“Tomi”, “Chori” y “Tontolón”, alias que podrían ser los de un trío de payasos españoles de la televisión de los años 70, nunca fueron identificados. Al menos entre 2018 y 2019 actuaron como cobradores y corredores según los testimonios en su contra, revendían el material de la banda de la que eran parte como socios. Se dedicaban a un negocio que persiste en los últimos años: el robo a través de estafas de teléfonos iPhone que se ofrecen en plataformas online, particularmente Mercado Libre, con una serie de jugarretas delictivas que evitan un arrebato en la calle o un asalto a punta de pistola. En Tribunales, para un delincuente, una estafa duele menos. Las condenas suelen ser más leves.
Así, para hacerse de un objeto de deseo, los estafadores apelaron a la imaginación. Las bandas de mentirosos y los timadores individuales se repitieron en los últimos años. Algunos fueron condenados. El 2 de junio pasado, el Tribunal Oral Criminal Federal N°7 condenó al dominicano Waskar Junior Mota Almaraz y a sus cómplices a tres años de prisión en suspenso por el delito de integrar una asociación ilícita dedicada a cometer estafas y a entregar moneda extranjera falsificada junto al delito de encubrimiento agravado por el ánimo de lucro. Desde octubre de 2017 hasta abril de 2018, la banda se dedicó a contactar usuarios de sitios de venta online como OLX para comprar los iPhone que ponían en venta. El pago de los teléfonos se hacía en efectivo, con sumas desde 600 hasta 1400 dólares. Waskar y su banda tenían el dinero: según la condena en su contra a la que accedió Infobae de manera completa, los pagaban con billetes falsos, lo que les valió una causa federal.
“Tomi”, “Chori” y “Tontolón” no fueron identificados, pero sus cómplices sí. Fueron condenados también, con otra pena en suspenso. A mediados de marzo de este año, Oscar Amaya, Claudia Peralta y Enzo Larocca, oriundos de Villa Diamante en Lanús Oeste y Avellaneda, recibieron tras un acuerdo de juicio abreviado en el Tribunal N°27 tres años de ejecución condicional cada uno y multas de entre 60 mil y 90 mil pesos como miembros de una asociación ilícita dedicada a las estafas reiteradas. Larocca, hoy de 36 años, dedicado en los papeles al negocio inmobiliario, fue señalado como el jefe.
El fallo completo, al que accedió Infobae, detalla la jugada:
“Enzo Franco Larocca se comunicaba con los damnificados vía telefónica refiriéndoles haber efectuado la compra de diversos bienes electrónicos por éstos ofrecidos en distintos portales de Internet. Luego de acordar el precio y forma de pago, éste les enviaba por la red social WhatsApp una captura de pantalla de la constancia del depósito bancario, donde además les refería el nombre completo de la cuenta a depositar. Estos llamados siempre se realizaban cerca de las 15 horas, cuando los bancos se encuentran prontos a cerrar y la operación queda como pendiente”, asegura el documento.
“Ello generaba un error en las víctimas, que hacían entrega del aparato electrónico, en la creencia que ya se encontraba abonado y el dinero depositado en sus cuentes. A su turno, Claudia Peralta –pareja de Larocca y titular de la cuenta Uber– enviaba un auto a retirar el objeto del delito y, además, financiaba la asociación, al otorgar dinero a pedido de Larocca. Finalmente, los objetos adquiridos eran enviados a Oscar Roberto Amaya, alias ‘El Chino’, quien recibía los diferentes dispositivos, los preparaba para su venta y la materializaba”, continúa el texto. Aquí entraban en acción “Tomi”, “Chori” y “Tontolón”.
Se movieron rápidamente, por lo visto. Entre diciembre de 2018 y enero de 2019 atacaron, según el fallo, en unas 35 ocasiones. Su primera víctima fue despojada tras una falsa compra en Mercado Libre de un iPhone 8 Gold que valía 35 mil pesos.
Al final, cayeron por los teléfonos mismos. La división Defraudaciones y Estafas de la Policía de la Ciudad investigó a la banda. El teléfono de Larocca fue detectado e intervenido. Los tres condenados fueron allanados, se les encontraron varios teléfonos en sus domicilios. No solo operaban por Mercado Libre: también buscaban otro blanco más fácil, las publicaciones en grupos de compra y venta de Facebook, según la imputación.
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