El sábado pasado, un grupo de agentes de la DDI de Quilmes se dirigió a la casa de Darío Rubén Dening en Bernal Oeste. Los efectivos tenían una orden de captura en la mano que lo señalaba como principal sospechoso por la desaparición de su mejor amigo, el abogado Salvador Altamura, buscado desde el 13 de julio. Al ingresar no había nadie. Dening ya no estaba.
En la casa, sin embargo, encontraron facturas con abultados montos, televisores de alta gama y celulares costosos. En paralelo otro grupo de esa división arribó a un hotel lujoso de Quilmes. El dato era que Dening estaba allí escondido. El recepcionista, en cambio, les indicó que el hombre se había retirado hacía pocas horas atrás en su moto. Dening, 52 años y de contextura musculosa se había fugado: literalmente se escapaba a pedal.
Este martes, la Policía de Entre Ríos lo encontró con una gran suma de dinero en dólares y más de 780 mil pesos entre sus piernas mientras intentaba ingresar a esa provincia en bicicleta, tras cruzar el puente de Zárate-Brazo Largo y llegar a la Isla de Ibicuy. Allí intentó coimear a los agentes para que lo dejaran seguir, pero lo arrestaron, imputado también por la coima.
El fiscal Ariel Rivas, a cargo de la investigación por la desaparición de Altamura, espera su traslado para indagarlo por calificaciones como robo y privación ilegítima de la libertad. Dening, empresario en los papeles, que integró en 2016 una firma dedicada al negocio de los plásticos, en pocos meses pasó de testigo a acusado. En un principio se había presentado a declarar como el mejor amigo del abogado, pero su relato fue puesto en duda. Luego, tras los allanamientos donde se evidenció su nuevo estilo de vida con gastos abultados quedó apuntado como el principal sospechoso.
Así la situación de Dening es cada vez más complicada. Los indicios en su contra se apilan mientras los investigadores buscan el paradero de su mejor amigo quien fue visto por última vez con él en su taller mecánico para motos en Bernal Oeste.
Pero detrás de su detención, la historia que enlaza a estos dos amigos es compleja. Según informaron fuentes del caso a Infobae, Dening y Altamura tienen una relación de amistad desde hace muchos años: “eran amigos del barrio”, asegura un investigador.
Dening se dedicaba a la reparación de motos de competición y además corría en forma amateur, como Altamura. Debido a esto, Dening había armado un taller mecánico al lado de su casa exclusivamente para reparar motocicletas, era su pasión.
Pero el negocio venía mal y Dening necesitaba dinero. “Ya no le voy a prestar más plata, le voy a llevar comida”, solía decir Altamura sobre la difícil situación que atravesaba su amigo. Pocos meses atrás, el abogado le había prestado 5 mil dólares para ayudarlo.
Sin embargo, su relación no siempre fue la mejor. Según detallaron, el primer conflicto que tuvieron fue hace varios años cuando Dening le presentó a su novia de ese momento. Al poco tiempo, la mujer lo dejó y comenzó una relación sentimental con Altamura. En 2009, Dening necesitaba una gran suma de dinero porque había quebrado. Mientras, Altamura crecía como prestamista. Las fuentes lo describen como una persona con gran habilidad para los negocios.
Entonces Altamura lo conectó con su tío, quien le prestó 50 mil dólares, pero Dening nunca se los devolvió y el hombre le inició una demanda. Dening tuvo que entregar su casa y un galpón que usaba como taller para pagar el juicio que perdió.
Su relación estaba atravesada por deudas y traiciones. Pero continuaban siendo amigos. Para la familia de Altamura, su vínculo con Dening es “inexplicable”.
El 13 julio pasado cerca de las 17, Altamura ingresó al taller mecánico de Dening con su Honda CRF 250. Durante varias horas ninguno de los dos pudo ser ubicado. Hasta las 23, cuando Dening volvió a utilizar el celular. Luego, a las 4 de la mañana un hombre a bordo de la moto de Altamura entró con el casco al edificio del abogado. Ese hombre, según describieron las fuentes del caso, era de distinta contextura física a la de Altamura, ya que el desaparecido mide 1,90 metros y el que llegó en su moto era más bajo y más robusto, similar al físico de Dening.
A las 7 de la mañana se fue del edificio, siempre con el casco puesto, según quedó registrado por las cámaras de seguridad. Luego, en el expediente consta una denuncia de una vecina de Villa Itatí que relató que habían abandonado una moto como la de Altamura con las llaves puesta en un pasillo del barrio. Pero cuando los efectivos fueron a buscarla ya no estaba. Ese era el objetivo, que la roben. La moto aún no fue encontrada. Más tarde, a los pocos metros, encontraron el casco de la moto tirado junto a un arma de propiedad de Altamura. El domicilio de Dening se encuentra a 15 cuadras del lugar de los hallazgos.
Mientras tanto, el fiscal Rivas aguarda que trasladen a Dening para indagarlo como el principal sospechoso del caso. Le falta la pieza clave del caso: Altamura mismo, saber qué pasó con él.
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