Macabro crimen en Laferrere: un chofer fue quemado vivo en su colectivo por un amigo que lo acusó de ser amante de su novia

Daniel Contreras falleció el viernes pasado en una clínica de Palermo con el 50% de su cuerpo quemado. El acusado de rociarlo con alcohol y lanzarle un fósforo es Adrían Fajardo, alias "El Tano"

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El móvil de Daniel Contreras
El móvil de Daniel Contreras en llamas.

El colectivero Daniel Contreras agonizó durante una semana en una cama de la clínica Fitz Roy, en el barrio porteño de Palermo. La mitad de su cuerpo ardió. Las quemaduras que había sufrido no lo dejaron continuar, su cuerpo se apagaba día a día con las llagas, quemaduras calculadas por los médicos literalmente en un 50%. El jueves pasado, Contreras no resistió más y murió.

Su muerte tiene un imputado: Adrián Fajardo, alias “El Tano”, de 49 años, un ex compañero de la empresa para la que trabajaban, la línea 325 que une el barrio porteño de Liniers con Laferrere. “El Tano”, según la acusación en su contra, lo roció con alcohol etílico en el interior de un colectivo y al grito de “traidor” le arrojó un fósforo y lo vio arder.

Después, “El Tano” intentó quitarse la vida, degollarse con cuchillo mientras partes de su cuerpo también se quemaban. Falló en su intento. Hoy, continúa internado e imputado por el crimen de Contreras, en un expediente investigado inicialmente por el fiscal Fernando Garate, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 descentralizada de Gregorio de Laferrere

La historia que envuelve el crimen del colectivero está atravesada por una trama de violencia de género y una presunta traición amorosa entre compañeros de trabajo que Contreras pagó con su vida. El macabro desenlace comenzó a tejerse seis meses atrás.

Según relataron las fuentes judiciales, “El Tano” aún se encontraba en pareja con Solange B., una enfermera de 29 años oriunda de Laferrere, en la zona oeste del conurbano bonaerense. Un día de noviembre pasado, Fajardo oyó en boca de su pareja algo que él un poco ya sospechaba. Sus celos enfermizos se lo anticiparon o quizá de tanto que lo pensó se hizo realidad. Solange se quería separar. Según detallaron las fuentes judiciales, aparentemente, Solange esperaría un hijo de Contreras con quien ya había tenido otro hacía 9 años. Eso, según dijeron, siempre fue un motivo de celos para Fajardo. La noticia lo hundió. No lo podía creer. Su pareja, la madre de su hijo de 4 años, lo había engañado con Contreras, su compañero del trabajo. O al menos, eso es lo que se imaginaba.

En su cabeza, comenzó a dar vueltas la idea. ¿En qué momento pasó? ¿Había sucedido frente a su cara? Y a partir de ahí, todo cambió.

Primero, “El Tano” renunció a su trabajo. Luego comenzó a amenazar a Solange. “Vos vas a ser sólo mía”, solía repetirle de modo enfermizo.

Después, el nivel de violencia aumentó. Fajardo comenzó a ir a la casa, de donde se había ido, y a la fuerza entraba y la golpeaba a Solange frente a sus hijos. La situación era insostenible. Solange lo denunció y la Justicia le otorgó una orden perimetral, “El Tano” no se podía acercar a la casa, no podía ver a su hijo, por violento. “A ese hijo de puta lo voy a matar”, le gritaba.

La mujer, por su parte, aseguró que no estaba en pareja con nadie al declarar ante la Justicia.

El móvil tras las llamas.
El móvil tras las llamas.

“El Tano” masticaba odio. Según figura en el expediente al que tuvo acceso Infobae, Fajardo comenzó a publicar frases amenazantes en sus estados de WhatsApp. “Alguien se metió en la vida y arruinó a mi familia”, “La mentira tiene patas cortas y se paga, te deja volar y después pum”, “Tiene que pagar por todo lo que hizo”, fueron sus amenazas.

Así, cumplió con su promesa.

El 19 de junio pasado a la madrugada, Contreras se encontraba sentado en el colectivo interno 118 de la línea. Había finalizado su recorrido en la terminal ubicada en el Barrio San Juan, en la localidad de Laferrere, cuando Fajardo subió a la unidad y luego de una fuerte discusión lo roció con alcohol y lo prendió fuego.

Las llamas también alcanzaron al colectivo, que resultó totalmente incinerado. Contreras arrastrándonse con el 50% del cuerpo quemado, logró escapar del interior del vehículo. Fajardo, en cambio, intentó degollarse con un cuchillo, pero fracasó.

Una vez que el fuego tomó todo el colectivo, los empleados y vecinos dieron aviso a los bomberos que fueron a rescatarlos. Así, Contreras fue trasladado de inmediato a un centro de salud y Fajardo también herido fue derivado al Hospital Paroissien, donde permanece internado en grave estado en la sala de terapia intensiva, intubado y conectado a un respirador artificial, informaron fuentes judiciales.

El hecho comenzó a ser investigado por el fiscal Fernando Garate, quien calificó legalmente la causa como “tentativa de homicidio doblemente agravado por ensañamiento y por haber causado un peligro común”.

Sin embargo, ante el fallecimiento de Contreras, la causa se recalificará porque un femicidio vincular –matar a un tercero para afectar a su víctima de violencia de género– puede ingresar como agravante. El expediente será derivado a la fiscalía de Homicidios del Departamento Judicial de La Matanza.

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