A Ángela Chiapello, de 61 años, le robaron en su vivienda en Ezpeleta, la encerraron en su cuarto y después prendieron fuego la casa. Vecinos la socorrieron y ahora se encuentra en estado crítico en el Hospital de Quilmes. Sin embargo, no serían simples ladrones: los investigadores sospechan que fue una venganza familiar.
El macabro hecho ocurrió el sábado pasado en Bogotá al 4700. En principio se investigó como una entradera. Pero a los pocos días, la Policía Bonaerense arrestó a Braian “Tati” Fleitas, de 22 años, quien ya conocía a Chiapello.
“Lo que le sucedió a mi mamá nosotros ya lo veníamos denunciando. Son esta gente. Nosotros sabíamos que algo le iba a pasar y ahora su vida pende de un hilo”, sostuvo Griselda Quevedo, la hija de Chiapello, a Infobae. “No puedo creer lo que estamos viviendo. La casa quedó destrozada y mi mamá está cerca de perder de la vida”, agregó.
La trama por detrás del ataque es compleja. Según Quevedo, todo comenzó hace nueve meses atrás cuando una sobrina de su mamá, Verónica, llegó a la casa de Chiapello a cumplir un arresto domiciliario. La mujer había sido condenada por venta de drogas.
“Cuando Verónica se mudó comenzó a aparecer gente extraña en la casa. Muchos delincuentes. Entre ellos ´Tati´, que era el novio de la hija de Verónica. Fue un desastre”, contó Quevedo.
Y siguió: “No fue la primera que la atacaron. Ya habíamos hecho varias denuncias. La última vez que le robaron fue en diciembre pasado. Entraron a su habitación, le robaron y le rompieron todo. Lo denunciamos, pero nadie hizo nada y ahora mirá cómo terminó”.
Durante esos nueve meses, Chiapello vivió reiterados episodios de violencia. El punto más alto de los abusos fue el 24 de julio, cuando Verónica le pegó a su tía: “Sufrió un episodio de maltrato, pero como tenía el arresto domiciliario, no se la podía sacar”. “Se cansaron de golpearla y de encerrarla. Realmente no sabíamos qué hacer. Pedíamos por favor que la trasladen, que la saquen de la casa”, contó Quevedo.
Y así fue. Dos días antes del hecho, según Quevedo, Verónica fue trasladada a otro domicilio. “A partir de ese día mi mamá quedó sola en la casa”, dijo Quevedo.
Para Quevedo en el hecho participaron más personas.“Entraron con la llave, no sé si la robaron o se la dieron. Pero rompieron todo, robaron y le pegaron a mi mamá. Después, prendieron fuego en su cuarto y la encerraron”, dijo. Sin embargo, según pudo saber infobae de fuentes judiciales, “Tati” declaró que ingresó al domicilio por la ventana.
Entonces, hasta el momento lo que se sabe es que al menos “Tati” ingresó al domicilio de Chiapello, la encerró en su habitación, le robó sus pertenencias y antes de huir prendió fue la casa con ella adentro. Los investigadores intentan determinar si hubo más de un delincuente que haya participado.
El hecho es investigado por el fiscal Martín Conde, a cargo de la UFI N°3 de Quilmes, quien caratuló la causa como incendio agravado por el compromiso de vida, tentativa de homicidio y robo en grado de tentativa.
“Yo sospecho que esto fue una venganza porque le dieron el traslado a Verónica”, concluyó Quevedo.
El incendio ocurre en un contexto feroz en la provincia y en el país: los hechos de violencia entre personas que dirimen sus conflictos con violencia extrema o intentan hacer justicia por mano propia se repiten a lo largo del territorio. Según estadísticas del gobierno de Santa Fe, los crímenes por venganzas o disputas superan a los hechos motivados por el crimen organizado.
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