El ex concejal Eduardo Trasante fue brutalmente asesinado frente a su familia por dos delincuentes que irrumpieron en su casa del barrio Bella Vista, en el sur de la ciudad de Rosario. Por lo que se sabe hasta el momento -según informaron desde la Fiscalía Regional- la víctima fue ejecutada de un disparo en la cabeza y otro en la mano. La investigación recién comienza y si bien no se descarta ninguna hipótesis, “aún no hay indicios que marquen que se trató de un robo”, aseguró Sebastián Carranza, vocero del organismo judicial.
Su propia muerte no fue la única tragedia que vivió Trasante. En la madrugada de primer día de 2012 su hijo Jeremías, de 16 años, fue asesinado en la ciudad santafesina por una banda ligada al narcotráfico en el llamado triple crimen de Villa Moreno. Eduardo en ese momento activó la búsqueda de justicia por su hijo y se movilizó por donde pudo para que la muerte del joven no quedara impune. Sin embargo, la pérdida del menor fue insoportable para su esposa, quien al poco tiempo murió por problemas de salud. “La violencia también se llevó la vida de mi esposa”, diría después.
Dos años después, el 3 de febrero de 2014, fue asesinado su otro hijo, Jairo Natanel, quien recibió un balazo en el abdomen, en la esquina de Zeballos y Dorrego. Iba en una moto conducida por Walter Riesco. Los dos salían del boliche Chiringo junto con amigos. De acuerdo con las crónicas policiales de aquel entonces, dentro de la discoteca habían tenido un altercado con otro grupo de chicos, que incluso llegó a las piñas en la puerta del local. Cuando todo parecía que había terminado, el hijo de Trasante se subió a su moto para volver a su casa y a las tres cuadras le dispararon desde una camioneta.
Pero el hombre no bajó los brazos y continuó en su reclamo de justicia. Todo en el marco de su actividad como pastor de una iglesia evangélica. “Aprendí a poner en práctica amar y perdonar al enemigo. Pude perdonarlos”, aseguraría después.
Y efectivamente fue así. Según contó a medios locales el cura Daniel Siñeriz, su amigo personal, Trasante iba a la cárcel como pastor a rezar con el asesino de uno de sus hijos. Se lo veía con frecuencia en el penal, dijo. “Lo único que me refería y que lo charlé con él es que atendía pastoralmente a uno de los asesinos de su hijo en la cárcel. Él rezaba y ayudaba con su mensaje a esta persona que mató a su hijo. Si hay algo de amor al enemigo como se dice está patentizado en ese acto”, relató el sacerdote.
“Es un impacto muy fuerte. Uno no puede calcular lo que significa todo esto que pasó con la vida de un hombre. Yo le mandaba mensajes todo el tiempo, más allá de no tener contacto por toda esta situación que estamos viviendo”, agregó Siñeriz, quien no le encontró alguna explicación al crimen, salvo por el detalle de que mantenía contacto en la cárcel con el asesino de su hijo. Pero no se aventuró a expresar alguna hipótesis.
Después del crimen del segundo de sus hijos, Trasante incursionó en el ámbito de la política y con su militancia “a favor de la paz, el diálogo, la no violencia” fue elegido como concejal bajo el ala del partido Ciudad Futura. Según recuerda el diario La Capital, en un debate con los postulantes de las otras fuerzas, el pastor mostró la foto del arma que se usó para matar a su hijo. “Esa arma representa no sólo mi dolor sino el de mucha gente de Rosario”, resaltó.
Su paso por la arena política fue corto, poco fructífero y tampoco alejado de los escándalos. Estuvo solamente un año en el Concejo. Durante ese período, legisladores de todos los partidos firmaron una declaración a favor del aborto legal, seguro y gratuito, documento al que Trasante no adhirió. Finalmente, dejó su cargo voluntariamente cuando fue denunciado por acoso y renunció al partido. El caso nunca se esclareció.
“El mantuvo una actitud de mucho respeto hacia las personas de Ciudad Futura, con prudencia y no hizo un descargo. Tampoco le resultó fácil el trámite cuando le pidieron que renunciara, fue respetuoso y no explicó demasiado lo que le estaba pasando. Me quedó un interrogante. Por conocerlo de cerca me juego por la integridad de Eduardo, que no detuvo su tarea pastoral”, dijo el cura Siñeriz.
La investigación sobre el crimen
De acuerdo con la reconstrucción que pudo hacer el fiscal de Homicidios Dolosos, Patricio Saldutti, dos hombres llegaron al domicilio del ex concejal en la calle San Nicolás al 3600, tocaron timbre, preguntaron por la víctima, se dirigieron hasta donde estaba él y lo ejecutaron. “El cuerpo tenía un tiro en el cráneo y otro en la mano, con orificio de entrada y salida. Se encontró una vaina servida y estamos buscando otra”, agregó el vocero Carranza en conferencia de prensa.
Ante la consulta sobre sobre si conocía a los agresores, el funcionario contestó que aún no “no tienen esa información” y que “se está llevando adelante el relevamiento”.
Trasante se encontraba “adentro de la casa con su pareja, una hija en común, dos hijas de la mujer, y una amiga de las niñas”. “Todas son menores de edad, pero no estaban en lugar del hecho, sino en un lugar apartado, donde aún permanecen”, afirmó. Según indicaron a Infobae, en la jornada de hoy le tomarán declaración a los testigos y se analizarán las cámara de seguridad para identificar a los asesinos.
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