Otro robo en un country: intentaron asaltar a un empresario pero se escondió en un cuarto blindado y terminaron atacando a un repartidor de ropa

La víctima es Humberto Omar Cattorini, reconocido en el rubro del vidrio. El hecho ocurrió el sábado por la noche en el barrio cerrado Greenville, en la ciudad de Hudson, partido de Berazategui, al sur del conurbano bonaerense, uno de los focos de la nueva violencia criminal en la provincia

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frente del country
frente del country

El sábado por la noche, una banda de al menos cinco delincuentes vestidos como policías ingresó a punta de pistola en un country ubicado en Hudson, partido de Berazategui, donde intentaron robarle al empresario Humberto Omar Cattorini, que logró esconderse en un cuarto blindado dentro de su casa. Una vez frustrado el robo, en la huida le sustrajeron $40.000 pesos a un vendedor que había ido a entregar un pedido en el mismo predio.

Según precisaron fuentes judiciales a este medio, el hecho ocurrió a las 20.10 en el barrio privado Greenville, en el sur del conurbano.

Los asaltantes ingresaron al predio a bordo de un Peugeot 207 por un puesto de vigilancia que está en construcción, llamado “puerta 3”. Debido a que aún no se encuentra habilitado dicho ingreso, no cuenta con cámaras de seguridad, situación que facilitó que nadie alertara su ingreso.

Una vez allí, la banda redujo a dos vigiladores privados y maniataron a uno de ellos que fue obligado a indicarles donde estaba la casa del empresario Cattorini, de 71 años.

Cattorini es un histórico del rubro del vidrio con la firma que lleva su apellido, Cattorini Hermanos, en conjunto con sus hermanos Enrique y Mirtha. Humberto, además, integra desde hace años el directorio de la firma Rigolleau, fue designado vicepresidente en 2018. Fue homenajeado por los bomberos voluntarios de Bernal en 2013: la estación de la zona lleva una placa con su nombre.

Según dijeron las fuentes judiciales, los ladrones dejaron el vehículo en la puerta y se subieron al auto de vigilancia de la empresa de seguridad que estaba estacionado allí. No querían levantar sospechas dentro del barrio cerrado, dijeron. Además, se llevaron junto a ellos a uno de los guardias de seguridad para no perder tiempo en la localización del domicilio del empresario.

En tanto, las fuentes del caso señalaron a Infobae que al arribar al lugar, tocaron timbre y cuando atendió el hombre, de unos 70 años, le dijeron que venían a reparar una alarma.

Inmediatamente, Cattorini extrañado respondió que no tenía ningún sistema de seguridad instalado en su domicilio.

Enseguida, el empresario, según relataron, observó un movimiento extraño junto a su casa que le resultó aún más sospechoso. Así, cerró rápidamente la puerta y se dirigió junto a su esposa a un cuarto blindado ubicado en el primer piso de la vivienda.

Incrédulos por la veloz reacción del empresario, los delincuentes se retiraron del lugar y abandonaron el predio por el mismo lugar por el que habían ingresado.

Sin embargo, antes de huir, se cruzaron en ese puesto con un hombre a bordo de un Volkswagen Gol que había ido a entregar un pedido de ropa vendida por Internet. Mientras salía al mismo tiempo que los ladrones, dos de ellos descendieron del vehículo y a punta de pistola le dijeron que le entregue todo lo que tenga. Así, los hombres comenzaron a revisar todo el auto y le robaron unos $40.000 pesos, dijeron los informantes.

Según explicaron las fuentes judiciales, este vendedor se desorientó al buscar la salida y un vigilador le indicó que la salida más cercana era “la puerta 3”, por donde huían los ladrones, que aún mantenían reducidos a los vigiladores.

El hecho es investigado por la fiscal Silvia Borrone, de la UFI N°4 de Berazategui, quien dispuso el análisis de las cámaras del perímetro del barrio privado y las del municipio de Berazategui para dar con los sospechosos.

Borrone es la misma fiscal que investiga el robo comando de más de 30 millones a otro empresario en el country Los Ombúes, también en Hudson, cometido en abril último y por el que hay cuatro detenidos.

El country Los Ombúes, la
El country Los Ombúes, la escena del millonario robo del mes pasado.

El 28 de abril alrededor de las 21.20, un grupo de cinco asaltantes con los uniformes de la firma de la empresa de seguridad Protección Total entraron a la casa de Norberto Velay en el country Los Ombúes de Hudson, en la zona sur del conurbano bonaerense. Allí, lo tomaron de rehén a él y a su familia mientras la banda le robó, calcula la Justicia, entre 30 y 40 millones de pesos. “30”, estimó Velay al comienzo. Protección Total era la empresa que custodiaba la zona. Los ladrones hasta habían llegado en un móvil de la firma. Luego se fueron, entre gritos de vecinos. El portón trasero del country había sido abierto. El vehículo de la huída fue descartado diez cuadras más tarde.

En un momento, los ladrones llevaron a otro hombre atado y con vendas en sus ojos al sótano donde tenían recluida a la familia, parecía otro rehén, una jugada extraña. Ese hombre era Emanuel Seco, de 27 años, un técnico informático que trabajaba para la empresa de seguridad del country desde el 2015. Era el encargado del sistema técnico de las cámaras de seguridad del barrio, que al momento del robo habían sido apagadas. El servidor de las cámaras fue encontrado por la fiscal Borrone: estaba dentro de la camioneta en la que los ladrones escaparon.

Así, Seco fue detenido en su casa de Ingeniero Allan, en Florencia Varela, señalado como el presunto líder de la banda que se llevó los millones de la casa de Velay, dedicado según él mismo a la distribución de cigarrillos.

Según indicaron fuentes judiciales a Infobae, además de Seco, la Policía Bonaerense arrestó a tres de sus cómplices, todos oriundos de Varela: Julio Barrios, de 32 años, amigo del barrio de Seco; Braian Correa, de 28, trabajaba en la empresa de seguridad del country como vigilador; y Guillermo Sosa, de 45, un ex empleado de la firma Protección Total .

Así, los detectives detallaron que el plan del robo ya estaba planificado y la casa estaba marcada. Todo articulado por Seco con la ayuda de sus cómplices. La coartada posterior al robo tejida por el joven ladrón en su cabeza era perfecta, funcionaba. Hasta se lo puede ver al hombre dando entrevistas a distintos medios tras el hecho. Se presentaba como uno de los rehenes que la banda había captado, como un víctima más de la banda que él mismo organizó.

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