Hace aproximadamente un mes, uno de los pasamanos de la Iglesia San Nicolás de Bari, en el barrio de Retiro, fue robado. De un día para el otro, ese riel que sirve para proporcionar estabilidad o soporte a las personas, desapareció de las escaleras de entrada.
Este martes, un patrullero de la Comisaría Vecinal 1 A de la Policía de la Ciudad se acercó hasta la basílica, ubicada en la avenida Santa Fe al 1300, después de un llamado al 911 para denunciar un robo. Al llegar, los efectivos se encontraron con dos hombres que estaban intentando sustraer piezas de bronce de las puertas.
Los efectivos los sorprendieron in fraganti: ambos ya habían quitado los soportes que habían quedado del pasamanos robado. Para ello utilizaban un cortafierro, una masa, un destornillador y un cuchillo, todos elementos que luego fueron secuestrados, según informaron fuentes policiales a Infobae.
Tras la comunicación con el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 48, a cargo de juez Javier Sánchez Sarmiento, ambos quedaron detenidos.
Según denunciaron vecinos de Retiro, como también lo hicieron en otros barrios como Recoleta o Belgrano, desde que comenzó la cuarentena se incrementaron los casos de robos de piezas de bronce, un robo que es un clásico en tiempos de crisis, ya que el precio de reventa del cobre es alto.
Aprovechando la poca circulación de gente en la calle, se robaron picaportes, aldabas, manijas y placas de porteros eléctricos, chapas catastrales, algunas partes de esculturas, incluso desaparecieron asientos del Metrobus.
Ante el creciente número de denuncias, desde la Policía de la Ciudad dispusieron un sistema de vigilancia preventivo. El jueves pasado, oficiales que recorrían las calles de Recoleta a bordo de cuatriciclos, observaron en el cruce de Montevideo y Juncal a dos hombres, de 34 y 32 años, que tenían consigo una bolsa y que al notar la presencia policial, salieron corrieron.
Los efectivos alcanzaron a los sospechosos y al revisarlos les incautaron dos bochas, tres bases, un picaporte y dos tapas de bronce que habían sido sustraídos de edificios de la manzana. Por disposición del Juzgado Criminal y Correccional Número 7, a cargo del doctor Alejandro Litvack, ambos fueron detenidos. Y a las pocas horas fueron liberados.
Uno de esos ladrones, el hombre de 32 años, fue nuevamente capturado a los tres días por el mismo delito. Durante la madrugada del domingo pasado, los policías lo encontraron robando en la misma cuadra, en Juncal al 1600. Tenía en su poder una gran cantidad de picaportes y manijas de las puertas y timbres de edificios.
En el caso intervino la Fiscalía Criminal y Correccional N° 56, desde donde se dispuso la detención del involucrado de 32 años. Los objetos robados fueron devueltos a los respectivos domicilios.
Esa misma noche, además, la Policía de la Ciudad también detuvo a otros dos hombres que en la misma zona robaron dos porteros eléctricos de bronce, el último de ellos en un inmueble de Ayacucho al 1000.
En ese caso, los agentes dieron la voz de alto y luego de una breve persecución lograron reducirlos a media cuadra. Durante el intento de fuga, los ladrones habían arrojado los objetos robados para tratar de despistar a los policías.
Finalmente el encargado del edificio de Ayacucho reconoció los elementos sustraídos y dijo que observó a los delincuentes mientras arrancaban los porteros con sus manos, ya que apretaron sin querer el timbre al momento de sacarlos. Ambos ladrones, 28 y 31 años, fueron detenidos y quedaron a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 32.
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