En el marco de la investigación por el crimen de Valentino Blas Correas, el joven de 17 años que fue baleado por agentes de la policía de Córdoba cuando circulaba en un automóvil con amigos en la capital provincial, el pasado 6 de agosto, el fiscal José Mana imputó este viernes al jefe de esta fuerza de seguridad que estaba a cargo de patrullas de control, por lo que ya son cinco los efectivos acusados en la causa.
El abogado Alejandro Pérez Moreno, representante legal de la familia de la víctima, precisó a la agencia Télam que el nuevo involucrado es el subcomisario Sergio Alejandro González, sospechado de “encubrimiento agravado y omisión a los deberes de funcionario público” por su responsabilidad institucional sobre los móviles que patrullaban en la noche que ocurrió el hecho que se investiga.
Además, se amplió la imputación de la oficial ayudante Yamila Florencia Martínez, quien quedó acusada de encubrimiento agravado pero también seguirá en libertad mientras avanza el proceso en su contra.
Los otros tres agentes policiales que están imputados, pero que sí se encuentran detenidos, son Wanda Micaela Esquivel, de 32 años, por “encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario”; y Javier Alarcón y Lucas Gómez, de 31 y 35 años respectivamente, acusados de “homicidio calificado, agravado por el uso de armas” y “tentativa de homicidio”, por los acompañantes de Blas Correas, quienes resultaron ilesos tras el ataque.
El abogado Pérez Moreno detalló que en la jornada de este viernes también se realizó un allanamiento en la clínica Aconcagua, lugar donde los amigos del joven fallecido trasladaron a la víctima luego de que recibiera el balazo, pero que se negaron a atenderlo. Asimismo el letrado se manifestó “conforme” con las estrategia investigativa que lleva el fiscal Mana, al sostener que “está trabajando con ahínco, con prolijidad y con objetividad”.
Al ser consultado sobre la fecha de indagatorias y el levantamiento del secreto de sumario para que las partes accedan al expediente, dijo que los tiempos procesales “están condicionados por el contexto de pandemia” del coronavirus.
El homicidio de Correas ocurrió en la madrugada del pasado jueves 6 de agosto cuando, junto a cuatro amigos y compañeros de colegio, circulaban en un automóvil luego de reunirse en un bar y, según el sumario policial, evadieron un control policial en la zona sur de la ciudad de Córdoba.
Comenzó entonces una persecución hasta que los policías dispararon varios tiros, de los cuales cuatro impactaron contra el vehículo en el que viajaban los jóvenes, uno de los cuales ingresó por la luneta y se incrustó en el omóplato del adolescente, quien iba en la parte de atrás y murió a causa de la herida.
El jueves pasado, familiares, amigos y vecinos de la víctima protagonizaron una multitudinaria convocatoria en la cual pidieron justicia por el crimen. La movilización comenzó a las 18:30 desde la intersección de las avenidas Colón y General Paz, en el microcentro de la capital provincial.
El encuentro culminó con la lectura de una carta por parte de Juan, su hermano, quien previamente había expresado: “No es solo una marcha para pedir justicia por Blas sino para que esto no vuelva a repetirse. Que nadie pase por el dolor que estamos pasando. Queremos recordar a Blas como quién era, un chico tranquilo. Por esto e que marchamos de forma pacífica. Una marcha desde la paz y el dolor y no desde el odio y la venganza. Esto trasciende cualquier partido político o religión. Esto le pudo haber pasado a cualquiera. Y no queremos que vuelva a pasar”.
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