Ayer por la mañana, la Policía de la Ciudad arrestó bajo las órdenes de la Fiscalía N°55 de César Troncoso a dos jóvenes de 17 y 18 años, allanadas en los barrios de Parque Avellaneda y Constitución. El delito del que se las acusa: robo en banda bajo la modalidad de viuda negra, seducir a hombres para lograr entrar a sus casas y drogarles la bebida para finalmente robarles, según aseguraron fuentes de la investigación a Infobae.
Las acusadas operaban en diversas redes sociales como la red de citas Tinder, además de Facebook e Instagram, donde tenían varios perfiles. Dos hombres las denunciaron, sus declaraciones coincidían. En la casa de la mayor de edad sobre la calle Derqui al 4400, en el barrio Cildañez, se encontraron tres frascos de clonazepam líquido y una jeringa, pastillas, recetas en blanco selladas, jeringas, ropa, mochilas, un reloj importado, pulseras de oro, una balanza de precisión, dos teléfonos celulares, una tablet, chips de teléfonos y varios elementos denunciados como robados. Además, se encontraron documentos de otras personas que luego fueron contactadas y que explicaron que fueron víctimas de robos bajo la misma modalidad.
En el segundo allanamiento de la menor en Constitución, en un departamento sobre la calle Entre Ríos al 1600, se encontraron dos teléfonos celulares con las pantallas bloqueadas y sin memorias, ropa que habría usado al momento de los hechos, cinco teléfonos más, un iPad, una ampolla de suero, pastillas de Rivotril, documentación y tarjetas a nombre de otras víctimas. Se encontraron además tarjetas de crédito. Entre sus víctimas hay un contador y un financista.
La mayor fue trasladada a una comisaría. La menor, dada su edad, quedó libre, sujeta a proceso y deberá presentarse ante la Justicia en las próximas horas.
Precisamente, clonazepam fue lo que se le encontró en la sangre diez años atrás a Walter Busse, el futbolista atacado hace diez años por Cinthya Novillo, alias “Mica”, la viuda negra más prolífica de la historia argentina reciente, que cobró notoriedad por drogar junto a una cómplice a un empresario de la zona de Recoleta para llevarse más de 70 mil dólares en joyas, relojes y efectivo, además de su auto Toyota que luego descartó.
Novillo, oriunda del Barrio Marítimo de Berazategui, fue procesada la semana pasada por la jueza Patricia Guichandut, titular del Juzgado N° 62, junto a tres cómplices por cinco nuevos hechos, todos con la misma modalidad: seducir, drogar y desvalijar a hombres de negocios, empresarios.
Seguirá presa, tras ser detenida a fines de julio en Quilmes cuando intentó huir de la Policía Bonaerense mientras los uniformados allanaban una fiesta electrónica clandestina a la que Cinthia había asistido, marcada por detectives de fuerzas federales. Insólitamente, fue a bailar a una fiesta prohibida con un pedido de captura sobre su cabeza, luego de que el 25 de mayo pasado un gastronómico la denunciara por ponerle una droga en la copa de vino espumante en su departamento de Recoleta para llevarse un botín de 70 mil dólares entre efectivo, relojes de alta gama de marcas como Rolex o Hublot, su iPhone y el auto Toyota que un amigo le había prestado.
Cinthia, si es que es culpable, robó en medio de una pena de ejecución en suspenso. Fue condenada a unos escasos tres años el 8 de febrero de 2019 por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 tras pasar ocho meses encerrada en un penal federal por siete hechos de robo en todas sus variantes: simples, en poblado y en banda, a mano armada, con víctimas como Walter Busse, cometidos entre 2009 y 2012.
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