El Tribunal Oral en lo Criminal 16 de la Capital Federal rechazó este miércoles el pedido de prisión domiciliaria a Roberto Leonel “Chicho” Gramajo, uno de los dos condenados por balear a Christoffer Persson durante un asalto cometido en 2018 en el barrio porteño de San Telmo, que derivó en la amputación de una pierna al turista sueco. La defensa de Gramajo, que recibió una pena de 15 años y tres meses de prisión, había solicitado ese beneficio con la excusa del coronavirus. Sin embargo, el tribunal aseguró que no se advierte “ningún elemento de riesgo de contagio por la mera circunstancia” de estar en una cárcel.
En el fallo, los jueces Claudia Moscato, Inés Cantisani y Gustavo González Ferrari coincidieron con el dictamen del fiscal general Fernando Fiszer, quien se opuso al pedido de la defensa.
El representante del condenado había argumentado, por un lado, que padece hace tres años de constantes y fuertes dolores de cabeza por un grave accidente que padeció, en el que incluso tuvo pérdida de masa encefálica. Y por el otro, mencionó los riesgos de estar encarcelado ante el grave contexto de pandemia.
Sin embargo, el TOC 16 desestimó que ello sea una razón válida para darle la prisión domiciliaria dado que “de la historia clínica e informe médico actualizado practicado respecto del causante -incorporados como documento digital- se desprende claramente que se trata de un paciente de 26 años, sin patologías preexistentes y que no reúne criterios médicos que lo coloquen dentro del grupo de pacientes vulnerables por COVID-19”.
Además, los jueces recalcaron que la defensa omitió “señalar aquellas razones por las que considera que su asistido estaría en mejor situación de salud permaneciendo en su domicilio, pues las directivas impartidas y las medidas llevadas a cabo a fin de garantizar el pleno acceso a la salud por parte de las personas que se encuentran privadas de libertad, impiden considerar la situación de detención como un factor de riesgo ‘per se’ el contexto de la Pandemia por COVID-19 declarada por la OMS”.
“Es decir, no se desprende de autos ni acredita la defensa que Gramajo carezca de la asistencia médica necesaria para la dolencia que padece (cefalea) y ningún elemento de riesgo se advierte por la mera circunstancia de estar alojado en una unidad de detención”, agregó el tribunal en su resolución.
El lunes último, el propio ciudadano sueco atacado afirmó en una entrevista televisiva que “sería en vano todo el trabajo que hicieron la Justicia y la Policía” si le otorgaban a Gramajo el arresto domiciliario.
El 26 de noviembre pasado, el Tribunal condenó a “Chicho” Gramajo a la pena única de 15 años y tres meses de prisión y a Rodrigo Armando Peláez, a 14 años y medio, como coautores de un “robo doblemente agravado por haber causado una lesión gravísima y por haber sido cometido con arma de fuego”.
Según lo acreditado en el juicio, el hecho ocurrió el 30 de diciembre de 2018, cerca de las 23.20, cuando Persson y su novia se encontraban parados en la vereda de Tacuarí al 700, verificando en el celular el camino para llegar al hotel. En esa circunstancia, Gramajo descendió de un Peugeot 207 que manejaba Peláez, abordó a la pareja con una pistola Bersa calibre .22 y le exigió al sueco que entregara el teléfono.
De acuerdo al testimonio de Persson, Gramajo tomó el celular con ambas manos y cuando se lo llevaba, él intentó recuperarlo de un manotazo y ahí se produjo el disparo que lo hirió en la pierna derecha. Luego de ser baleado, el turista sueco fue llevado de urgencia al Hospital Argerich, donde estuvo 20 días internado y los médicos tuvieron que amputarle la pierna por la lesión sufrida.
La secuencia del robo fue captada por una cámara de seguridad. Así se pudo ver claramente cómo un individuo joven, con gorra y un arma en la mano, se acercó a la pareja y luego de un forcejeo muy breve, lo que constató la versión del turista, el agresor se alejó al subirse nuevamente al Peugeot 207 en el que se trasladaba.
La clave para esclarecer el caso fue el análisis de ese y otros videos de cámaras de seguridad públicas y privadas y el Anillo Digital, lo que permitió reconstruir el recorrido del auto de los delincuentes.
En la luneta de ese vehículo se detectó un casco de obra blanco. Los investigadores determinaron a partir de ese indicio que el auto pertenecía a la flota de una firma constructora y por su rastreador satelital se lo encontró en un domicilio de la localidad bonaerense de Sarandí, donde se detuvo a Peláez.
Dos días después, Gramajo fue detenido en la Isla Maciel (Dock Sud, partido de Avellaneda), en la casa de su novia, quien en la jornada inicial del juicio denunció que cuando declaró en la instrucción se había autoincriminado luego de un “apriete” de la Policía.
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