Más de 80 días después de que fue visto por última vez, la investigación por la desaparición de Facundo Astudillo Castro, de 22 años, incorpora día a día nuevos detalles pero que aún no arrojan ninguna certeza. El joven salió de su casa de la ciudad bonaerense de Pedro Luro el 30 de abril pasado dispuesto a llegar a dedo a la casa de su ex novia en Bahía Blanca y es buscado desde entonces. La última vez que fue visto, cuando Facundo era subido a un patrullero, transformó una presunta desaparición forzada a cargo de la Policía Bonaerense en la principal hipótesis a confirmar o descartar.
El miércoles 15 de julio, la Policía Federal llevó a cabo una serie de peritajes en dos de los vehículos investigados: el móvil policial Toyota Hilux con patente PQH 491 y un Chevrolet Corsa que es el auto particular de una de las policías que habrían tenido contacto con el joven de 22 años. En ambos vehículos –donde se llevó a cabo una inspección ocular, se tomaron muestras físicas y biológicas y se tomaron fotografías e imágenes de video– se hallaron supuestos rastros de sangre, según confirmó el Ministerio Público Fiscal en un nuevo comunicado.
Estos posibles rastros en el patrullero fueron hallados sobre el panel de la puerta del conductor, el volante, la tapa de la guantera, el asiento trasero izquierdo y en la caja trasera. También se secuestraron muestras de pelo encontradas en el interior del vehículo, junto a una colilla de cigarrillo y una media color azul, pero no se se encontraron huellas dactilares.
Ahora, el fiscal subrogante de la Fiscalía Federal Nº 1 de Bahía Blanca, Santiago Ulpiano Martínez, solicitó que se tomen muestras de ADN a Cristina Castro Alaniz, la madre de Facundo, con el fin de cotejar las muestras y para determinar si los rastros detectados en los vehículos pertenecen a su hijo.
Por otro lado, la fiscalía ordenó también al Gabinete Científico Bahía Blanca de la Policía Federal la realización de un peritaje respecto de los teléfonos secuestrados en el marco de la causa, utilizando la tecnología UFED –dispositivo forense de extracción de datos–, y un análisis del contenido que sea de relevancia para la investigación.
Por otra parte, ese mismo gabinete científico hará un análisis sobre el Libro de Guardias secuestrado en la Comisaría de Mayor Buratovich, donde se le labró un acta por el incumplimiento de la cuarentena al joven. El objetivo del estudio es determinar si en las anotaciones correspondientes al 30 de abril pasado existían “enmiendas, raspaduras, borrones, faltantes de hojas o cualquier otro tipo de señal” que permitiera suponer que existió una alteración de su contenido.
En los últimos días, además, la fiscalía recibió junto a la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) nuevas declaraciones de testigos, a quienes se les ofreció protección en el marco del Programa Nacional de Protección a Testigos (Ley 25.764).
El martes 14 de julio, en tanto, declaró una mujer que solicitó que sea preservada su identidad –quien sería la que aseguró haber llevado a Facundo en su camioneta– y, en función de su declaración, la Justicia solicitó que se amplíen las tareas investigativas en la zona de la localidad de General Cerri, situada 10 kilómetros al oeste de Bahía Blanca, para verificar sus dichos u obtener cualquier otro dato que pueda resultar de interés para el avance de la causa.
Según adelantó el diario La Brújula, y confirmaron fuentes cercanas a la investigación a este medio, la testigo declaró que recogió a Facundo en un punto de la Ruta 3 y lo trasladó en su camioneta Honda CRV hacia la ciudad de Bahía Blanca el mismo 30 de abril, y que lo dejó a unos pocos kilómetros antes del control de Gendarmería en el punto de acceso a Bahía Blanca porque no quiso arriesgarse a ser multada por las fuerzas de seguridad nacionales en el punto de control a causa de la cuarentena estricta que regía en todo el país.
Durante la semana, además, se tomaron otras declaraciones de distintos testigos por vía remota, a través de la plataforma Zoom, con la participación de integrantes de la fiscalía y representantes de la querella. A raíz de nuevos testimonios aportados a la causa, la fiscalía solicitó a la Delegación Viedma de la Policía Federal Argentina y a Prefectura de Zona Mar Argentino Norte la realización de tareas de campo en la ciudad de Puerto Madryn, para averiguar si el joven se encuentra allí o fue visto en ese lugar.
La Municipalidad de Villarino, además, remitió ahora un listado de la totalidad de vehículos que ingresaron el 30 de abril a ese distrito desde Bahía Blanca, como también los que egresaron del municipio en dirección a esa ciudad y los que ingresaron a Villarino tomados desde la lectora ubicada en Algarrobo. La semana pasada, en tanto, se desplegó un gran operativo por un extenso tramo de la Ruta Nacional 3 donde se rastrilló intensamente para dar con el paradero del joven con perros rastreadores que no arrojaron mayores resultados.
Prefectura Naval Argentina remitió también un informe sobre las tareas realizadas en varios centros de salud de la zona así como en distintos barrios de Bahía Blanca, las cuales arrojaron resultado negativo.
De acuerdo al relato de la propia madre del joven desaparecido, Cristina Castro, Facundo se había decidido a marcharse a dedo hacia Bahía Blanca para reconciliarse con su ex novia Daiana, con quien había estado en pareja durante dos años y medio. Lo que ocurrió entre la mañana y la tarde de ese 30 de abril aún resulta un misterio entre los testimonios de policías bonaerenses de la ciudad de Mayor Buratovich y los de efectivos de la misma fuerza que dijeron haberlo visto en la localidad vecina de Teniente Origone y de la que el joven se marchó por su cuenta.
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