Salvador Altamura, de 48 años de edad, abogado y empresario, se encuentra desaparecido desde el 13 de julio según su propia familia, cuando fue visto por última vez por las cámaras de seguridad de su edificio en la calle 25 de Mayo al 200, en el centro de Quilmes. Su propia familia, ante la falta de respuestas a su teléfono, acudió al edificio en busca del video, que mostró sus últimas imágenes.
Poco después, según la familia misma, formularon la denuncia por su desaparición, que de acuerdo a fuentes en los tribunales de la zona se encuentra radicada en la UFI N°1 de Quilmes de Ariel Rivas, el mismo fiscal que investiga el caso de Jorge Ríos, el jubilado que mató a un ladrón que entró a robar a su casa, en turno en el actual período. La denuncia, según fuentes policiales, fue hecha por su propio padre. El teléfono de Altamura, un iPhone 7, habría dejado de funcionar poco después. Su moto habría sido robada luego de que apareciera en la villa Itatí.
El Colegio de Abogados de la jurisdicción se sumó al reclamo que la familia visibilizó en redes sociales. La familia, por su parte, tiene su hipótesis.
“Salvador no anda en nada raro. Hasta ahora parece un hecho de inseguridad. Se robaron una suma importante de dinero. Suponemos que lo han torturado para que diga dónde estaba la plata”, comentó un miembro de su familia a Ámbito Financiero, suponen un secuestro y robo, aseguran que la caja no fue violentada. “Para abrir la caja se necesita una llave especial y hay una copia que está en el mismo lugar donde la dejó mi sobrino”, detalló una tía de Altamura a TN.
Sin embargo, la UFESE, el ala de la Procuración dedicada a investigar secuestros extorsivos, no tiene el expediente en sus manos para investigarlo como tal. Las fuentes consultadas por este medio no ratifican como tampoco desmienten de pleno la información que provee la familia. Aseguran que Altamura tuvo un último contacto con quien sería su novia el mismo 13 de julio y que ese mismo día habría pasado por “el taller de un amigo”. La búsqueda está en manos de la Policía Bonaerense.
“Por ahora es una averiguación de paradero”, asegura una fuente del caso: “Se habría ido por sus propios medios”. “Se trabajan todas las hipótesis, no se confirma ni descarta ninguna”, dice un funcionario judicial de peso.
El perfil comercial de Altamura, por su parte, no revela nada llamativo, no tiene deudas en rojo o cheques sin fondo. En 2013 se registró como empresario en la AFIP, en rubros como la venta de plástico y combustible. Entre 2008 y 2010, integró los directorios de tres empresas que hoy parecen estar inactivas, sin pagos de aportes a empleados o movimientos bancarios recientes.
La zona de Quilmes, por otra parte, tiene otro misterio pendiente: el asesinato sicario del financista Diego Xavier Guastini, asesinado por un pistolero desconocido mientras conducía su Audi A4 en noviembre de 2019 luego de que delatara a clientes de su negocio de transporte de dinero en la Justicia federal.
Seguí leyendo: