A Jeremías Emanuel Montiel, con sólo 19 años recién cumplidos en mayo último, los vecinos de Mataderos y Villa Lugano le tenían miedo. A pesar de su corta edad, Jeremías, alias “Corchito”, fue acusado por la Policía de la Ciudad de ser el líder de una peligrosa banda acusada de llevar adelante una serie de violentos asaltos a mano armada en distintos lugares de la zona, principalmente en las inmediaciones de Ciudad Oculta. En uno de los robos, incluso, Montiel y su banda llegaron a atacar a balazos a un policía que los enfrentó. Casi lo matan.
En los últimos días, según fuentes policiales, “Corchito” y sus cómplices fueron detenidos uno a uno tras varios allanamientos concretados por efectivos de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Comisaría Comunal 8 de la fuerza porteña. Los procedimientos fueron ordenados por el Juzgado de Menores N°6, a cargo del doctor Carlos Cociancich, ya que algunos de los integrantes de la banda de Montiel tienen menos de 18 años.
Con domicilio a pocas cuadras de la cancha de Nueva Chicago, “Corchito” fue detenido en una casa ubicada en la intersección de las calles Piedra Buena y Eva Perón, en el barrio Mataderos, uno de sus campos de acción preferidos. Según indicaron fuentes policiales a Infobae, el principio del fin de la banda comenzó a gestarse el pasado 28 de julio. Ese día, cayeron dos de sus cómplices, jóvenes con antecedentes por robo en poblado y en banda.
Todo ocurrió después de que efectivos de la policía porteña fueran alertados sobre un grupo de delincuentes que había cometido varios robos a bordo de una camioneta Volkswagen Suran negra robada, que presentaba un pedido de captura vigente de una UFI de La Matanza.
Fue entonces que el juez Cociancich llevó adelante a investigación y dispuso una serie de allanamientos para dar con el resto de la banda, “Corchito” incluido. Finalmente atraparon al líder en Mataderos mientras que el cuarto y último cómplice fue capturado a las pocas horas, también en la zona de Mataderos.
Hay un violento serial en las filas del grupo de “Corchito”, Diego Gerez su nombre. Es mayor que el resto, nacido en 1990, hoy de 30 años, oriundo de San Miguel. Estuvo preso en Ezeiza en 2017, acusado de salir a robar con menores, el Tribunal N°9 lo condenó a dos años de cárcel en aquel entonces. Ya le habían dictado otras tres condenas desde 2009 en tres tribunales porteños, que fueron unificadas a esa pena para un monto de ocho años en total, casi la mitad de su vida. La Justicia consideró cumplida esa condena en noviembre del año pasado.
Otro de los miembros de la banda, un joven de rulos teñidos de rubio llamado Iván C., tiene una foja extensa en el Registro de Reincidencia. Comenzó a los 16, con una pena de dos años en suspenso dictada por el Tribunal Oral de Menores N°3 a fines de 2018 por dos hechos de robo en banda, uno con un arma de juguete, otro con un arma real. Lo volvieron a procesar ya mayor de edad por otro robo en banda, una decisión tomada en noviembre del año pasado por el Juzgado N°47.
Concretamente, a “Corchito” se lo vincula al menos con cuatro hechos, entre los que se cuentan un atraco en las inmediaciones de la Villa 15, el asalto a un frigorífico en Villa Lugano y el robo de autos. Pero hubo uno aún más grave y fue en el que su banda supuestamente hirió de gravedad a un efectivo de la Policía de la Ciudad que trató de evitar que los delincuentes cometan un robo.
Ocurrió el jueves 7 de mayo pasado, en plena cuarentena, en la esquina de las calles Martín Grandoli y José Ignacio Rucci, cerca de Ciudad Oculta. Allí, el oficial Juan Caballero, que prestaba servicio en la Comisaría Vecinal 8A, vio en un almacén a dos jóvenes con barbijo y capucha en una actitud que le pareció sospechosa.
Cuando el efectivo se acercó para identificarlos, uno de los delincuentes sacó un arma de fuego y le exigió que le entregara su chaleco antibalas. Caballero extrajo su arma, retrocedió y comenzó a ser atacado a balazos. El policía llegó a retroceder unos 50 metros y refugiarse pero allí vio cómo le salía sangre de su rostro y pidió apoyo por radio. Los delincuentes escaparon en dirección al asentamiento.
Caballero recibió dos balazos; uno en la columna y otro en el cuello. Tras permanecer ocho días internado en el hospital Churruca, fue dado de alta y terminó la recuperación en su casa. Ese ataque fue investigado por el juez Luis Alberto Schlegel, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 30. El resultado en aquel momento fue un detenido de 23 años, capturado en el barrio de Mataderos, quien contaba con antecedentes penales, según información de Télam.
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