Este sábado se cumplen 72 días desde la desaparición de Facundo Astudillo Castro. Lo último que se sabe del joven de 22 años es que el 30 de abril fue demorado en un retén policial mientras iba a dedo desde la localidad de Pedro Luro hacia Bahía Blanca. Desde entonces su familia no sabe nada de él y la justicia federal investiga el presunto delito de desaparición forzada, poniendo el foco en el accionar de la Policía Bonaerense.
La causa se tramita en el Juzgado Federal N° 2, a cargo de María Gabriela Marrón, luego de que el fiscal de Bahía Blanca Rodolfo De Lucía presentara su incompetencia. Por el momento, la investigación se maneja en un estricto hermetismo. Se esperan los resultados de las pericias al patrullero secuestrado, una Toyota Hilux número 23360 en la que efectivos de la Policía Federal buscarán rastros que ubiquen a Facundo en el vehículo.
Según comunicó el Ministerio Público Fiscal, se ordenó la realización de una inspección ocular en el vehículo y el levantamiento de rastros de manchas hemáticas y material biológico para un cotejo de ADN.
De igual modo, también se aguardan las pericias a los celulares de los policías del destacamento de Mayor Buratovich, del partido bonaerense de Villarino, señalados por testigos de ser las últimas personas que vieron a Castro. Y, por solicitud del fiscal subrogante de la Fiscalía Federal Nº 1, Santiago Ulpiano Martínez, la jueza Marrón libró oficios a las compañías Facebook e Instagram requiriendo información vinculada al caso.
Mientras tanto, ayer arribó a Bahía Blanca una comisión designada por la División Búsqueda de Prófugos y Personas Desaparecidas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, para analizar la situación y llevar a cabo medidas investigativas, con el auxilio de otras fuerzas de seguridad federales.
Por otra parte, Rafael Martin Pacheco, secretario de Protección Ciudadana del partido de Villarino, envió una nota por correo electrónico y puso a disposición el teléfono de utilización diaria de los efectivos que se encuentran afectados al Destacamento ubicado en Teniente Origone.
Además, se está analizando la localización vehicular automatizada, relacionada con la geolocalización de los móviles policiales del día que fue visto por última vez el joven, información que se le solicitó al Ministerio de Seguridad bonaerense.
Según denuncia la familia de Castro, la investigación está plagada de irregularidades, inconsistencias y declaraciones contradictorias de los policías que declararon haber visto a Facundo en la localidad de Mayor Buratovich y después en Teniente Origone.
Lo que se sabe es que Castro salió el 30 de junio desde su domicilio hasta Bahía Blanca para encontrarse con su novia, con la que se había peleado anteriormente. Pero nunca llegó a destino. La familia del joven relató que Facundo llegó a dedo a la ciudad de Hilario Ascasubi, donde se subió al auto de una vecina de esa localidad, quien lo llevó hasta Mayor Buratovich.
Una vez allí, la Bonaerense le labró un acta por el incumplimiento de la cuarentena obligatoria, según datos aportados por la propia fuerza. Los abogados querellantes de la familia, Leandro Aparicio y Luciano Peretto, ya obtuvieron una copia del acta del procedimiento, en la que se especificó la hora en la que se realizó el trámite. Desde entonces, la historia se encuentra llena de incongruencias y contradicciones.
Al menos tres testigos se comunicaron con la familia Castro el 27 de junio y aseguraron haber visto cómo los policías detenían e introducían a Facundo en un patrullero, cerca de las 15 del 30 de abril, en un punto posterior al ingreso a Mayor Buratovich.
La familia de Castro aseguró que el mismo día del rastrillaje, el 19 de junio, un agente de la comisaría de Pedro Luro les comunicó que una oficial de policía de apellido Flores había trasladado al joven en su auto particular a Teniente Origone, todo en pleno día y en medio del aislamiento obligatorio que rige a raíz de la pandemia de coronavirus.
Según el relato de la familia, una vez que acudieron a Teniente Origone en compañía de sus abogados, allí se encontraron con dos nuevos efectivos, de apellidos Sosa y Berrigo. El primero de ellos les dijo que él lo paró a Facundo en Origone debido al llamado de un vecino. Comentó que Facundo no contaba con su DNI y que presentó su registro de conducir.
La investigación del paradero del joven se centró sobre el accionar de la Policía Bonaerense. Agentes de la Policía Federal y la PSA allanaron la Subestación de la Policía Comunal de Mayor Buratovich. Además del patrullero y los celulares de los agentes sospechados, secuestraron los libros de guardia, los registros de novedades de la comisaría y un equipo de radio con sistema trunking.
Tras ello, los abogados querellantes presentaron un pedido de secuestro de nuevos vehículos desconocidos en base a testimonios presentes en la causa.
Este sábado, un nutrido grupo de vecinos de Pedro Luro marcharon para pedir por la aparición de Castro.
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