La familia de Lucas Nahuel Verón pasó de la alegría por festejar sus 18 años a la angustia y desazón de un asesinato que por estas horas tiene a dos policías detenidos y a un barrio conmocionado. Todo ocurrió ayer por la madrugada, en la localidad bonaerense de González Catán, en donde cerca de las 2 Verón interrumpió la celebración para comprar cigarrillos y gaseosas junto a un amigo, pero jamás regresó a su casa: en el medio del trayecto, un balazo terminó con su vida.
Fuentes con acceso al expediente le confirmaron a Infobae que los policías acusados son Ramón Ezequiel Benítez y Cintia Daiana Duarte. El primero tiene 33 años, es empleado del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires desde 2015, antes había trabajado para el Ejército Argentino, según sus registros previsionales. Duarte tiene 26 años y desde el mismo año que Benítez es empleada del Ministerio de Seguridad bonaerense.
Luego del crimen, Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la Provincia desafectó a los dos agentes involucrados en este crimen y les retiró el permiso de uso de uniforme, placa y armas (que ya estaban a disposición de la Justicia). Hoy, tras estar ante el fiscal, los policías -que son pareja en su vida privada y tienen tres chicos- se negaron a declarar, confirmaron a Infobae.
Por estas horas, ambos permanecen detenidos en una causa que investiga el fiscal Juan Pablo Tahtagian, calificada como homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por la condición de policías de los imputados.
El hecho se registró cerca de la 1.50 de la madrugada en el barrio Villa Scasso. Los primeros indicios apuntaron a ambos policías y a un proyectil de sus armas de fuego como el causal de la muerte de Verón. Esta mañana, tras estar frente al fiscal, ambos se negaron a declarar.
Benítez y Duarte son padres de tres hijos y comparten en sus perfiles de Facebook detalles y momentos de una relación que tiene registros desde 2015. Ambos pertenecen al Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de González Catán y cumplían con la tarea del patrullaje y el control por los barrios.
En noviembre de 2015, Duarte compartió un collage de imágenes junto a Benítez en el que incluyó el siguiente texto: “Nosotros... Para desgracia de ustedes lamento comunicarles que nos amamos y que estamos felices de estar juntos. No tienen los huevos ni los ovarios de decir las cosas en la cara. Solo hablan por atrás. Muéranse de envidia porque no van a poder separarnos. Te amo, Ezequiel”.
Los investigadores detallaron que Verón volvía con su amigo de 17 años, apodado “Moneda”, en una moto y por razones que todavía no fueron dilucidadas comenzaron a ser perseguidos por un móvil del CPC, ocupado por la pareja de policías.
Según las fuentes, el patrullero impactó por detrás al vehículo en el que iban Verón y “Moneda”, quienes automáticamente cayeron al piso. “Según el relato del sobreviviente los empezaron a seguir a la nada. Se quisieron dar a la fuga porque se asustaron. Allí los chocaron, perdieron el control de la moto y cayeron”, indicaron fuentes cercanas a la investigación.
Allí especificaron que quien conducía el móvil policial descendió y efectuó dos disparos. “Verón iba atrás y fue herido por uno de sos balazos. Ambos cayeron a unos 20 metros con la moto. El amigo, que iba manejando, corrió hasta la casa de Verón para avisarle a la familia de lo que había pasado”, agregaron.
Verón fue trasladado por sus familiares hasta el Hospital Simplemente Evita, lugar en el que fue atendido por los médicos y falleció horas más tarde.
“Los asesinos de mi hermano fueron los policías Ezequiel Benítez y Cintia Duarte. Es más, por eso ya los echaron de la policía. Fueron ellos y sólo esperamos que se haga justicia”, dijo a este medio Cintia Verón, la hermana mayor del chico asesinado. Desde la investigación fueron tajantes con una afirmación: “El más complicado es Benítez”.
Infobae relató que el joven sentía una profunda devoción por los caballos y la carpintería. También que era fanático de la jineteada y que de hecho dejó este año el último año del colegio para hacer un curso que lo convertiría en experto en todo lo relacionado a la madera.
“Tenía cuatro caballos, vendió uno y construyó su propio carro. Pero quería armar su propio coche. Era un gusto que adquirió por el papá y por el abuelo, que también eran fanáticos de los caballos. Él no quería estudiar más. Quería dedicarse a sus caballos, a la carpintería y ayudar en la casa”, reveló la hermana.
La detención de Benítez y Duarte se produjo luego de que el fiscal Tahtagian dispusiera el relevamiento de las cámaras de seguridad de los comercios de la zona. A través de ellas pudo identificar al móvil involucrado.
Hay un dato al que tuvo acceso Infobae y que podría explicar el origen de todo. Según las altas fuentes de la investigación consultadas por este medio, “Moneda” admitió que Nahuel, desde la moto, “le manoteó” el celular a una chica que estaba en la vía pública y que a partir de ahí intervino el móvil policial.
“Eso es mentira. Al amigo de mi hermano lo obligaron a decir eso para justificar todo. Igual si fuera cierto, un celular nunca es excusa para matar a una persona. Acá hubo un exceso y lo asesinaron”, dijo Cintia al ser preguntada por esta versión que ya está incorporada en el expediente, tal como constató Infobae.
El fiscal aguarda por los resultados de la autopsia correspondiente al cuerpo de Verón para determinar fehacientemente en dónde fue el impacto.
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