La madre de Benjamín Amaya, el niño de 4 años que en 2019 fue ahorcado en un puente del municipio tucumano de Las Talitas, al noreste de la capital provincial, pidió “verdad y justicia” en el inicio del juicio que tiene como único acusado al hermano del abuelastro del menor, Claudio “Cococho” Argañaraz.
Milagros Amaya, madre de Benjamín, declaró en la primera audiencia del debate, que se lleva a cabo mediante videoconferencia en la Sala II de los tribunales penales de San Miguel de Tucumán: contó que el 8 de agosto del año pasado ella había dejado al niño al cuidado de la abuela para ir a una reunión de trabajo y cuando regresó una tía le dijo que no encontraban al menor.
“Salí corriendo a buscarlo y en una esquina me encontré con mi prima, que me alzó en su moto, cerca de mi casa. Salté y me fui corriendo para el lado del monte, cuando vi a otra tía que venía con un primo, que me dijo que lo habían encontrado a Benjamín ahorcado”, recordó la mujer.
A los pocos minutos llegó el hermano del abuelastro con el niño sin vida en sus brazos y le dijo que “intentó revivirlo pero que no pudo hacer nada”.
Según Milagros, cuando estaba llevando a su hijo hasta un centro asistencial de la zona ella vio que el ahora acusado “venía del monte, por el costado de la ruta”, del lugar donde habían hallado a Benjamín.
Por último, Milagros pidió “verdad y justicia” para su hijo y dijo “si fue él el culpable (por Argañaraz), que pague por lo que hizo”.
El juicio continuará el 16 y 18 junio, cuando se espera que el tribunal dicte sentencia.
Durante la etapa de instrucción, la declaración de una persona de identidad reservada permitió avanzar en la hipótesis principal, que apuntó a que el autor del crimen podría haber sido algún conocido del niño: dijo que Algañaraz había sido el hombre con el que vio caminar de la mano a Benjamín poco antes de que apareciera ahorcado.
Algañaraz es un vecino conocido del barrio El Colmenar, en la capital tucumana, y su casa está ubicada a pocas cuadras de donde vivía el niño. Además, los investigadores encontraron en la casa del acusado un tacho de pintura del mismo color del cable utilizado para colgar al niño de un puente.
Según las pesquisas, el niño fue ahorcado con un cable al resistirse a un abuso sexual. Asimismo, los forenses confirmaron que tenía algunas lesiones superficiales en sus manos y rostro compatibles con heridas defensivas.
Cabe recordar que durante la investigación del hecho, dos hombres fueron detenidos luego de disparar contra un grupo de policías de la División Homicidios de Tucumán que buscaba pruebas en la zona de Las Talitas.
El hecho sucedió cuando los investigadores recorrían la zona, cercana a la escena del crimen y situada en Circunvalación y el Canal Norte, a 500 metros de la casa donde vivía la víctima.
Fue allí donde los policías fueron atacados por dos hombres, quienes efectuaron un disparo contra ellos. No obstante, ninguno de los efectivos fue herido.
Ante ello, los agentes sacaron sus armas y respondieron al ataque, tras lo cual persiguieron a los agresores, uno de los cuales fue detenido. El otro escapó de la escena, aunque fue capturado horas después y ambos responderían a un un vendedor de drogas de la zona que, debido a la presencia policial desde el día del crimen, ya no pudo llevar a cabo sus transacciones delictivas habituales.
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