La semana pasada, una mujer ingresó a un hospital porteño con varias heridas en el cuello y en la cara. Recibió las curaciones correspondientes en la guardia y luego fue dada de alta. En el medio, contó su historia: aseguró que quien la hirió fue su ex pareja, un hombre de 35 años, que la había agredido en ocasiones anteriores.
El hombre fue identificado con nombre y apellido. Así, se formó una causa a cargo del Juzgado en lo Criminal y Correccional N°8, que ordenó ir a buscarlo, con un allanamiento en su casa, un pequeño dúplex derruido con entrepiso de madera ubicado al fondo de un pasillo en la calle Alsina al 2500, barrio de Balvanera. Los efectivos de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Comisaría Comunal 5 de la Policía de la Ciudad junto a grupos especiales DOEM y DOU lo encontraron huyendo, no pudo correr más de 15 metros. Vivía con su madre, que intentó ayudarlo con una maniobra de distracción.
Así, lo esposaron y lo detuvieron. Se le sumó una grave acusación: tentativa de homicidio.
La historia era larga para Luciano Wenceslao Castro. Su nombre es conocido en tribunales y comisarías: un repaso de su prontuario revela años de acusaciones de robo y agresiones.
Su defensa pidió por él en diciembre de 2018, cuando estaba detenido, con un recurso presentado ante la sala de turno de la Cámara de Casación porteña con los jueces Alberto Huarte Petite y Jorge Rimondi. Su defensa requirió su excarcelación, que fue denegada en un breve escrito de dos páginas.
Lo acusaban de robo agravado por haber sido cometido con armas en concurso real con portación ilegitima de arma de fuego de uso civil. Los jueces, para su negativa, valoraron que Castro se había negado a ser identificado por personal policial. También, que registraba varias condenas, entre ellas registra varias condenas, entre ellas, una de quince años dictada el 11 de septiembre de 2009, por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional n° 19. En su nueva causa, lo habían detenido en abril de 2018: en ese momento Castro estaba bajo el régimen de libertad asistida. Ya había tenido causas previas en 2014, con apelaciones en la Justicia federal.
Con el tiempo, Castro volvió a la calle. En noviembre de 2019 fue acusado del delito de lesiones leves. Menos de un mes más tarde, cayó por otro robo.
El 3 de junio, un mes antes de su nuevo arresto, el hombre sumó una nueva causa por un delito contemporáneo: violar la cuarentena impuesta por el presidente Alberto Fernández de cara a la pandemia del coronavirus.
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