La semana pasada, Miriam G., una bioquímica y vecina de Palermo, fue detenida imputada por los delitos de violación de medidas contra epidemias y el ejercicio ilegal de la medicina. Sus propios vecinos la habían acusado por supuestamente ofrecer dióxido de cloro, la polémica sustancia señalada como una falsa cura o tratamiento para el coronavirus que le costó la vida a un chico de cinco años en la localidad de Plottier en Neuquén.
Miriam tenía un local en el sexto piso de un edificio en Bartolomé Mitre al 1300, en pleno centro porteño. Allí, según información de la AFIP, tenía su domicilio fiscal Tecnologías Bioenergéticas SRL, una empresa constituida en el 2016 según el Boletín Oficial, dedicada en teoría a los servicios para la salud humana. El nombre de esa empresa fue encontrado en botellas incautadas por la Policía Federal.
Una semana después, la división Antifraudes de la fueza allanó en Burzaco a O. A. Q., un hombre de 65 años al que también se lo acusa de promocionar el uso de dióxido de cloro para prevenir el COVID-19.
La investigación contra Q. comenzó en abril de este año a partir de un perfil en un grupo llamado “Radio Resistiendo con Aguante” de la red social Facebook, en la cual se comenzaron a compartir videos de conferencias y libros de un supuesto científico que enseñaba los métodos de preparación y la forma de consumo de dióxido de cloro, para evitar contagiarse de coronavirus.
El rastreo de esas publicaciones condujo hacia la casa de Q., en la localidad bonaerense de Burzaco. La Fiscalía Federal N° 1 de Lomas de Zamora, a cargo de María del Carmen Tucci, ordenó el allanamiento de la vivienda.
En el lugar, se le secuestraron un CPU y un teléfono celular.
El dióxido de cloro tiene otros nombres, como clorito de sodio o MMS, Miracle Mineral Supplement. Es una sustancia que fue promocionada en distintos medios de comunicación como un medicamento para atenuar los síntomas del coronavirus y otras enfermedades, pero su uso no está autorizado por el Ministerio de Salud de la Nación, que advirtió que puede causar diversos problemas de salud.
Si se ingiere, explicaron distintos especialistas, puede causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos en la sangre, cardiovasculares y renales.
En los últimos días, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) ordenó dar de baja más de 400 publicaciones que se hicieron en diferentes plataformas digitales y en las que se comercializaba dióxido de cloro.
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