En su primer informe anual sobre estadísticas de violencia, el Ministerio de Seguridad de Santa Fe a cargo de Marcelo Saín contó 189 homicidios en los seis primeros meses del año para todo su territorio. La cifra, según el informe al que Infobae accedió de manera completa, supera al año anterior en el mismo período por 22 casos, pero es inferior a los años 2014 a 2016, con marcas que superaban las 220 muertes, los años del auge de Los Monos. Entre julio de 2019 y junio de 2020, el número anual marcó un total de 363 casos.
El informe también señala que en dos terceras partes de los homicidios que tuvieron lugar en la provincia se emplearon armas de fuego. Dos de cada diez casos fueron cometidos a puñaladas. De esas 189 víctimas, 28 fueron mujeres: en 13 de estos casos, casi la mitad, se detectaron elementos de violencia de género. Las estadísticas para 2020, por su parte, no marcan casos de personas trans.
La muerte en Santa Fe también es joven: casi un 60% de los casos tienen como víctimas a individuos de entre 15 y 29 años. La muerte también es pública, con dos de cada tres casos que ocurren en la calle. Las fuerzas de seguridad mantienen sus estadísticas, con cuatro muertos a su cargo en el primer semestre de 2020, el mismo número que 2019.
Rosario acapara la tendencia, la mitad de los casos de toda la provincia ocurren en la ciudad y su periferia, con otro 25 por ciento en la capital. La cantidad de hechos recientes de alto perfil y un elevado nivel de ensañamiento, con el crimen organizado como marca, puede dar la impresión de un aumento. Según el Ministerio, la cifra colectiva de Rosario y Santa Fe capital bajó un 2 por ciento con respecto a 2019.
La hipótesis del crimen organizado, por otra parte, no es la preponderante, pero por un mínimo margen. De acuerdo a expedientes relevados, los conflictos interpersonales superan a los hechos vinculados al crimen organizado, 39,7 contra 39,2 por ciento, un 5 por ciento de los asesinatos ocurren en ocasión de robo.
En la mitad de los casos del total provincial, 52,9 por ciento, se cree que hubo una planificación previa, un ataque calculado.
Con respecto al flujo de crímenes propio de Rosario, hay un aumento entre 2019 y 2020, de 87 a 95 casos, pero el número es menor a 2018, con 109 casos en el primer semestre. Hoy, los casos superan los 100 en lo que va del año en la principal ciudad de la provincia gobernada por Omar Perotti.
Los tiros son la norma en cuanto a las causas de muerte. “En el departamento Rosario, por su parte, la presencia relativa de armas de fuego en los homicidios sucedidos en el primer semestre de 2020 es mayor a la observada tanto para la provincia como para el departamento La Capital. Tres de cada cuatro víctimas fueron agredidas con estos medios en este territorio”, asegura el informe.
“En el departamento Rosario, por su parte, la proporción de muertes violentas llevadas adelante por mandato o pacto previo durante el primer semestre de 2020 es considerablemente mayor que a nivel provincial o en La Capital. En la provincia el porcentaje es apenas superior al 10%, y en La Capital mucho más contenido”, sigue el reporte. La planificación para matar es mucho mayor que en el resto de la provincia.
En los primeros dos meses de 2020 se registraron al menos 40 muertes violentas en Rosario; la gran mayoría vinculada con la disputa por el territorio, extorsiones y ajustes de cuenta entre clanes de narcomenudeo. “Esto que pasa ahora es como tener una catástrofe similar a la de aquella vez pero una vez por semana” comentó a Infobae la doctora Alicia Cadierno, directora del Instituto Médico Legal, encargada de los procesos de autopsias.
Las cifras para la provincia de Buenos Aires, que experimentó un pico visible de violencia en el conurbano en la segunda mitad del período de cuarentena, todavía se desconocen, sin un informe oficial publicado por la Procuración o por el Ministerio de Seguridad provincial.
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