Nahuel Nicolás Zárate tenía, al igual que su hermana melliza Tamara y su hermano mayor Brian (24), un gran interés por la actividad física. Sus dos hermanos se desempeñan como entrenadores profesionales y se dedican al fisicoculturismo y Nahuel, al igual que ellos, trabajaba como profesor en el gimnasio “Energy Life” de Virrey del Pino, en el partido bonaerense de La Matanza, de donde era oriundo.
Este jueves, apenas pasadas las 7 de la mañana, familiares amigos y vecinos de Nahuel se reunieron en la puerta de ese mismo gimnasio ubicado a metros de Ruta 3 y California, para pedir justicia por su muerte: el miércoles al mediodía Nahuel fue abordado por tres delincuentes que, a pesar de que él no se resistió a que robaran su auto, le dispararon dos veces en el pecho y lo asesinaron delante de su novia.
Fánatico de Boca Juniors, Nahuel vivía en la zona, a aproximadamente 10 minutos del gimnasio donde trabajaba, en la localidad de González Catán, junto a sus padres Estela y Alcides, quienes llevan adelante un comercio familiar ubicado frente a su casa: la granja y carnicería “El Potro”.
“Les agradezco mucho y esperemos que cuando se levante todo (la cuarentena) podamos reabrir estas puertas y volver a estar todos juntos. Mi hermano va a estar con nosotros siempre, hay que mantenerlo vivo acá. Él está dando vueltas, de alguna forma se va a comunicar con nosotros, nos va a cuidar, porque se convirtió en un ángel”, expresó esta mañana su hermano Brian entre aplausos de los presentes, según reflejó la agencia Télam.
A partir de la cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus, el gimnasio “Energy Life” había cerrado y Nahuel había pensado alternativas para poder subsistir. En el último tiempo había empezado a preparar comidas caseras junto a su novia, que vendían y repartían ellos mismos para ganar algo de dinero.
“Salía a vender chipá y sándwiches de milanesa. Él quería progresar, le iba bien con lo que hacía, le estaba yendo bien, no lo iba a dejar”, expresó con congoja Alcides, su papá, en declaraciones a la prensa.
Este miércoles, justamente, Nahuel y su novia salían juntos para hacer una entrega de la casa de ella en Virrey del Pino, en las calles Cañuelas y El Naranjo, cuando fueron sorprendidos por dos delincuentes armados.
Nahuel no pensó en resistirse y les entregó directamente las llaves de la Chevrolet Cruze color gris claro que estaba estacionada en la vereda. En ese momento, sin embargo, apareció un tercer asaltante que, sin mediar palabra, le disparó dos veces en el pecho y el abdomen. Su padre cree que le dispararon porque “vieron pasar a un patrullero que dio la vuelta”.
Los tres delincuentes huyeron a toda velocidad en el auto robado y Nahuel fue trasladado primero a una UPA (Unidad de Pronta Atención) cerca, donde supuestamente no quisieron recibirlo y luego al hospital Simplemente Evita de La Matanza, donde finalmente murió.
La novia de Zárate describió a la policía las características físicas y la ropa de los asaltantes y, algunas horas más tarde, ese dato fue clave para detenerlos. Luis Miguel del Castillo (33), Nahuel Hernán Montenegro (29) y Emiliano Hugo Romano (24), quienes coincidían exactamente con la descripción de la novia de la víctima, fueron capturados por efectivos de la DDI de La Matanza cerca de la manzana 14 del Barrio Areco, donde también apareció el auto abandonado.
En la escena del crimen, además, los efectivos hallaron una pistola GMC calibre .22 largo con una vaina servida.
“Son ellos, me dijeron que son ellos sin dudarlo y que me quede tranquilo”, manifestó Alcides hoy, al tiempo aunque aseguró que aún faltaría localizar a un cuarto sospechoso.
Los tres detenidos fueron sometidos en las últimas horas además a una prueba de dermotest con el fin de poder determinar cuál de ellos efectuó los disparos, por orden del fiscal Claudio Fornaro, titular de la UFI Homicidios de La Matanza, que está a cargo del caso.
Esas muestras tomadas por la Policía Científica serán procesadas en un laboratorio con un microscopio electrónico de barrido para determinar si en las manos de alguno de ellos había plomo, bario y antimonio, los tres elementos que se dispersan con la deflagración de un disparo y quedan adheridos a la piel o la ropa.
En cuanto al arma secuestrada, el fiscal Fornaro pudo establecer que era robada y tenía un pedido de secuestro activo desde 2004 en una causa tramitada por la UFI N°1 de La Matanza.
Además, también se conoció que uno de los acusados, Montenegro, registra una causa previa en sus antecedentes por “encubrimiento agravado” que investiga la UFI descentralizada de Laferrere y que Del Castillo, a su vez, tuvo un pedido de paradero de 2012 de un Juzgado de Paz de San Antonio de Areco.
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