La pandemia modificó radicalmente el comercio en la Argentina: negocios usualmente abiertos al público tuvieron que adaptarse a esquemas de entrega a domicilio y venta online. Lo mismo va para el comercio clandestino, con la vida de las ferias “saladitas” atravesadas por la cuarentena con su venta de ropa de marca falsificada, imitaciones creadas en talleres clandestinos locales, usualmente con trabajo esclavo. Algunos cierran, otros abren igual, otros se adaptan.
El área de ciberpatrullaje de la fuerza porteña, el Departamento de Investigación Informática, advirtió durante el aislamiento que una organización sumamente activa en Facebook vendía ropas de reconocidas marcas globales a precios sumamente bajos, claramente falsificada. Había un teléfono de contacto en sus posteos. Así, comenzó el rastreo, lo que llevó a dos puntos de venta y entrega, así como a dos lugares que eran bases operativas.
El delito era obvio, una violación a la ley de marcas que debía ser investigada por la Justicia federal. El expediente llegó al Juzgado N°4 en Comodoro Py, a cargo de Ariel Lijo.
Esta semana, la Policía de la Ciudad allanó una casa y taller clandestino en la calle Bariloche, zona de Villa Celina, que funcionaba como taller y depósito clandestino, con máquinas de coser y un sistema de serigrafía. Había allí 14 bolsones con 1215 prendas y varias pilas de etiquetas con precintos para atarlas: las marcas falsificadas eran entre las más deseadas del mercado local: Adidas, Gap, Tommy Hilfiger, Aeropostale, Nike, Polo Ralph Lauren, Lacoste. Una mujer de nacionalidad boliviana de 27 años fue encontrada en el lugar, quedó imputada en la causa y notificada.
Luego se allanó otra propiedad en la calle Olleros en Avellaneda. Una pareja operaba el lugar, integrada por una mujer de nacionalidad argentina y un hombre de nacionalidad boliviana de 38 años, plomero de oficio. Había más ropa todavía, otros 20 bolsones con 2112 prendas entre remeras, buzos, pantalones cortos y joggings. También se ingresó a dos departamentos en el barrio de Villa Santa Rita, en los que se almacenaba ropa apócrifa para luego venderla. Otros dos sospechosos fueron encontrados, padre e hijo.
La Policía hizo su cálculo al final del día: la mercadería secuestrada, 4.577 prendas en 139 bultos,está valuada en el mercado en cerca de 5.400.000 pesos.
En un solo departamento, los efectivos encontraron 2.093 remeras falsificadas de las marcas Adidas, Lacoste, Polo, Penguin y Tommy Hilfiger, 58 pantalones Adidas y 539 buzos Lacoste y Tommy Hilfiger, toda ropa adulterada, mientras que en otro inmueble se incautaron 103 remeras Adidas, 410 pantalones Adidas, 504 calzoncillos para hombre Tommy Hilfiger y 630 calzoncillos Calvin Klein. Además de secuestrar toda la ropa, se procedió a confiscar las tarjetas con logos.
No es el único caso de falsificación que una fuerza de seguridad investiga, por otra parte. Esta semana, la PFA también allanó varios puntos por pedido de la jueza federal Alicia Vence en San Martín, contra una banda dedicada a “clonar” una reconocida marca de aceite de cocina, además de fabricar marcas clandestinas propias que no cuentan con la autorización de las autoridades, cuya comercialización fue prohibida.
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