A fines de septiembre pasado, A.G.A, ex maestra jardinera en escuelas públicas del distrito de Quilmes, se sentaba a esperar en una alcaldía de mujeres cercana a La Plata, con los ojos un tanto vacíos, con su familia en estado de tensión total del otro lado del muro.
Sus dos hijos ya no estaban con ella, el menor, particularmente, que tenía once años en ese entonces. La ex maestra jardinera seguiría presa un tiempo más. La Justicia había confirmado ya su encierro preventivo, con una causa investigada por el fiscal Daniel Ichazo, UFI N°1 de Berazategui, la zona donde ella residía.
El delito: abuso sexual con acceso carnal agravado, producción y distribución de representación de menores de 18 años dedicados a actividades sexuales y corrupción de menores agravada.
Su víctima era, precisamente, su propio hijo, que vive con una discapacidad mental.
Al menos 67 videos lo comprobaban. En el material se veía a ella y al chico en la habitación del menor en la casa familiar, filmaciones que databan de entre 2017 y 2019, algunas de pocos segundos, otras de dos minutos. Había una filmación de unos pocos minutos particularmente aberrante, peor que las demás, la que llevó a Ichazo a agravar la imputación más todavía. A esos videos los habían encontrado todos, uno por uno, en su teléfono.
El área de Cibercrimen de la Departamental Quilmes de la Policía Bonaerense la había esposado en julio de 2019. El aparato se encontró el aparato en su casa, revuelta por los efectivos mientras la maestra miraba sentada en una silla. El caso preocupó particularmente a las autoridades educativas de Quilmes, pero las pericias posteriores al aparato no encontraron otro chico entre las filmaciones, su hijo habría sido su única víctima. Un informe del Programa Nacional de Asistencia para las Personas con Discapacidad detalló lo que el chico mostraba en su lenguaje no verbal: que no quería que su madre abuse de él, se quejaba con su voz, la alejaba con sus manos. La ex maestra, entonces, recurría a una táctica, le daba un sonajero, un control remoto, para que las mantuviera ocupadas.
Esos videos, por otra parte, habían salido de su teléfono. Se los enviaba a su entonces novio, D.A.L, de 45 años, alias “El Brujo”. Gendarmería Nacional los había encontrado en el aparato del hombre cuando lo arrestaron en Zapala, provincia de Neuquén, en una causa en donde fue acusado de mover marihuana en la zona, procesado sin prisión preventiva. La pericia a su aparato detalló los contactos por WhatsApp con su pareja, lo que llevó a allanamiento en Berazateugi. Para Ichazo, “El Brujo” fue el instigador.
La semana pasada, un año después, “El Brujo” finalmente cayó.
La división Delitos Cibernéticos contra la Niñez y Adolescencia de la Policía Federal lo arrestó la semana pasada en un barrio periférico de San Martín de los Andes, donde se había mudado con su novia. Los detectivos lo rastreaban hace tiempo, de acuerdo a información recibida por Ichazo, siguieron sus intentos de cruzar la frontera, sus nuevos perfiles de Facebook y sus repetidas mudanzas a lo largo de todo Neuquén. Se había mudado con una novia, según apuntaron fuentes cercanas al expediente a Infobae. Cambió de negocio. Se dedicaba a la venta de autos usados. De todas formas, le encontraron cocaína, lo que llevó a una nueva causa por tenencia simple.
Los chats que constan, más allá de los videos, son particularmente graves.
En las conversaciones, el hombre procesado por narcotráfico se muestra sumamente demandante, pide y exige videos. “Mandámelo así que me gusta”, le decía a la maestra jardinera para darle instrucciones. “¿Cómo querés? Decime”, le respondía ella. Algunas filmaciones duraban pocos segundos. Otras llegaban a los dos minutos de duración. Cerca de la docente aseguraban que hay pericias psicológicas que aseguran que G.A tiene “una mente lábil”, que podría haber sido fácilmente influenciada por su pareja. La Dirección de Análisis de la Conducta Criminal y Victimológica del Ministerio de Seguridad de la Provincia evaluó las conversaciones, habló en sus resultados de “características asimétricas”, de “elementos de manipulación y ejercicios de poder”.
Sin embargo, aseguró el análisis, la ex maestra, “por un lado, actúa bajo influencia y manipulación de supareja, empero por otro, posee conservada la capacidad de discernimiento y conciencia de sí, de cuidado del otro, de la existencia de un niño y su rol como madre”.
Así, “El Brujo” fue imputado por el mismo delito que la docente.
Fue trasladado hoy a la mañana de vuelta a Berazategui, para ser indagado por Ichazo, asistido por una abogada particular. Su ex, mientras tanto, fue elevado a a juicio oral. Su propio hijo, su víctima, es cuidado hoy por su familia. Su identidad es mantenida en reserva por las autoridades. Hay una paradoja: exponerlo implica exponer a su víctima.
Seguí leyendo: