Un joven de 22 años murió este jueves de un balazo en la cabeza en la localidad bonaerense de San Andrés de Giles. Por el hecho detuvieron a un policía y amigo de la víctima, quien descargaba su arma reglamentaria y le habría disparado de forma accidental.
El hecho ocurrió cerca de las 9 de la mañana en una vivienda ubicada en Colectora Norte y Docentes Gilenses en dicha localidad, ubicada en el oeste del interior de la provincia de Buenos Aires.
El domicilio era alquilado por un policía bonaerense identificado como Javier Savietto, que se desempeñaba en San Andrés de Giles pero que era oriundo de Bragado –distante a unos 120 kilómetros-, al igual que dos amigos suyos, con los que se encontraba reunido.
Voceros judiciales informaron que, en esas circunstancias, el oficial se encontraba descargando su arma reglamentaria, ya que había regresado de cumplir servicio. Al parecer efectuó un disparo accidental, que ingresó a la altura del cráneo de un joven identificado como Diego Quinteros y le provocó la muerte de forma instantánea.
Por su parte, el comisario Javier Roldán explicó en declaraciones a medios locales que “nos enteramos del hecho por un llamado a la comisaría y, si bien aún está en materia de investigación, se cree que se estaban preparando para volver a Bragado”.
Del hecho fue testigo presencial el tercer amigo presente, Nicolás Ramos. Luego de dar aviso de inmediato a la Policía y de solicitar la presencia de una ambulancia, el agente que realizó el disparo se puso de inmediato a disposición de la Justicia.
En el lugar del hecho trabajaron peritos de la Policía Científica, mientras funcionarios judiciales recabaron testimonios. Interviene en la causa el fiscal Luis Carcagno, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 del Departamento Judicial de Mercedes, quien ordenó la aprehensión del policía por el delito de “homicidio culposo”.
El fiscal Carcagno indagará al efectivo el próximo sábado, mientras aguarda el resultado de la autopsia al cuerpo de Quinteros, que se realizará en la morgue judicial de Junín.
En un hecho similar, casi un año atrás, el 26 de junio del año pasado, un efectivo de la Policía Federal Argentina mató de un disparo a su hermano en un presunto accidente mientras le mostraba el arma reglamentaria.
El hecho tuvo lugar en la ciudad de Rosario y ocurrió en un departamento donde ambos involucrados residían. El efectivo que quedó detenido tenía un año y medio de antigüedad en la fuerza y entregó su arma con 17 municiones para que se le realicen las pericias correspondientes.
Tras ello, el joven baleado, de unos 20 años, fue trasladado al Hospital de Emergencias Roque Sáenz Peña, adonde ingresó fallecido. La herida le produjo un orificio de salida por la espalda, dada la proximidad a la que recibió el disparo.
El abuelo de los hermanos expresó a medios locales: “Todo sucedió cuando se fueron a saludar y se le escapó el tiro con tan mala suerte que fue en el corazón. Lo llevaron al hospital pero murió en el camino”. Y agregó: “Fue un accidente. Nos pasó a nosotros como le podía haber pasado a otros, pero no sé cómo vamos a seguir. La familia está destruida”.
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