de droga en el mercado”, dijo la titular de Seguridad días atrás, ante la Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas.
Más robos, pero menos homicidios
Otro de los datos salientes es que la llamada “doctrina Chocobar” no logró frenar el avance de las causas por robos y robos agravados. De hecho, el año pasado -un período en el que la pobreza subió 3,5 puntos y llegó al 35,5% en 2019- tuvo su valor más alto en materia de hechos delictivos, en contraste con los últimos cuatro años.
En 2019, la tasa de los delitos contra la propiedad tuvo 2.179,4 hechos cada 100 mil habitantes, lo que implicó un crecimiento del 13,6% en relación el año anterior. El robo se convirtió en el delito más numeroso en este tipo de criminalidad, lo que Ángela Oyhandy definió como una “curva muy preocupante”. “El año pasado se presentaron los valores más elevados del período 2015-2019″, destacaron.
En cuanto a homicidios dolosos, como los asesinatos, el país se mantiene en uno de los registros más bajos de América Latina, con una tendencia a la baja que se remonta desde los últimos cinco años. Esa serie tuvo fuerte reducciones entre 2014 y 2015, y entre 2015 a 2016.
En 2019, la tasa de víctimas de homicidios tuvo un leve merma y pasó de 5,3 a 5,1 víctimas cada 100 mil habitantes. Sin embargo, ello “no implica que en todas las provincias y localidades se haya mantenido un proceso similar” de una caída en la proporción de asesinatos, alertaron desde el Gobierno.
En contraste, hubo otro tipo de muertes violentas que tuvieron una mayor frecuencia durante el año pasado. En ese grupo entran las muertes viales, que involucran “la mayor cantidad de víctimas” fatales del registro del SNIC. En 2019, la tasa de muertes viales cayó del 10,8 al 9,3 cada 100 mil habitantes. La de suicidios, en tanto, tuvo una baja similar, desde 9,3 al 8,7 cada 100 mil habitantes. Ambos indicadores están por encima de los homicidios dolosos vinculados a la criminalidad.
La información acerca de los femicidios estuvo entre los principales datos ausentes. Esa presentación tendrá que esperar, ya que el análisis está en un proceso de elaboración conjunta con la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público Fiscal. La demora se debe a razones técnicas y “problemas metodológicos” detectados en las ediciones anteriores. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que participó de la actividad y supervisa el sistema de información criminal, hizo un planteo en esa dirección. “La perspectiva de género es una tarea pendiente en todos los países. Hay que ir más allá de incorporar el sexo de las víctimas y de sus agresores”, señalaron desde el organismo multilateral.
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