Durante el mediodía del sábado, en la calle Pablo Pizzurno al 1400, de El Jagüel (partido de Esteban Echeverría), casi todo sucede con normalidad. Hay sol y viento, un hombre arregla un cable de luz y una señora barre algunos segundos su porción de vereda y pregunta qué pasa enfrente. Aquello es lo que rompe lo cotidiano: un móvil policial custodia una casa, en la que hasta hace pocos días vivía un hombre acusado de abusar sexualmente a su hija de seis años.
“A nosotros nos dijeron que teníamos que hacer guardia acá, no sabemos qué pasó”, dicen al unísono los dos efectivos policiales que apenas bajan la ventanilla de la camioneta para dialogar con Infobae. El silencio es absoluto. Tres mujeres se reúnen en la esquina para entender por qué un hombre vestido de negro está sacando fotos. Ante el micrófono de este medio repiten lo anterior: “No sabemos nada”.
La tranquilidad de una calle poco transitada encontró un bullicio inhabitual el pasado jueves por la tarde. Tras una denuncia radicada -el 13 de agosto- por un vecino (testigo del tumulto) en la Comisaría de la Mujer y la Familia de Esteban Echeverría, varios móviles policiales acudieron al lugar para detener a J.A.C., de 30 años, a quien se le atribuyen una serie de audios viralizados en los cuales cuenta cómo violó a la menor.
M.A.B., de 28 años, denunció que aquel día vio como 14 personas corrían en dirección a la calle Pizzurno. Al perseguir al grupo, observó un tumulto de más de 20 individuos que pedían por J.A.C., alias “Chingui”, a quien le gritaban: “Violador hijo de puta, salí”.
En su declaración, el hombre agregó que no mantiene una relación amistosa con J.A.C: “Lo saludo como a un vecino más del barrio”, declaró. Entre los insultos, se anotició de la viralización de los audios. Allí J.A.C manifestó una insólita explicación: “Esos audios se los mandé a mi ex para ofenderla”.
“Jony”, uno de los vecinos de la zona, reveló esta mañana que fue él quien rompió la calma para aplaudir frente a las rejas blancas y exigir que J.A.C. diera la cara. “Salió el tío y me dijo que no sabía nada. Les mostré los audios y le dije que lo sacara. Que lo entregara, pero no quiso. Entonces se empezó a juntar más gente y fue ahí cuando vino la policía”, dijo a Infobae.
Víctor y Andrea, familiares de J.A.C., indicaron que desconocían tal acusación. Ella sostuvo: “Venía los fines de semana, pero hace meses que no trae a la nena. Acá nunca pasó algo de lo que se lo acusa. Yo tengo dos hijas mujeres, si lo hubiese visto o me hubiera enterado, lo mataba yo mismo”.
Víctor señaló que “Jony” es una de las personas que, en reiteradas oportunidades, pasa por la vivienda y los insulta. “Él nos amenaza”, dijo el hombre, señalando al joven al pasar. Andrea, su mujer, pidió que se aclarara algo que los vecinos repitieron durante estos días: “Él no vive más acá. No sabemos dónde está. Ya no sabemos qué hacer. Quiero dar mi testimonio y continúa la amenaza. Todo por culpa de alguien que no vive acá”.
En la denuncia se expresó que primero fueron cuatro los audios difundidos. Todos ellos por WhatsApp, precisamente en un grupo de la Escuela N° 17 de El Jagüel. Los mismos se replicaron en Facebook y posteriormente en Twitter e Instagram. Los vecinos reconocieron la voz de J.A.C. y se presentaron en el domicilio familiar.
Los audios son escabrosos. En ellos se oye: “Le dije bueno ‘hija, vení, que acá está el chupetín’. Estaba re caliente”.
El jueves la policía trasladó a J.A.C. a la comisaría y desde allí notificaron a la madre de la menor, quien actualmente reside en la localidad de San Fernando. En una comunicación teléfono, su ex pareja dijo no estar “al tanto de la situación”.
Tras mantener la conversación con la mamá de la nena, los efectivos mantuvieron comunicación con la UFI N° 3 de Esteban Echeverría, que dispuso no tomar ninguna medida ya que los hechos habrían ocurrido en San Fernando. Pero en la zona norte, una fiscalía expresó que no consideraba que el supuesto abuso haya ocurrido en su jurisdicción y rebotó el expediente. Así, volvió a Lomas de Zamora, que comienza ahora con sus primeras medidas. El reconocimiento médico-legal dio resultados negativos. No hay, en una primera inspección, signos de abuso.
“La única prueba en su contra por el momento es el audio, aunque faltan más medidas de prueba como la declaración testimonial de la madre, la entrevista con la menor y peritar las grabaciones para saber si efectivamente es la voz del sospechoso. La investigación recién empieza”, completaron.
El día que J.A.C. fue llevado a la comisaría, un cordón policial custodió su salida, pero una imagen del procedimiento que se difundió confundió a los vecinos en cuanto a la ubicación de la casa. Horacio, dueño de la vivienda ubicada en la esquina opuesta a la del autor de los audios, debió aclarar que no tenía nada que ver con la situación. Su hija hizo lo mismo en Instagram: “Está circulando que acá vive el violador. Para todas aquellas que hayan visto esta foto, culpando a mi familia y a mi hogar, avisen que no es así. No compartan algo sin saber, porque me están metiendo en problemas”, escribió.
La denuncia llegó hasta la UFI N°3 de Esteban Echeverría, especializada en delitos sexuales y violencia de género, que comenzó una investigación penal preparatoria, según aseguran fuentes judiciales en Lomas de Zamora.
Por estas horas, un patrullero rota sus turnos para hacer guardia frente a la casa donde los vecinos juraron venganza. De J.A.C. nadie sabe nada. “Escuché que está en Santa Fe”, dijo alguien al pasar, aunque con poca certeza.
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